Un paso a la ves.
Aizawa se lo había prometido.
Un paso a la ves.
No le haría tanto daño.
Quizás luego de tanto tiempo era momento de confiar aún más en las personas.
Podría hacerlo.
Podría dar su mejor intento.
Y aunque fallara, nadie lo juzgaría, en cambio lo ayudarían a levantarlo.
No importaba cuántas veces.
Sean 10, 30, 70, 200, 500 y hasta mil veces.
Nunca se sumergiria tan hondo en aquel océano.
No, en la actualidad no.
Quizás en un pasado.
Pero esta ves no.
—¿Estás listo?
—Me tiembla el puto culo.
—Eso es bueno. Recuerda, puedes hacer llamadas una ves al día, ¿Sí? — dejó un leve beso en la frente de su pareja para después mirarlo fijamente —Te quiero.
—También te quiero, Izuku — el peliverde se apartó de él muy lentamente. Alejándose y una ves que ya no estaba a su vista, ingresó con una enfermera a aquella clínica.
—Muy bien, Katsuki. Tus sesiones serán todos los días a las tres de la tarde, dentro de una hora. En el almuerzo y cena nadie te obliga a comer, tú solo debes mantenerte en la misma mesa que los demás, ¿Está bien? — el cenizo asintió ante eso para después dejar su pequeña maleta en la cama que tenía enfrente suyo.
No debía ser tan difícil.
Esperaba a que no fuera tan difícil.
El psiquiatra lo miraba demasiado, la situación se estaba poniendo algo incómoda desde que entró a esa pequeña oficina.
—¿Puede dejar de mirarme?, es raro.
—En realidad, estoy mirando el cuadro que está atrás de usted. Creo que me mandaron la obra equivocada.
—¿Ah? — se volteó en la silla donde se encontraba sentado desde hace menos de diez minutos y observó con detalles aquella pintura —Creo que es linda...
—¿Te gusta la galaxia, Katsuki?
—No tanto. Solo la pintura es linda.
—Entiendo. Y cuéntame, ¿Quieres hablar sobre algo en específico?
—No creo. Simplemente vine a este lugar para que mi profesor e Izuku estuvieran tranquilos.
—¿Quieres hablar sobre Izuku?
—Izuku...— sus mejillas se ruborizaron ante solo pensar en él aunque después sacudió sus pensamientos —Es amable...demasiado quizás...
—¿Te molesta que sea tan amable?
—Hace algunos años, sí. Había algo en él...que me hacía enojar bastante.
—¿Y actualmente?
—Me molesta que sea amable con todo el mundo o al menos me siento incómodo.
—¿Has considerado hablarlo con él?
—Él lo entiende...creo. Pero es una idiotez.
—¿Qué te hace pensar que no vale la pena demostrar tus sentimientos?
—Solo es una tontería. No hace falta armar un escándalo.
—Pero cuando Shigaraki te apuñaló tu instinto no hizo nada, en cambio, la idea de querer morir sigue enterrado en lo más profundo de ti.
—No sé de que habla...
—Eras el mejor estudiante, buenas calificaciones, mejor estado físico y siempre ganando en los combates. ¿O acaso todo era mentira?
—Cállate...— las venas en su cuello comenzaban a palpitar exageradamente, su pierna derecha no se mantenía quieta como el quería.
—¿Sabes?, ¿Alguna ves has pensado en hacer algo que no estuviera en tu agenda?
—¿Qué? — hasta su propio cuerpo pareció desconcertado ante eso, porque todos sus estímulos se calmaron inmediatamente.
—Como dibujar, escribir las cosas que te gustan, la fotografía. Ese tipo de cosas...quizás si buscamos algo que a ti te guste o te distraiga, podríamos avanzar. ¿Qué es lo que quieres hacer ahora?
—Ahora...— lo pensó seriamente, como si todo ese día dependiera lo que el decida.
—Tómalo con calma.
—¿Tiene un cubo de rubik?
—Claro, claro — se levantó de su propio asiento para buscar entre sus cajones y después extenderselo —No te desesperes en armarlo hoy. Tómate tu tiempo y si comienzas a perder la paciencia, recuerda respirar. Es lo más importante.
—Claro...— observó el cubo entre sus manos, los colores estaban bastantes desordenados, nunca había intentado armar uno en su vida, aunque siempre se fijó en las otras personas que lo armaban como si nada.
La sesión acabó y con algo de pereza salió de ese consultorio para dirigirse a la pequeña habitación donde se quedaría seguramente un mes. Se sentó en aquella cama para observar en el cubo, no sabía por donde empezar y tenía miedo de que si comenzaba a moverlo lo desarmaria aún más.
Izuku.
Claro, él antes era así.
Pequeño, frágil y con miedo a tocarlo sin querer hacerle daño.
Agarró con sus dos manos el cubo y comenzó a moverlo con paciencia, está ves nadie estaba apresurando o algo similar.
Esta ves podría mantener la calma y el tiempo que él mismo quisiera.
La hora de la cena llegó, una enfermera del turno nocturno fue a buscarlo para que en que sea se sentara con algunos que estaban allí.
Al principio creyó que había un montón de personas, pero después cayó en cuenta de que esas clases de clínicas siempre estaban divididas en áreas o sectores diferentes.
Decidió mantener algo alejado, no tenía demasiado apetito así que dejó la comida de lado aunque aún se mantenía en la mesa.
Escuchaba algunos murmullos de parte de las pocas personas que estaban allí, pero solo ignoró completamente todo el barullo y decidió fijarse en todo el comedor.
Luego de que aquella cena acabara, lo dejaron ir a su habitación para que pudiera dormir esa noche.
Aunque nunca creyó que no podría dormir.
La cama era cómoda.
La luz estaba apagada.
No sufriría de frío.
Pero no estaba Izuku.
Punto menos para Katsuki.
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Preferencias [Dekubaku]
РазноеLuego del secuestro de los villanos hacía el estudiante Bakugo Katsuki, las cosas no han vuelto a ser como antes, el silencio abundaba cualquier lugar donde el caminará, sus explosiones ni siquiera hacían un gran escándalo luego del suceso, algunos...