Entre notas y silencios | Kim Sunwoo

Capítulo 10 Hamburguesas a media noche.

—Pido perdón por su comportamiento, son demasiado revoltosos.

—Lo dices como si no formaras parte del revuelto —reviso el ticket y se lo entrego para disponerme a recoger y hacer el cierre.

—No lo niego, pero trato de mantener un perfil bajo la mayor parte del tiempo.

—Sí, bueno, la clave está en el "tratar", la intención es lo que cuenta —se ríe mientras mira cómo me muevo de un lado a otro.

—¿Acaso me estás diciendo que no lo consigo? —su sonrisa se ensancha y por momentos siento como mi corazón se acelera de forma desenfrenada cuando sus ojos encuentran los míos que le miran sin vergüenza alguna.

—La realidad habla por sí sola —parece que la conversación va a morir ahí, pero carraspea para volver a llamar mi atención.

—Quería volver a hablar contigo —uy eso no suena muy bien —me quedé pensando en la conversación que tuvimos sobre el amor y Sawoko.

—Ay sí, espera un momento.

—Oye, pero ¡¿A dónde vas?! —Había olvidado por completo el manga y corro  por él antes de arrepentirme.

—Si vas a escapar de esa manera cada vez que quiera hablar contigo voy a decantarme por pillarte por sorpresa.

—No, no, es que me olvidé de que te traje esto y justo lo he recordado.

—¿Me has traído algo? —mi corazón se encoje al verle los ojitos brillantes y las cejas fruncidas, parece tan tierno que me dan ganas de pellizcarle los mofletes.

—Hace poco que empecé a reverme el anime y recordé que tenía los primeros tomos del manga. Los uso para aprender japonés, así que tenía anotaciones sobre algunas escenas y... Pues me gustaría conocer tu opinión al respecto.

—Vaya...Es la primera vez que veo esto —me fascina lo expresivo que es y la ilusión con la que toma el manga. —Espera, ¿hablas japonés?

—No lo hablo como tal, tengo el conocimiento justo para leer manga y ver anime, pero nunca lo he usado en una conversación.

—Wow, eso es curioso.

—No es para tanto, simplemente era un objetivo personal.

—¿Algún objetivo más que se pueda saber? —ya vuelve el tono coqueto que me pone nerviosa, ¿por qué tiene que acercarse tanto? Ni con la barra de por medio parece que es suficiente.

—¿Por qué siempre terminamos hablando de mí?

—Porque eres muy interesante.

—Vaya, no me digas.

Seguimos charlando mientras recojo todo el mostrador y termino de colocar la vajilla e incluso me intenta ayudar a limpiar las mesas y barrer. Me causa gracia como nuestra conversación sube de volumen por la distancia que hay entre el almacén y las mesas cercanas a la entrada.

—¿Y todo esto tienes que hacer los días de cierre?

—¡¡Sí!! —termino de cambiarme en el almacén y suspiro aliviada, ya solo queda revisar que en el listado no falte nada y daría el día por cerrado. Son pasadas las diez de la noche y mañana tenemos formación online en el trabajo, así que podré aprovechar para descansar.

—Oye Mei.

—Dime —contesto mientras termino de recoger mi bolso y dejar todo bien colocado.

—¿Te apetece que cenemos algo? Es tarde y...

Me quedo estática con mi rostro girado hacia él con una expresión congelada, ¿Ha dicho lo que pienso que ha dicho? No ¿verdad? Será el estrés que me hace imaginar cosas.