Capítulo 12

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Seguimos pasando el rato entre chistes malos y alguna explicación sobre juegos coreanos que veía jugar a los clientes de la cafetería. Tienen una obsesión con los juegos sobre vocales y las terminaciones . . .pero ¿quién soy yo para juzgar? Además, se ve que se divierten mucho.

—¿Qué te da miedo?

—¿En general? De la vida, de ser idol... —mantiene los ojos cerrados buscando una postura más cómoda.

Estamos completamente recostados en los asientos traseros, mi cabeza está apoyada contra la ventana y mis pies descalzos sobre los asientos. Me ha dado permiso para hacerlo, no quería ensuciar su coche. Su sudadera se encuentra sobre mis piernas, ya que al llevar vestido no quería que hubiera un accidente y antes de darme tiempo a procesarlo ya se la estaba quitando.

No voy a negar que se ha visto caliente como la mierda, ahora está solo con una camiseta de manga corta blanca de cuello pico con el largo colgante que me despista. Pero si algo se ha ganado mi atención han sido sus brazos y sus manos. ¡Ay! sus manos, tiene los dedos largos y algunas pulseras que no había alcanzado a ver con las mangas largas de antes. Sus brazos no son tan delgados como imaginaba, están algo marcados, sobre todo cuando hace cosas como ¡Quitarse la maldita sudadera delante de mis narices! Por un momento se me ha bajado la tensión y he visto borroso, pero he conseguido recomponerme sin que se notará tanto, o eso espero.

—Si digo la palabra miedo, que es lo primero que viene a tu mente.

—Olvido.

—¿Olvido?

—Me aterra ser olvidado, a veces siento que nada de lo que hago es suficiente —suspira antes de fruncir sus labios.—las prácticas de baile, componer canciones para el grupo, canciones individuales, los retos de TikTok con otros grupos, con nuestras canciones y sus canciones, a parte de las tendencias, generar con-tenido para redes y tener tiempo para las fans y ya si eso, descansar cuando vuelvo al dormitorio. Y aun así siento que no he hecho nada memorable, que en cualquier momento puedo caer en el olvido. Es... como si me estuviera ahogando y por mucho que nade no hago más que hundirme, pero tampoco se siente bien.

Le miro mientras siento algo asentarse en mi pecho; realmente me encantaría poder decir algo reconfortante, abrazarle o animarle, pero no sé qué hacer ni que decir.

—No sé mucho sobre el tema y seguramente suene estúpido lo que voy a decir.

—Nunca pensaría que es estúpido nada de lo que digas.

—Muy agradable de tu parte pensar así, pero...estoy segura de que vuestras fans os aman y estarán para apoyaros. Quien te quiere no te olvida por mucho que lo intente, y si sientes que en algún momento te hundes, no dudes en buscar alguien que te ayude a conseguir impulso para llegar a la superficie, todos necesitamos un poco de oxígeno en algún momento.

No decimos nada más, pero su mirada llena de comprensión se siente como un abrazo lejano, es increíble lo reconfortante que se siente estar bajo su mirada, es una calidez embriagadora.

—Bueno ha sido agradable, pero me temo que va siendo hora de que te lleve a casa y yo vuelva a la práctica.

Me quedo estática por un momento ¡¿la práctica?! Y recuerdo que cuando estaba pagando, el resto de los miembros se fueron a practicar y él iba a ir. Digo iba porque han pasado cerca de 3 horas desde que salimos, así que dudo que le hayan esperado.

—No te pongas así, les avisó el mánager que iba a salir contigo, ya me harán el interrogatorio cuando llegue.

—Dios. —froto mis manos sobre mi rostro en cuanto llego al asiento delantero. —¿Cómo les voy a mirar ahora?

Entre notas y silencios | Kim SunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora