Capítulo 8

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Me senté al lado de Franco. Normalmente me sentaba al lado de Germán pero necesitaba hablar con él. Estaba preocupado por lo que me dijo Rina. Lo pensé en frío y puede que Germán tenga un problema que si no se resolvía podía terminal mal.

—¿Sabias lo de Germán? —le pregunté a Franco.

—¿Qué cosa? ¿Es gay o algo así?

—No, bueno, no sé. Pero no importaría si lo sea.

—O tal vez es bisexual, aunque nunca lo vi con nadie entonces puede ser aroace.

—¿Por qué estamos hablando de la orientación de Germán?

—¿No era de lo me estabas hablando?

—No, vos empezaste a hablar de eso.

—¿Qué es lo que me querías decir?

—Germán…creo que tiene un problema con la comida.

—Vivo en una nube de pedo. No tenia idea.

—Rina me dijo que vomito aproposito en el baño y vi que estaba flaco.

—¿Qué tan flaco?

—Se le veían las costillas.

—Dios mío.

—No sé que hacer pero quiero hacer algo.

—¿La mamá de Germán no es nutricionista?

—No tiene nada que ver que la mamá sea nutricionista. Germán es su hijo. No su paciente.

—Me refiero a que su mamá debe darle todas las comidas, ¿no debería darse cuenta que su hijo tiene problemas con la comida?

—Los padres muchas veces son ajenos a lo que les pasa a sus hijos. Tal vez la señora Usinger no esta enterada de nada.

—Bueno, tenés un punto. Yo no lo sabía tampoco y soy su amigo…aunque ahora que lo pienso él daba señales.

—¿Qué tipo de señales?

—Solo agarraba una sola galleta cuando le daba el paquete y después se quejaba de que tenia hambre pero le ofrecía más y no quería más. No lo entendía pero ahora tiene sentido.

—Lo que no entiendo es porque come poco pero a veces come mucho.

—Porque tiene hambre y no se puede resistir por mucho tiempo. Le debe agarrar un atracones.

—¿Sabes mucho sobre eso?

—No sé mucho pero lo que sé es que no se puede superar tan fácil. En este caso. Depende de Germán aceptar que tiene un problema y buscar ayuda.

—Nunca me conto lo que le estaba pasando.

—Puede que Germán no lo sepa tampoco.

—¿Eso es posible? ¿No darse cuenta lo que le pasa a su propio cuerpo?

Pensé en lo que me dijo anoche antes de cortar la llamada.

Lo que esta mal es ser un maldito cerdo.

—Germán no sé puede ver a si mismo como lo vemos nosotros —dije, comprendiendo un poco.

—¿De que están hablando? —nos pregunto Germán, asustándonos al aparecer de la nada. —¿Qué haces sentado con Franco? Pensé que no estabas molesto conmigo.

—No estoy molesto con vos —contesté, suavizando la voz. —¿Te sentís bien?

Germán frunció el ceño mientras tomaba de su botella de agua.

—¿Por qué no lo estaría?

—¿Comiste algo?

—Sí, obvio —mintió.

—¿Qué comiste?

—Té con leche y galletas.

—¿Con azúcar o sin azúcar?

—Sin azúcar.

—¿Qué tipo de galletas?

—¿También me vas a preguntar a que hora fui al baño? ¿Por qué me estas interrogando?

—No me mientas más.

—¿En que te mentí?

—No comiste nada.

—Santiago no deberías hacerte la cabeza por lo que te dijo la rinoceronte. Es obvio que invento eso porque me odia.

—No te odia.

—¿Cómo que no me va a odiar si soy un hijo de puta con ella?

—Increíblemente no te odia.

—¿Por que estas tan seguro? ¿Sos su amigo ahora?

—No empieces.

—Entonces no pienses que lo que dice ella es verdad.

—¿Por qué lo haces? ¿Por qué vomitas aproposito?

—No lo hago.

—Germán por favor. Solo quiero ayudarte.

—No tenés que ayudarme con nada porque estoy bien.

Noté que él no dejaba de tomar agua mientras hablábamos. Lo había visto con diferentes botellas de agua como si se las hubiera acabado muy rápido.

—¿Estas seguro que estas bien?

—Estoy bien Santiago.

—Estas tomando mucha agua.

—Solo tengo sed. No tenés porque sospechar de todo lo que hago.

Germán se fue a sentar su banco.

—Santiago creo que estas… —intento decirme Franco, pero me levanté de la silla para caminar hacía Germán.

Me detuve al verla a Mia entrando al salón con la cara lastimada.

RINA ; Santutu, UnicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora