palabras y sangre

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En la cueva oculta, Naruto se sentó en su trono de piedra, observando a Haruka con una mirada fría y calculadora. Haruka, con preocupación evidente en su rostro, no pudo evitar expresar sus dudas:

—Naruto, ¿estás seguro de dejar que todas esas personas mueran en la guerra que Tobi ha iniciado? ¿No crees que podría haber otra manera?

Naruto, sin apartar la mirada, respondió con voz firme:

—No es nuestro asunto, Haruka. Deja que Tobi y la Alianza Shinobi se destruyan mutuamente. Nosotros esperaremos a que ambos bandos se debiliten. Luego, eliminaremos al vencedor y tomaremos el control del mundo. Este conflicto solo es un medio para un fin mayor.

Haruka asintió, aunque la preocupación no desaparecía completamente de su rostro. Sabía que discutir con Naruto en ese estado sería inútil. Los dos muñecos de madera, con sus ojos rojos brillando, permanecieron en silencio, listos para actuar bajo las órdenes de Naruto.

Mientras tanto, en el campo de batalla, la Alianza Shinobi comenzaba a movilizarse. Las tensiones eran palpables, con muchos ninjas molestos por tener que trabajar junto a aquellos que antes habían sido sus enemigos. Sin embargo, la amenaza de Tobi y sus ejércitos de Zetsus Blancos obligaba a todos a dejar de lado sus diferencias y unirse contra un enemigo común.

Kakashi, ahora uno de los comandantes de la Alianza, se dirigió a sus tropas, tratando de infundirles confianza y unidad:

—Sé que muchos de ustedes tienen resentimientos y heridas del pasado, pero ahora debemos unirnos como una sola fuerza. El destino del mundo depende de nuestra capacidad para trabajar juntos y superar nuestras diferencias. Lucharemos no solo por nuestras aldeas, sino por el futuro de todas las generaciones que vendrán.

Las palabras de Kakashi resonaron entre los ninjas, algunos de los cuales comenzaron a ver la importancia de su misión conjunta. Mientras tanto, Sakura, aún lidiando con la tristeza y la traición de Naruto, decidió que debía ser fuerte por el bien de todos. Ella sabía que, a pesar de todo, tenía que salvar a Naruto y encontrar la forma de hablar con el.

Sakura, decidida a encontrar a Naruto y detenerlo, convocó a una reunión con sus compañeros más cercanos. Durante la reunión, ella explicó su plan y sus intenciones de buscar a Naruto, sola o acompañada. Ino e Hinata, mostrando su lealtad y preocupación, aceptaron ir con ella sin dudarlo.

Sin embargo, Shikamaru, siempre el estratega, expresó sus preocupaciones abiertamente:

—Sakura, entiendo tu deseo de encontrar a Naruto, pero esto es extremadamente peligroso. Naruto no solo intentó matarte una vez, sino dos veces. ¿Por qué crees que no te hará daño cuando te vea nuevamente?

Sakura, sorprendida por la pregunta, se quedó en silencio. No sabía cómo responder. La última vez que había visto a Naruto, sus palabras y acciones habían demostrado un cambio profundo y perturbador en él. Pero su corazón se negaba a creer que el Naruto que conocía estaba completamente perdido.

Ino, viendo la indecisión de Sakura, tomó la palabra:

—Shikamaru, todos sabemos lo peligroso que es Naruto ahora, pero también sabemos cuánto significa para Sakura. Si hay una pequeña posibilidad de traerlo de vuelta, vale la pena intentarlo. Además, no dejaremos que Sakura enfrente esto sola. Estaremos juntas, pase lo que pase.

Hinata, con su habitual calma y determinación, agregó:

—Naruto-kun siempre ha sido alguien que lucha por lo que cree. Si hay una manera de alcanzarlo, debemos intentarlo. No podemos dejar que el miedo nos detenga.

Shikamaru suspiró, sabiendo que no podría detenerlas. Miró a Sakura con seriedad:

—Entiendo, pero deben prometer que tendrán cuidado. No podemos permitirnos perder a más amigos. Al menos asegúrense de tener un plan de respaldo y mantenerse en contacto con nosotros.

Naruto shippuden norowareta chiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora