Germán
Mamá me entro de un tirón a la casa. Estaba molesta conmigo porque cuando llego a la escuela para retirarme sintió que olía a puré de papa. Intente limpiar mi ropa con agua para que no lo notara pero no funciono. Ella creía que había comido cuando lo único que desayune fue agua.
—No aprendes más vos.
—No comí nada mamá —le dije por milésima vez. —Me mancho con comida sin querer un compañero.
Mamá me agarro de nuevo del brazo para obligarme a mirarme en el espejo de cuerpo entero.
—Sácate la remera, Germán.
—No quiero.
—No te pregunte si querías o no. Sácate la remera.
—No me gusta sacarme la remera —susurré al borde de las lagrimas porque sabia que me iba a decir un montón de cosas horribles sobre mi cuerpo.
No le importo mi opinión porque me saco la remera y me agarro del mentón para obligarme a mirarme al espejo. Mamá sabia que no me gustaba mirarme al espejo y menos sin ropa porque me daba mucha inseguridad.
—Te estás haciendo mal comiendo porquerías, hijo. Pareces un cerdo.
Intente no mirarme el cuerpo porque no me gustaba pero no podía apartar la mirada. Las palabras de mamá me afectaban tanto quería ir al baño al vomitar. Me iba a sentir mal después de hacerlo pero prefería eso a parecer un maldito cerdo.
—Subí a la balanza.
—Por favor no.
Me agarro del brazo de un tirón para subirme a la balanza. Los números bajaron comprados con el día anterior pero al ver la cara de mamá sabia que no era suficiente.
—Tenés prohibido tomar agua.
—Si no puedo comer ni tomar agua me voy a morir de hambre.
—Ese es tu castigo por no hacerme caso.
—¡Te dije que no comí nada!
—Germán no me grites.
—¿Por qué no me querés escuchar?
—Me mentiste tantas veces.
—Pero esta vez te estoy diciendo la verdad.
—Anda a tu cuarto.
—No me saques el agua por favor —le supliqué.
Mamá no me contesto. Se acerco a la cocina para cerrar la puerta con llave para que no entrara si es que me daba sed, y aunque entrara no podía abrir la heladera porque tenia candado.
—Lo hubieras pensando antes de comer sin mi permiso.
Mamá se fue sin decirme nada más. No podía creer que en serio me dejara sin comer ni tomar nada. Me iba a morir de hambre. Desde la mañana me rugía el estomago y aunque intentaba no pensar en comida pero no me pasara no funcionaba.
—La concha de la lora —dije para mi mismo antes de patear la balanza lo que fue mala idea porque me hizo doler un montón. —¡Ay, la puta madre!
El día siguiente. Me levanté de la cama despacio porque siempre me daban mareos. Caminé sin muchas ganas hasta el baño para lavarme la cara pero por alguna razón no salía agua del lavamanos. Parecía que se había roto la cañería. Se lo iba a decir a mamá cuando note que arriba de la mesa estaba la caja de herramientas abierta. Miré la cocina que seguía con la puerta cerrada y entonces no tarde en darme cuenta que mamá había forzado los caños del baño para que no pudiera tomar agua.
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RINA ; Santutu, Unicornio
FanfictionSantiago empieza a salir con Rina para intentar acercarse a su hermana por consejo de su amigo Germán.