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Tras andar durante unos quince minutos,llegué al mirador.
La luna de aquella noche, brillaba en lo alto del cielo,y se reflejaba en el agua creando la bonita estampa del Mangata sobre el puerto.

Había olvidado aquella sensación de observar la luna y las estrellas mientras oía como las olas chocaban contra las rocas justo a mis pies.

Las lágrimas comenzaron a llenar mis mejillas mientras cerraba los ojos y alzaba la cabeza hacía arriba.

Había llorado muchas veces durante estos últimos años, pero esta vez era diferente.

Este llanto supondría un punto y final, no podía permitirme seguir así. Esta sería la última vez que me permitiría ser vulnerable. Era hora de superarlo todo.

Agaché la cabeza y limpié las lágrimas que recorrían mis mejillas, y así me quede durante algunos minutos, cuando algo hizo que me sobresaltara;

- ¿estás bien?

Al oírlo,pegué  un brinco ridículo. No había visto a nadie cuando había llegado,y el mirador no solía estar muy concurrido, poca gente lo conocía.
Me llevé una mano al pecho y suspiré aliviada de que no se tratará de ningún monstruo marino que hubiera venido a por mi.

-Perdona, no era mi intención asustarte.- dijo mientras se acariciaba la nuca.

Aquel chico no era para nada parecido a un monstruo marino.
Sus ojos marrones hacían juego con el pelo castaño que caía rebelde sobre su frente a falta de un buen corte de pelo.
Era bastante más alto que yo y tenía un cuerpo musculoso y fuerte, resultado de largas horas de ejercicio.

-No no, no te preocupes, estoy bien.- Le dije mientras trataba de simular una sonrisa, que mas bien resultó ser una mueca.

Dios, Espero que acabé de llegar y que no me haya visto llorando.

-Es que te he visto llorando y no sé.. he pensado que podría ayudar, se me da bien escuchar.- Dijo mientras esbozaba una sonrisa tímida.

Genial me había visto llorando.

-Agradezco mucho tu ayuda, pero no creo que puedas ayudarme con esto.

Jugueteaba con el dobladillo de mi sudadera, las lágrimas amenazaban con salir de nuevo y sabía que si le miraba a los ojos, acabaría llorando.

-Bueno, pues en ese caso me sentaré a admirar las vistas en silencio, si no te importa.

No tuve tiempo para responder y cuando lo miré, ya se encontraba sentado a mi lado observando la luna.

No tuve tiempo para responder y cuando lo miré, ya se encontraba sentado a mi lado observando la luna

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ᴛᴜ, ʏᴏ ʏ ʟᴀ ʟᴜɴᴀ; Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora