Capitulo 9: La cena

7 1 0
                                    

Cuando el taxi se detuvo frente a una casa, le pedí que esperara unos minutos. Me bajé del vehículo, mirando con interés el pequeño balcón de la entrada, las escaleras adornadas por el jardín y una casita para pájaros colgando en un árbol.

Se veía como un buen hogar. Recuerdo cuando mi madre quiso comprar una casa por aquí, a solo 30 minutos del centro de la ciudad.

Peter apareció, no por la puerta, sino por un pequeño pasillo en el lateral de la casa que llevaba a su patio trasero. Estaba acomodando un ramo de flores.

- Que ternura - le sonreí - Puede que no vayas a conquistar a Gwen nunca, pero si a su mamá.

- ¿Cómo crees? - Peter enrojeció. Solté una risa - Solo es un gesto. Me lo aconsejó Tía May.

- ¿Los zapatos elegantes también?

Peter miró su calzado; eran zapatos de cuero, no tan elegantes para ser de etiqueta, pero combinaban con su chaqueta negra.

- ¿Crees que es demasiado?

- De no ser porque también voy, cualquiera diría que vas a conocer a tus suegros.

Subimos al taxi rumbo al departamento de Gwen. Hablamos poco, más que nada era yo hablándole un poco sobre su familia; su madre, hermanos pequeños, el Capitán Stacy y su gata Margo.

- Es igual de rubia que Gwen, y la amo.

- No me digas - sonrió Peter, mirándome divertido.

- Gwen puede decir lo que quiera; gata fácil, cola suelta, pero Margo es un ángel... aún cuando se acostó con toda Nueva York.

La risa de Peter me hizo sonreírle de vuelta. Al llegar, nos quedamos de pie frente al enorme edificio, en el centro de la ciudad y con vista al muelle.

- ¿Te parece si subimos por las escaleras? - le pregunto, tramando algo.

- Si, claro.

Dio apenas un paso cuando lo detuve.

- Esas escaleras - le señalé a un lado.

- ¿Las de incendio? ¿No son como 30 pisos?

- Sí - nos quedamos mirando. Peter tenía cara de no saber si tomarme en serio. Yo hablaba en serio - ¿Qué? ¿Es mucho?

Me había acercado un paso hacia él, quedando de frente, elevando el mentón por la altura. Parecía pensarlo, hasta que sonrió. Guardó las flores en su mochila.

Siempre subía al piso de Gwen por esas escaleras; la costumbre de trepar edificios.

Peter subía tranquilamente cada escalón, y yo lo seguí por detrás. Cuando noté que su ritmo era lento, me miró de reojo, burlón. Lo hacía a propósito.

- Oiga, abuelita. La casa se quema - lo molesté - Acelere el paso o muévase.

- ¿Qué? ¿Es mucho?

- Oh, viejo cretino.

Me agarré de los metales cilíndricos arriba mío y me impulsé hacia arriba en un salto. Llegué a la plataforma arriba de Peter. Se quedó estupefacto.

Te estas pasando, Maeve. Va a sospechar.

- ¿Nunca hiciste parkour de chico? - le pregunté desde arriba.

- No, yo era más de patineta - imitó mi movimiento. Con un impulso de columpio llegó conmigo - Aunque últimamente se me da bien.

Lo reté varias veces mientras subíamos. Le llevaba la delantera, y salté por las plataforma con menor vuelo que cuando lo hago con el traje. Era divertido moverse así, y me divertía que Peter solo me siguiera la corriente.

Telaraña de sangre | Spiderman/Peter Parker | TASM 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora