désolé

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(final: segunda parte)


Jaehyun no se mueve un sólo centímetro. Lo mira pasmado, las comisuras de sus labios se hunden mientras tiemblan y sus ojos se cristalizan poco a poco. ¿Es esto, acaso, otro de sus sueños? ¿O realmente Taesan vino por él?

Se levanta del banquillo y camina despacio hacia él, con miedo. Miedo de que todo esto sea sólo un producto de su imaginación, pero Taesan permanece ahí, de pie muy cerca suyo y cuando el pelinegro le sonríe apenas, casi como una mueca, una gruesa lágrima se desliza por su mejilla. Lo ha extrañado tanto. Quiere abrazarlo, pero reprime el impulso de hacerlo porque están en un espacio público con muchas personas circulando, por lo que toma gentilmente la muñeca de Taesan, quien no pone objeción, y lo lleva junto a él a un costado escondido de una tienda de comestibles. Antes de que pueda hacer algo, Taesan lo sorprende al dejar caer la cabeza en su pecho. El menor también lo había extrañado.

Jaehyun lo envuelve entre sus brazos con todo el anhelo que se guardó durante este tiempo y oculta su rostro en la corvatura del cuello ajeno mientras que con una de sus manos acaricia los cabellos negruzcos de su novio. Se aferra a éste con vehemencia, las ganas de llorar a mares lo invaden al sentir los brazos de Taesan rodearle por encima de los hombros.

—Lo siento, lo siento. De verdad que lo siento mucho, Sanie —Repite con voz suplicante.

Se aparta un poco para poder sujetar entre sus manos el hermoso rostro contrario y se le parte el corazón al ver sus coloradas mejillas húmedas. Es entonces que se percata del aspecto de Taesan, de sus ojos opacos e hinchados de tanto llorar (como él), de sus labios resecos y de su piel más pálida de lo normal. Entiende, en ese instante mientras lo contempla, que él no fue la única persona que estuvo pasando por un gran dolor en estas semanas, Taesan también sufrió. ¿Cómo pudo él haber causado algo así, haberse atrevido a herirlo de tal manera? Intenta contenerse, pero las lágrimas escapan y lo único que puede hacer es pedir disculpas por todo lo que hizo.

—Por favor, perdóname... —Ruega.

Taesan lo besa. Con cuidado, como si del más dulce de los sueños idílicos se tratara, rozando delicadamente sus labios con los suyos y moviéndolos lentamente. Jaehyun se funde contra esos robustos y calientes labios, disfrutando del momento mientras acaricia con sus pulgares las cálidas mejillas del pelinegro.

El sabor salado de las lágrimas que caen por sus rostros se mezcla con la dulzura de esa intensa añoranza que han sentido por el otro. Luego de dos meses de tantos sentimientos amargos y tortuosos vuelven a estar juntos, y nuevamente son sólo ellos, amándose.

Última llamada para los pasajeros del vuelo Asiana Airlines 839 con destino a Shanghái. Embarquen, por favor, por la puerta D-58 —Una voz masculina los interrumpe, resonando el toda la planta. Un aviso.

Ambos chicos se separan después de unos breves segundos, ninguno es capaz de quitar la mirada del otro hasta que las personas empiezan a movilizarse cerca de ellos.

—Tengo que abordar —Recuerda con un resoplido. Le hubiese encantado poder quedarse con Taesan, pero las cosas ya están arregladas para que él fuera a China: sus días libres en la universidad, el pago de su boleto y su padre que lo estaría esperando en cuanto llegase.

Taesan le da un casto beso en los labios y asiente.

—Te acompaño hasta tu equipaje.

Mientras caminan de vuelta al banquillo donde él estuvo anteriormente sentado, Jaehyun siente una extraña sensación. Nuevamente es miedo.

—¿Podemos hablar por teléfono, cierto? —Pregunta inseguro, la voz le había titubeado. Días atrás no había podido comunicarse con el menor por más que lo intentara, está aterrado de que vuelva a ocurrir—. Mientras esté ahí quiero... quiero poder hablarte.

Taesan agacha levemente la cabeza, sintiéndose culpable y ciertamente avergonzado por sus acciones. Afirma con un pequeño sonido.

—Avísame en cuanto llegues —Dice y él sonríe.

Siendo despedido con un último abrazo, Jaehyun se encamina a la puerta de abordaje con su maleta y un aura más tranquila. Ellos aún debían charlar a cerca de las cosas, pero sentía que un enorme peso ya había caído de su espalda.

Mensajes de voz ━━ DDINGDONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora