Preferencias [Dekubaku]

Parte cuatro

Sus manos se encontraban completamente sudadas, algo estaba mal, inconscientemente se intentaba limpiar la palma de sus manos sobre la cama, pero era casi imposible, estaba dormido profundamente, estaba teniendo una pesadilla, su don no servía, tenía enfrente suyo a Shigaraki, no podía pelear, no importaba que tanta fuerza hiciera, su don no estaba sirviendo en su sueño.

En un momento se despertó completamente agitado y antes de que pudiera reaccionar una explosión se creó en el segundo que abrió sus ojos, eso lo había dejado bastante aturdido, por el impulso de la explosión se había caído de la cama, estaba intentando acomodarse como podía, no sabe en que momento alguien entró a su habitación, pero no podía identificar a la persona, estaba completamente perdido e intentando no perder la conciencia.

—¡Hey, Bakugo!

Fue lo último que escuchó antes de perder la conciencia por completo. No sabía cuanto tiempo durmió o estuvo realmente desmayado, pero cuando abrió los ojos no tenía idea de donde estaba, se sentó algo rápido en aquella camilla donde estaba para poder fijarse mejor donde era que se encontraba, miró para los lados y su cerebro comenzaba a trabajar.

—La enfermería...

Observó hacía una de las sillas y allí estaba su profesor, también estaba la enfermera que lo miró casi al segundo cuando escuchó su voz.

—Bakugo, despertaste, ¿Cómo te sientes?

—Yo...

—Esta bien, esta bien, lo entiendo, no hace falta que respondas.

Rascó su nuca algo nervioso mientras miraba como su profesor iba despertando de a poco e intentando fingir que no se había dormido, sus ojos se encontraron repentinamente y el hombre se levantó rápidamente de aquella silla.

—Bakugo, ¿Cómo estás?

Preguntó mientras se acercaba a su alumno y se fregaba los ojos, sus ojos simplemente pudieron mirarse fijamente, sin obtener alguna respuesta o algo por el estilo.

—¿Cómo esta, Recovery Girl?

—Le daré pastillas para dormir, simplemente su cuerpo reaccionó de esa forma al no haber descansado correctamente, así que será mejor medicarlo por un tiempo.

El mayor asintió ante el comentario y después miró de reojo a su alumno quien parecía perdido, mirando fijamente a algún lado de la enfermería.

—Bakugo, vamonos.

El nombrado asintió ante eso y se levantó de la camilla, se despidió con un asentimiento hacía la enfermera y los dos se fueron de allí.

Aizawa notaba como el menor iba agarrado a la manga de su camisa, parecía no querer soltarlo y cada ves se acercaba más, para quedar casi pegado a la espalda del héroe, el hombre lo entendió, su retoño no se sentía para nada bien, sintió una punzada en su pecho, estaba demasiado preocupado ahora.

Al llegar a las instalaciones apenas habían personas despiertas, eran cerca de las 10 am, y seguramente la mayoría ya se había ido a sus hogares a disfrutar con sus familias. Bakugo seguía sin soltarse de su profesor y una que otra mirada estaban curiosos al ver a su profesor allí.

—¡Profesor!, ¡¿Dónde está Bak-

El cenizo observó quien estaba gritando, saliendo casi de su "escondite", no planeaba soltar a Aizawa.

—Bakugo, agradece a Kirishima, el te llevó a la enfermería cuando te desmayaste.

El nombrado vio a su amigo, asintió levemente en silencio y el pelirrojo parecía suspirar completamente aliviado.