Capítulo 2 ¿Un nuevo comienzo?

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Las semanas pasan y mi cuerpo no da para más, las formaciones de los miembros del equipo de staff convencieron a los directivos de la agencia de que habían hecho una buena elección conmigo, finalmente el evento se llevó a cabo de forma exitosa.

—Enhorabuena, señorita...—preguntó el director de una de las corporaciones asistentes.

—Mei, mi nombre es Mei.

—Sin duda ha hecho un gran trabajo, señorita Mei. Nos sorprende que una extranjera haya sabido adaptarse a nuestra dinámica.

—Bueno, todavía tengo mucho que mejorar el idioma aún no lo controlo, pero con el inglés voy saliendo adelante.

—Tengo un conocido que está buscando una coordinadora de protocolo para negociociaciones con el extranjero. ¿Estaría usted interesada? —Parpadeo un par de veces porque realmente no puedo creerlo, una oferta de verdad.

—SÍ, sí claro, pero debo finalizar mi contrato de prácticas con Hypno Events antes de poder hacer otra cosa.

—¿Cuánto tiempo le queda?

—Me queda hasta que termine el mes, cerca de dos semanas, pero realmente estoy interesada en el puesto y daría todo de mí en él —no sé si es la desesperación en mi voz o el intento de ojos de cachorrito, pero consigo arrancarle una sonrisa y espero que eso sea una buena señal.

—Hablaré con mi contacto para que me de la información necesaria y contactaré con tu jefa cuando el contrato de prácticas haya finalizado. Ten esta es mi tarjeta, cualquier duda mi asistenta te ayudará —tomé la tarjeta con las dos manos mientras hacía una leve reverencia.

—Muchísimas gracias, señor Park, le prometo que no le decepcionaré.

—Espero verla pronto, señorita y otra vez enhorabuena.

Nos despedimos entre inclinaciones, y antes de irse felicita a la señorita Choi por la labor llevada a cabo.

—Ves cómo no era para tanto —por la sonrisita que lleva creo que se ha pasado con la bebida, pero no la culpo, haría lo mismo si bebiera, pero lo único que deseo es tumbarme en mi cama.

—Señorita Choi nim, sé que estás semanas han sido muy agobiantes para todos.

—Mmmmm.

—Y que hemos conseguido que todo haya salido bien.

—Totalmente

En este punto creo que no me mira porque es incapaz de enfocar la vista; pero bueno, de perdidos al río.

—Me preguntaba si podía tener algún día de descanso, ya que he estado doblando turnos y creo que he abarcado tanto como me han pedido.

—...

—¿Señorita Choi? —¿no se habrá quedado dormida de pie no? Esperemos que no, porque nos tocaría a nosotras hacernos cargo. No, por favor, tengamos la fiesta en paz.

—Sí, sí, puedes descansar 2 días pero no más —y dicho esto se tambaleó y volcó toda su copa sobre mí.

Después de intentar quitar la mancha de mi traje, que no fue posible, aguantarle la cabeza a mi jefa para que vomitase, que por poco no lo hago yo y acompañarla hasta la puerta de su casa en taxi, conseguí negociar esos 2 días a tres. Y por fin tras este último mes agotador llegaron mis tres días de descanso que tanto llevaba esperando.
En un inicio me organicé para poner lavadores, hacer la compra y comer, pero terminé levantándome pasadas las cuatro de la tarde, así que opté por descansar y ya vería qué hacer cuando llegase el momento.

El olor a tarta de queso y café hace que se sienta como volver a casa después de tanto tiempo, lo había echado de menos.

—Annyeonghaseyo.

Annyeonghaseyo.

—¡MEI! Te daba por muerta amiga, ¿dónde has estado?

—Trabajando de niñera, haciendo prácticas y con las entrevistas de la empresa de negocios.

—Me comentaste algo pero no entendí nada; toma un trozo, está recién hecho, necesitamos que apruebes el nuevo bollo que ha llegado —me saca una especie de bollo redondo, el cual aún desprende humo.

—¿Qué se supone que es?

—Se supone que es el nuevo bollo especial para desayunos que ha sacado la compañía.

—Aaaaa, annyeonghaseyo. Sun-Hee, qué tal, ¿te has adaptado a las órdenes de este mandón?

—OYE.

—Es buen jefe y no me grita como los anteriores.

—Es lo mínimo ¿no? Nunca comprenderé por qué se permiten esas cosas —respondo mientras tomo un trozo del bollo. —Por cierto, esto está increíble, ¿tiene nombre?

—Todavía no, están intentando testear la opinión del público para meterlo en la carta o dejarlo como especial.

—Entiendo, pues la verdad que está muy bueno.

—¿Y qué tal las entrevistas entonces?

—Bien, en un principio las he pasado y solo me queda terminar esta semana con Hypno Events y oficialmente estaré cobrando un sueldo decente.

—¡Eso hay que celebrarlo!

—Sí y no.

—¿Por?

—Tendré que mudarme porque el despacho me queda muy lejos de aquí y entre la agencia de pisos y los precios de las habitaciones tendré que buscar un trabajo con el que compaginarlo.

—¿Algo que no sea de niñera?

—Algo que no sea de niñera.

—¿Sabes en qué zona es?

—Creo que está en Gangnam-gu, pero buscaré algo menos centríco.

—Mi primo va ha abrir una cafetería por allí, si quieres te recomiendo para que te tenga en cuenta, le diré que te haga una entrevista.

—¡¿En serio?! Ay muchísimas gracias, Dong-Hyun eres el mejor.

—El mejor no sé, pero supongo que debe ser difícil llegar desde la otra punta del mundo y tener que estar constantemente de cero. Eres muy trabajadora y si puedo ayudar a que estés un poco menos agobiada, pues lo haré...No llores tonta.

—Es que... eres muy bueno... conmigo —digo como puedo entre hipo y lágrimas.

—Cualquiera haría lo mismo si te conociera.

—No te creas.

—Bueno, qué te parece si esta tarde hablo con él y mañana te pasas por aquí para enseñarte y así vas con la práctica aprendida.

—Te juro que si no te viera como un hermano, te pedía matrimonio.

—De verdad, Mei que cosas tienes.

—Venga, ven, dame un abrazo —estiro mis brazos para tratar de acercarme, pero el maldito se escabuye y sale corriendo. Por suerte por las horas que son, apenas hay dos o tres jóvenes concentrados en sus portátiles.

—NO, aléjate de mí.

—Kang Dong-Hyun, ni se te ocurra negarle un abrazo a tu amiga.

—¡Atrás!

Entre risas y anécdotas volví a la habitación después de haber hecho la compra, y tras unos chappaggetty conseguí conciliar el sueño con la esperanza de que poco a poco todo fuera mejorando.

Entre notas y silencios | Kim SunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora