Tiempo y Destino. [Katsuki Bakugou AU Medieval X Male Reader]

Capítulo 20 - Máscaras y piedras preciosas

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Para esta parte recomiendo leerla con la música que puse arriba en el multimedia si no aquí está de nuevo:

Fin del comunicado. 🌟
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Afuera hacía un día precioso, los rayos de mediodía entraban cálidamente a la habitación mientras una calida brisa agitaba las cortinas del gran ventanal.
Una mariposa blanca y una amarilla entraron revoloteando por el techo de la alcoba sin que nadie lo notará danzando suave y delicadamente casi entrelazandose entre ellas.

Tarareabas una canción humana mientras algunos pajarillos canturreaban desde las copas de los árboles en el jardín, embelesados y decididos a cantar con tu melodía.
Tarareabas con los ojos cerrados disfrutando del cepillado que daba la duquesa Tsuyu a tu suave y oscuro cabello. Tratabas de relajarte evitando pensar en todo acerca de la celebración de esta noche, pensar en ello originaba un nudo desde tu estómago hasta tu garganta, así que por ahora te concentrabas en leer tu libro "Piedras preciosas y su uso en la magia" mientras te permitias ser mimado por tus damas de compañía y criadas.
Cuando terminaste de cantar la chica acicalandote dijo:

-Vaya príncipe Ren, su voz incluso conmovió a los pajarillos que lo escuchaban desde el jardín.- la peliverde soltó el aire que estaba conteniendo como si la canción le hubiese relajado en demasía. Tu piel blanca hacia que tus sonrojos fueran bastante evidentes, y este no era la excepción, sonreíste con amabilidad y timidez y otra criada se apresuró a decir:
-¡Tiene una voz tan dulce que quisiera escucharla todo el día!- las chicas estaban ocupadas en sus tareas pero aún así parecían asentir todas estando de acuerdo en que tu voz les había hecho cerrar los ojos de vez en cuando dejándose llevar por la suave melodía.
-¡Oh mi! Si siguen así creo que podría morir de la vergüenza- dices esto para luego esconder tu cabeza bajo tu libro haciendo que las otras suelten risitas tiernas y cálidas disfrutando del momento y de tu compañía, este tipo de ambiente difícilmente podría ser recreado con otros nobles, que por lo general son frívolos y petulantes ante la servidumbre.
En cambio tú, has experimentado en carne propia como es que te miren hacia abajo casi toda tu vida, por lo que te es imposible tratar a los demás con esa frivolidad aristócrata con la que fuiste criado. Al igual que en Valois, te habías hecho amigo rápidamente de tus damas y sirvientas, otra de las chicas añadió:
-Por favor cante más para nosotras príncipe.
-Sii, hágalo por favor, siempre quedamos completamente embelesadas al escucharlo majestad.
Pronto las criadas estaban rodeandote ya sea sentadas o limpiando algunas cosas cerca de ti, sonreíste cómplice con ellas, aunque te avergonzaba ser el centro de atención, sólo podías pensar en que estas personas no habían dejado de tratarte tan amablemente desde el día de tu llegada que parecía un cálido sueño del que no querías despertar, abriste la boca para aceptar sus peticiones al fin, pero en ese momento las puertas fueron abiertas por los guardias desde afuera, dejando entrar a ese rubio tan formidable y de sonrisa juguetona y brillante que tanto agitaba a tu corazón.
Apenas pasó el umbral se paró en seco viendo la escena frente a él y observando a todos sin saber que decir, pasaron muy pocos segundos antes de que entendiera y te sonriera con calidez, antes de que abrieran la puerta alcanzó a escuchar un poco de tu canto y la conversación que tenías con las sirvientas, mas nunca espero encontrarlas riendo tan cómodamente a tu alrededor, demostrando la cercanía que habías logrado con ellas.