Capítulo 14

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Perspectiva de Ren

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Perspectiva de Ren.

El anochecer se dibujaba vigorosamente desde afuera, la nieve blanca hacia contraste con la obscuridad del cielo nocturno.
Veías los copos caer desde el ventanal del gran comedor, una espléndida mesa larga te esperaba a tus espaldas.
El ruido de las puertas al abrirse te sacó de tus ensoñaciones. Te giras y contemplas al rubio pasar por el umbral de la puerta que posteriormente es cerrada desde afuera por los sirvientes que la custodian.
-Lamento la espera- dice él.
Se acerca a la mesa y sabes que esa es la señal para que ambos se sienten en cada extremo.
Ambos intercambian algunas palabras siguiendo la etiqueta formal de la nobleza pero no puedes evitar notar la seriedad en el príncipe heredero.
Los utensilios chocan contra el fino mármol de los platos de ambos mientras cenan en absoluto silencio. No hay mas personas en la habitación puesto que el dragoniano dió la orden para que ustedes pudieran tener una conversación en privado, pero en lugar de eso el sitio se sentía como un gélido hielo con cada uno sumergido en sus pensamientos, Katsuki recordando su conversación con Chiyo y tú preocupado por sus silencios.
-Príncipe, ¿Te pasa algo?- finalmente preguntas después de algunos minutos que parecieron una eternidad.
El rubio permaneció en silencio algunos momentos más, para después dejar sus cubiertos sobre la mesa y mirarte directamente a los ojos.
-No, ¿por qué preguntas eso?- responde con el ceño algo fruncido.
Lo observas con detenimiento, y el tiempo que han pasado juntos hasta ahora te ayuda a decifrar que te está mintiendo.
-Vamos, es obvio que te pasa algo, te he observado lo suficiente para reconocerlo, aunque tratas de ocultarlo es muy fácil para mí leer tus expresiones, y justo ahora estás haciendo esa cara que pones cuando algo te preocupa y no puedes evitar darle demasiadas vueltas, quizá si me cuentas pueda ayudarte con eso, o al menos escucharte, seguro que hablarlo con alguien te ayudará a despejar tu mente.
Nunca dejas de sorprender al rubio, su ceño fruncido se transforma en una leve sonrisa enternecida.
-Vaya, no tenía idea de que el príncipe Ren me observara con tanta atención cuando no me doy cuenta, dime, ¿Tanto te gusto?- dice todo esto con una sonrisa juguetona y es muy obvio que molestarte de esta manera se ha vuelto uno de sus pasatiempos favoritos, te mira con coquetería y sumándole su gran sonrisa no entiendes como no te enamoraste al instante de él, o quizá si lo hiciste.
-Y-yo, b-bueno, en- en realidad no me refería a- aunque la verdad-debo decir........ Demonios deja de molestarme- terminas de decir poniendo tu cara entre tus manos avergonzado y casi con humo saliendo de tu cabeza debido al calor en tus mejillas, cuando escuchaste esa grave y bella carcajada salir del rubio ante tus tartamudeos.
Cuando finalmente el cenizo controló sus risas mientras tu le veías con un tierno puchero, soltó un leve suspiro y continuó.
-Gracias, principe Ren.
Lo miras algo confundido con tus grandes ojos lo cual él nota y te explica.
-Gracias por qué tu simple presencia puede aliviar todas mis preocupaciones sin darme cuenta, y gracias por ofrecerte a escucharme también, de hecho, es un asunto que te involucra y necesito saber tu opinión..... Pero temo que te alejes de mí cuando te lo confiese, soy egoísta y no quiero que te apartes de mi lado, sin embargo si después de esto decides alejarte, yo respetaré tu decisión sin importar qué.
Las palabras del rubio cenizo te ponen en alerta al instante, no podías decifrar a que se refería, ¿Un tema que te involucraba y podría hacer que te alejes de tu esposo para siempre?, debía tratarse de algo sumamente delicado, enmarcaste tu cejas con atención y preocupación e insitas a Katsuki a que continúe, a lo que él dice.
-Es acerca de lo que hablé con la anciana sacerdotisa antes de venir aquí- él recarga sus antebrazos en la mesa con seriedad- está preocupada por la descendencia mitad dragón del Imperio, en especial de la que debe nacer dentro de la familia Imperial, en pocas palabras debo procrear descendencia lo más rápido posible para evitar una sangrienta guerra por el poder en nuestro territorio.
Está información cae como balde de agua fría sobre ti, te quedas en silencio con los ojos bien abiertos y perdidos en la nada, así que esa es la razón de que Katsuki estuviese tan callado, aunque le dijiste que lo escucharías e intentarias ayudarlo, en este momento no puedes pensar en nada más, no quieres si quiera imaginar tener que ver a la persona que ya has comenzado a amar con alguien más. Estás tan perdido en tus pensamientos que no escuchas lo que el hombre frente a ti sigue diciendo, solo logras oir las últimas palabras de la oración.
-...de Enchanter- es lo que alcanzas a escuchar después de estar disociado en tu mente.
-¿Eh? ¿Qué acabas de decir?¿Podrías repetirlo?- dices saliendo de tu burbuja.
-Dije, que mis padres y la anciana han establecido un acuerdo con el reino de Enchanter, en este momento la princesa Elise debe estar en camino a nuestro palacio, para cuando estemos de regreso ella ya debería estar instalada.
Abres los ojos como platos, quizá es debido a que te disociaste por un momento, pero esta conversación cada vez tiene menos sentido para ti, abres la boca para hablar y tú voz suena más desesperada de lo que esperabas.
-No- no estoy entendiendo, ¿Qué tiene que ver la princesa en todo esto?
-Principe Ren ella... se incorporará al palacio como concubina- dice Katsuki con los ojos cerrados y con una expresión de culpa en en rostro.
La exasperación en tu voz se hace cada vez más evidente y temes romper en llanto en cualquier momento.
-Príncipe Katsuki yo... No estoy entendiendo nada, si era tan importante la descendencia para su raza, ¿por qué permitieron un matrimonio entre dos personas del mismo sexo?, entre más lo pienso tiene menos sentido para mí.
-Entre dos..., oh, ese no es el problema, ¿No lo sabes? Los dragonianos pueden procrear con cualquier sexo, al intercambiar ADN con su pareja modifican el cuerpo de esta poco a poco de manera que puedan llevar sus crias en su interior, nosotros, bueno.. desde que comenzamos a besarnos mi ADN comenzó a modificar tu cuerpo de a poco, creí que era algo que notarías.
Miras a Katsuki con los ojos abiertos de par en par.
-¡¿Qué?! ¡¿Hablas en serio?! Eso significa que yo, puedo quedar- nosotros- Tocas tu vientre con sorpresa para después poner un gesto serio y hasta un poco molesto- Espera... entonces, si puedo llevar tus crías en mi interior, ¿por qué aceptaste tener una concubina?- dices con enfado en la voz esperando una buena explicación.
-Que hayas nacido hombre no es el problema príncipe, el verdadero problema es que eres humano, ustedes no poseen el maná suficiente para traer al mundo una cría de dragón sin complicaciones, y, aunque es posible, no quiero tomar el riesgo, yo... No quiero perderte por estos deseos egoístas príncipe Ren, no lo soportaría- dice Katsuki mirándote como un pobre cachorro entre la espada y la pared, tratas de entender su posición como príncipe heredero, pero eso no hace que deje de ser doloroso.
-¿Y crees que yo soportaré ver a alguien más teniendo a tus hijos?- Está vez no puedes soportarlo y las lágrimas caen por tus rosadas mejillas a cántaros. -¡¿Crees que podría, príncipe?!-
Katsuki se levanta con la intención de ir hacia ti pero lo detienes haciéndole una seña para que se aleje de ti y te levantas de la mesa también.
-Príncipe Ren, por favor entiéndelo, yo no tomé esta decisión, pero si no lo hago pondré en riesgo a toda nuestra gente, también es difícil para mí ¿no lo ves?
Limpias tus lágrimas y te abrazas a ti mismo cruzando los brazos, las lágrimas no dejan de caer.
-¿Por cuánto tiempo se quedará la princesa con nosotros?- temes que sea un cambio permanente así que preguntas.
-Será por poco tiempo, mi mayor celo se manifestará en vísperas de mi cumpleaños, de esa manera no habrá dudas de que la cría sea mitad dragón... Príncipe Ren, yo, de verdad lamento mucho esto, es solo un concubinato contractual, no hay amor de por medio, y nunca lo habrá, te pertenezco solo a ti- El rubio resuena sus botas en el suelo intentando acercarse y tomar tu barbilla para que lo veas directamente, pero giras tu cabeza antes de que logre hacerlo resonado tus joyas en el proceso.
-Yo, he perdido el apetito- dices esto y te alejas hacia la puerta, haces una pausa antes de seguir adelante- espero que perdone mi rudeza de esta noche, su majestad, regresaré a mis aposentos por ahora.
Katsuki se queda en silencio cerca de la mesa, se siente culpable y no puede verte directamente a los ojos por lo que solo dice un "está bien,como desees, príncipe" y después de eso escucha la puerta cerrarse detrás de ti.
Se sienta con un gran suspiro y pasando su mano por su frente, a los pocos segundos escucha la puerta abrirse nuevamente y levanta la mirada con rapidez exagerada con la esperanza de que seas tú regresando.
Para su decepción se trata de un sonriente Kirishima que le saluda agitando su mano enérgico.
-Ey Bakubro tengo noticias del palacio, al parecer la princesa estaba tan ansiosa que llegó antes al castillo, ya le han asignado una habitación cerca de los jardines principales.
El rubio solo suspira con fastidio -No me hables de eso ahora, se suponía que llegaría hasta mañana-
Kirishima parece confundido- Si pero, no veo que tiene de malo, será nombrada concubina apenas lleguemos, es una invitada de honor así que debemos darle una calida bienvenida, hacer conexiones con su reino es una gran oportunidad para el Imperio, asegúrate de tratarla bien príncipe. -Decia Kirishima con elocuencia como si estuviera explicando un tema complicado con todos los aires de un profesor.
-¡Púdrete!- dice el rubio hastiado saliendo de la habitación con fuertes zancadas y azotando la puerta detrás de él.
-¿Qué bicho le picó?- susurra un Kirishima rascándose la cabeza confundido.- Quizá tuvo problemas maritales con el príncipe Ren, quien sabe- decía el pelirrojo para si mismo, cuando de pronto algo hizo click en su cerebro, recordando que desde hace algunos días el príncipe Katsuki ya no está soltero. -El príncipe Ren... ¡El príncipe Ren!- gritó con preocupación- Oh no,no,no,no,no,no- musitaba acelerando hacia los pasillos en dirección a la alejada habitación del pelinegro.
Corrió casi resbalandose al tener que girar en cada esquina para dar vuelta cuando finalmente llegó frente a la puerta de la habitación del susodicho.
Aunque eran muy leves podía escuchar un llanto ahogado y algunos hipidos que provenían desde adentro, está era la razón del mal humor de Katsuki, bueno del mal humor intensificado ya que el enojo era el estado natural del rubio.
Kirishima volteo en todas direcciones pero no se veían sirvientes cerca, probablemente los habías alejado para no preocupar a nadie, tocó la puerta un par de veces con una expresión preocupada, no hubo respuesta asi que tocó de nuevo.
-¿Príncipe Ren?, soy yo, Lord Kirishima, ¿podríamos hablar por un momento?
Después de algunos segundos de silencio la puerta se abrió leve y lentamente, dejando ver a un Ren con el cabello negro alborotado, los ojos rojos por el llanto, la pijama desarreglada dejando ver algunos centímetros de tu clavícula y el pelirrojo no pudo entender como antes creyó que Katsuki era muy afortunado de tener a alguien tan hermosa como la sirena Elise como concubina, si tenía tal belleza escondida como esposo, sus pensamientos volaron rápidamente e iluminaron sus mejillas de carmín, se autocontroló con rapidez para sonreirte inocentemente y continuar.
-¿Puedo pasar?

Tiempo y Destino. [Katsuki Bakugou AU Medieval X Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora