—No te atrevas a seguir a nadie hasta Seijoh, ¿me entiendes? Ya arruinaste a un equipo, no arruinarás a otro. No quiero volver a verte nunca más —se burló Oikawa.
Kageyama Tobio simplemente asintió, reprimiendo el impulso de rogarle a Oikawa que le diera la oportunidad de explicarse.
Dale la oportunidad de explicar que no pretendía convertirse en el Rey de la Corte.
Tan pronto como el otro chico desapareció de la vista, Kageyama estalló en lágrimas.
Como aquel niño patético que era.
Kageyama se despierta de golpe. Odia ese sueño más que nada.
Pero no hay tiempo para pensar en ello, tiene práctica. Hinata se pondrá nerviosa si Kageyama no llega a tiempo.
Él se levanta de la cama y se cambia rápidamente por su ropa de voleibol.
El rostro de Oikawa lo persigue mientras baja las escaleras y comienza a prepararse un pequeño desayuno.
No les queda mucho para comer.
De todos modos, no tiene mucho apetito.
Su padre está desmayado en el sofá, con la botella esparcida por el suelo.
Kageyama deja escapar un suspiro, recogiéndolos todos en silencio y arrojándolos al contenedor de reciclaje.
Es una rutina. Despertarse, prepararse, preparar el desayuno, limpiar lo que deja su padre, comer, llegar a tiempo a la práctica.
Kageyama devora los dos trozos de pan tostado seco, acompañándolos con un vaso de agua, antes de agarrar su bolso.
Kageyama se asegura rápidamente de que su pulsera esté cargada antes de dirigirse hacia la puerta.
—¡Bakeyama! ¡Siempre llegas tarde! —grita Hinata mientras Kageyama camina por la calle.
—Cállate, Boke —dice Kageyama, reprimiendo una sonrisa.
A principios de año, Hinata no había sido más que un rival. Ahora, Kageyama lo consideraba su mejor amigo.
Caminan hacia la escuela en silencio, ambos todavía en una neblina de sueño.
"Siento que la práctica de hoy será divertida", dice Hinata mientras están frente a las puertas del gimnasio.
—Tal vez —responde Kageyama.
Hinata empuja la puerta para abrirla y de repente se escucha un ruido.
"¡TRUENO RODANTE!"
-¡No, es demasiado temprano!
"Te encanta, Asahi."
"¡Oigan! Ustedes, idiotas, quieren empezar a practicar, ¿no?"
Kageyama sonríe ante la familiaridad de todo esto.
Le encanta la práctica matutina.
ESTÁS LEYENDO
No existe tal cosa como un final feliz
FanfictionKageyama Tobio siempre ha sido consciente de que nunca encajaría en el vínculo de sus almas gemelas. Puede vivir con eso, incluso si eso significa que no conseguirá su final feliz. Siempre y cuando puedan ser felices.