IX

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Una semana había pasado desde su encuentro en la cafetería con Simón. Cada vez que su móvil sonaba para notificar la llegada de un nuevo mensaje, ______ se emocionaba y lo revisaba rápidamente, pero sus ilusiones se desvanecían al no ver ningún mensaje del hombre. Suspiró e hizo un puchero resignada, recostándose en su cama aburrida.

Estuvo así durante unos minutos, sintiendo cómo el aburrimiento la carcomía. El sonido proveniente de su móvil llamó su atención una vez más. Sin ánimos, lo tomó, convencida de que el hombre británico no le escribiría.

—¡Merda! —exclamó al ver el mensaje tan esperado. Lo volvió a leer para asegurarse de que no era un mal juego de su mente.

>"Hola Isabella, soy Simón. ¿Estás libre?"

Al ver que no era ningún error, rápidamente le respondió.

"Sí, estoy libre. ¿Por qué? ¿Quieres  tu tour privado?"< 

Soltó un chillido al ver la confirmación de Simón, dando saltitos de emoción. Pero al percatarse de su reacción, su rostro se tiñó de un leve sonrojo.

—Dios, me estoy comportando como una adolescente enamorada —murmuró, apoyando una mano en una de sus mejillas sonrojadas.

[...]

Se miró por última vez en el espejo, arregló un poco su cabello, tomó sus cosas y salió de su habitación. Bajaba las escaleras con un poco de prisa, y antes de salir de la gran casa, una voz la interrumpió.

—¡______! ¿Cómo estás? —preguntó Tomasso con una gran sonrisa, acercándose para darle un abrazo y depositar un beso en su mejilla—. Hace mucho no nos vemos. ¿Cómo va la investigación?

______ sonrió de manera amistosa.

—La verdad, no tan bien como lo esperaba. Al parecer, es una rata muy escurridiza.

Tomasso soltó una carcajada al escuchar sus palabras y se cruzó de brazos.

—Pero dudo que pueda llegar tan lejos si tiene a la maravillosa ______  De Santis como su cazadora —palmeó el hombro de la mujer en modo de apoyo—. Ánimo, querida. Un simple peatón no nos puede ganar en este juego. Además, eres hija del hombre más poderoso e inteligente en el mundo criminal. No puedes deshonrar su título.

______ asintió, soltando un suspiro para luego sonreír.

—Tienes razón, Tomasso. Ya veo por qué eres la mano derecha de mi padre —miró su móvil viendo los mensajes de Simón—. Perdona que no pueda quedarme conversando contigo, pero tengo unos asuntos que atender —abrió la puerta para salir—. Nos vemos luego.

Se despidió y se marchó. Saludó a uno de los hombres de su padre, quien la esperaba junto a un coche. El hombre, al verla, le abrió la puerta trasera para que subiera. ______ subió y luego indicó la dirección a su chófer.

Durante el trayecto, sus pensamientos estaban divididos entre su deber y la emoción de ver a Simón nuevamente. Llegó a la cafetería con una mezcla de nerviosismo y entusiasmo, ansiosa por verlo otra vez.

[...]

Al entrar a la cafetería, ______ buscó con la mirada a Simón, quien se encontraba sentado en la misma mesa que la última vez. El lugar estaba lleno del aroma a café recién hecho y los sonidos de conversaciones animadas y risas suaves haciendo que el lugar fuera acogedor. ______ sonrió al verlo y se acercó, notando cómo el sol de la tarde iluminaba su cabello rubio.

MAFIA-𝐒𝐢𝐦𝐨𝐧 &quot;𝑮𝑯𝑶𝑺𝑻&quot; 𝐑𝐢𝐥𝐞𝐲°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora