Parte seis

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Decir que tenía migraña era muy poco, decir que le iba a explotar la cabeza se acercaba más a lo que sentía.

No sabía cuantas pastillas había ingerido para que el dolor desaparezca, el tiempo parecía ir demasiado lento y apenas habían pasado 3 horas. El dolor iba aumentando a medida que intentaba dormir y no lo conseguía.

Aquel odioso dolor había comenzado después de despertar de una pesadilla en el cual se encontraba nuevamente con los villanos, lo único diferente era que habían pasado meses y a nadie ya le importaba.

Seguramente se haya desmayado en el proceso que intentaba dormir, ya que su alarma sonaba y sonaba, pero el simplemente se encontraba inconsciente en su propia cama.

Su propia conciencia parece que terminó hartandose e hizo que reaccionara de una ves por todas, apagó la alarma para después visualizar la hora en su celular, había pasado una hora y media desde que las clases comenzaron, debía ser una broma, tenía muchos mensajes de Midoriya preguntando si se encontraba bien, su estómago se revolvió por unos momentos y luego le contestó que estaba enfermo. Dejó nuevamente su celular de lado y optó por seguir durmiendo.

La puerta de su habitación fue tocada demasiadas veces, ¿Realmente debía levantarse de su suave y cómoda cama?, y efectivamente lo terminó haciendo, aunque con algo de malhumor lo hizo.

Abrió la puerta de forma bruca, observando detenidamente a quien estaba enfrente suyo, mirándolo de arriba hacía abajo en busca de una respuesta algo obvia.

—Te traje sopa, ¿Cómo te encuentras ahora?, ¿Tienes fiebre?, ¿Te duele algo? — el peliverde inclinó su cabeza mostrándose sumamente preocupado por su amigo, el rubio lo miró mordiéndose levemente su labio.

—Tenía dolor de cabeza, pero ya estoy mejor, entra — abrió del todo la puerta para que el contrario pasara a la habitación, el ojiverde pidió permiso para ingresar y después solamente le sonrió de forma leve.

Los dos se acomodaron en la cama del más bajo, simplemente quedaron en silencio aunque el pecoso ayudara a su amigo a comer al notar que no tenía demasiada fuerza.

El más alto recorrió su mirada por toda la habitación del cenizo, deteniéndose de manera curiosa al ver el escritorio donde habitaba algunos frascos con pastillas.

—¿Recovery Girl te dio pastillas para dormir? — rompió el silencio repentinamente, el contrario simplemente se dedicó a asentir ante eso —¿Y las otras pastillas?

—Eran para el dolor de cabeza, no tomé tantas...

—¿Cuántas tomaste? — el silencio volvió nuevamente, el pecoso inconscientemente frunció su ceño al no obtener una respuesta enseguida —Kacchan...

—No lo sé, ¿Bien?, creo que unas 5 o 6, no es para tanto.

—¡Kacchan, eso fue peligroso!

—No exageres, el dolor no pasaba y era irritante.

—No debiste haber ingerido tantas.

—Lo siento...— el peliverde simplemente pudo suspirar, dejó el plato ya vacío que antes contenía sopa de lado y colocó uno de sus brazos al rededor del cuello del contrario, se dedicó a hacerle algunas caricias en su mejilla como en su cabello.

Siguieron sumergidos minutos más hasta que sus ojos se encontraron, el ojiverde simplemente miraba al contrario con una leve sonrisa, como si dijeran todo sin ni siquiera decir algo.

—¿Te sientes mejor?

—Eso creo, ¿Tienes que irte?

—Puedo quedarme si quieres — el más bajo se acomodó aún más en el hombro del contrario buscando más contacto.

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