Wang Yibo, un millonario apuesto y serio, vive aislado en su lujosa mansión debido a una enfermedad cardíaca. Su vida cambia cuando Xiao zhan, un sirviente dulce y tímido, entra en escena. A pesar de su timidez, Zhan se enamora a primera vista de Yi...
Xiao Zhan se ajustó su uniforme de sirviente una vez más frente al espejo antes de salir de su pequeña habitación.
"Muy bien, Xiao Zhan, es tu primer día en este trabajo, así que no lo arruines, por favor."
Su corazón latía rápidamente. Hoy sería su primer día trabajando para Wang Yibo, el millonario conocido por su estricta disciplina y su frialdad. Zhan, con su naturaleza tímida y dulce, esperaba hacer un buen trabajo y no cometer errores.
— Buenos días -habló un hombre alto y elegante. —
— Buenos días, soy el nuevo sirviente, Xiao Zhan — respondió un poco tímido.
— Lo estábamos esperando, joven Zhan. Mi nombre es Zhu Zan Jin, soy el mayordomo del joven amo Yibo. —
— Mucho gusto — contestó a su mayor.
— Por favor, pase al jardín. El joven amo lo está esperando ahí — dijo en un tono de autoridad.
Cuando Zhan llegó al jardín de la mansión, se maravilló con la belleza del lugar. Las flores estaban perfectamente alineadas, había de muchos colores y los arbustos bien podados. Tomó una regadera y comenzó a regar las plantas, concentrándose en su tarea para calmar sus nervios. Mientras vertía agua sobre las flores, escuchó un ruido detrás de él y, al darse la vuelta bruscamente, tropezó, derramando agua sobre un hombre que se encontraba allí.
— ¡Lo siento muchísimo! — exclamó Zhan, mirando horrorizado al hombre alto y apuesto que ahora estaba empapado. Sus ojos oscuros y penetrantes lo miraron con una mezcla de sorpresa y molestia.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Wang Yibo, con voz seria. Aunque intentaba mantener la calma, se podía ver la tensión en su mandíbula.
— Yo... lo siento de verdad, señor Wang. No lo vi — balbuceó Zhan, bajando la mirada, avergonzado.
Yibo observó al joven sirviente, notando su timidez y la sinceridad en su disculpa. Suspiró y sacudió la cabeza. — Está bien. Solo ten más cuidado la próxima vez. —
— Sí, señor. Gracias — dijo Zhan, aliviado de que no estuviera más molesto.
Yibo se dio la vuelta para marcharse, pero algo en la dulzura de Zhan lo hizo detenerse. — ¿Cuál es tu nombre? —
— Xiao Zhan, señor — respondió con una ligera inclinación de cabeza.
— Bien, Zhan. Espero que seas más cuidadoso en el futuro — dijo Yibo antes de retirarse.
Durante el resto del día, Zhan no pudo dejar de pensar en el breve encuentro. A pesar de la seriedad de Yibo, había algo en sus ojos que le parecía triste y solitario. Quería conocer más a su jefe, entender por qué un hombre tan poderoso y atractivo parecía tan aislado. Dejo sus pensamientos de lado y se marcho del jardín.
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Más tarde, Zhan fue llamado a la biblioteca de la mansión para llevarle té a Yibo. Al entrar, vio a Yibo sentado en un gran escritorio de madera, rodeado de libros. La luz de la tarde se filtraba por las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor.
— Su té, señor Wang — dijo Zhan, colocando la bandeja con cuidado.
Yibo levantó la vista de su libro y asintió. — Gracias, Zhan. Puedes dejarlo allí — señalando un lado de la mesa.
Zhan se giró para irse, pero Yibo lo detuvo. — Espera un momento. Siéntate. —
"Yibo: pero ¿qué acabo de hacer? Yo no soy así."
Sorprendido, Zhan se sentó en una silla cercana, un poco tímido, y en sus mejillas apareció un color rosado. Yibo lo observó con detenimiento, como si estuviera evaluando algo.
— Dime, Zhan, ¿qué te trajo a trabajar aquí? — preguntó Yibo, con un tono más suave de lo habitual.
Zhan vaciló un momento antes de responder. — Necesitaba un trabajo para ayudar a mi familia, señor. Escuché que usted necesitaba un asistente y pensé que podría ser de ayuda — dijo con la cabeza baja.
Yibo lo miró, comprendiendo. — Es un trabajo duro, como ya sabes, soy muy estricto y exigente. Mi madre es muy estricta con el personal; me sorprende que te haya contratado — lo miró de reojo mientras tomaba su taza de té.
— Lo sé, señor, pero haré mi mejor esfuerzo — aseguró Zhan, mirándolo a los ojos por primera vez desde que había comenzado la conversación. Al mirarlo, no pudo evitar sonrojarse más de lo que ya estaba, así que desvió su mirada rápidamente.
Yibo vio la determinación y la dulzura en esos ojos grandes y marrones. Algo dentro de él se suavizó, pero no entendía por qué. Desde hace muchísimo tiempo, ha demostrado seriedad a todo el mundo. Se preguntaba: "¿Qué tiene ese chico para lograr ablandar su corazón?" — Estoy seguro de que lo harás bien, Zhan. Ahora puedes retirarte. — Zhan se fue un poco avergonzado y pensativo
"Zhan: debo de dejar de sonrojarme frente a el "
Esa noche, Zhan reflexionó sobre el día. Sentía una extraña conexión con Yibo, algo que no podía explicar. Además, sabía que él no sentía lo mismo y, además, era su jefe; no podía enamorarse de él. Pero, aun así, decidió que haría todo lo posible por ayudarlo y hacerlo sentir menos solo. Sin importar lo difícil que pudiera ser, se conformaría con solo ser su amigo.