Capítulo 37: "No Otra vez"

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Emily se apartó rápidamente de James, sintiendo una mezcla de confusión y desconcierto. No estaba segura de cómo responder a su declaración, y la intensidad del momento la abrumó. Sin atreverse a mirar a James a los ojos, desvió su mirada hacia el resto de la fiesta, notando que varios pares de ojos estaban fijos en ellos. Entre la multitud, vio a Coraline, cuya expresión de decepción no pasó desapercibida. Emily sabía que Coraline había albergado sentimientos por James, y ahora, al presenciar ese intercambio, la situación se sentía aún más complicada.

Con el corazón latiendo aceleradamente, Emily dejó atrás a James y se dirigió hacia Coraline, intentando formular una explicación para un suceso que ni ella misma comprendía del todo. Mientras caminaba, sentía que todo a su alrededor daba vueltas, como si el mundo se hubiera inclinado levemente sobre su eje.

Al llegar donde estaban sus amigas, el silencio que las rodeaba era palpable. Coraline, claramente molesta y herida, no esperó a escuchar lo que Emily tenía que decir. Con un gesto brusco, se alejó de la multitud, impulsada por un mixto de emociones.

Emily, sintiendo la responsabilidad de clarificar las cosas, siguió a Coraline, llamándola suavemente por su nombre para que se detuviera. La noche que había comenzado como una celebración ahora se había transformado en un drama emocional que Emily nunca había deseado provocar.

—Coraline, espera, por favor —dijo Emily, alcanzándola finalmente. El aire fresco de la noche les envolvía mientras se encontraban a cierta distancia de la música y la fiesta.

—No sé qué decirte... Esto... lo de James, yo no esperaba que... —intentó explicar, tropezando con sus palabras, sinceramente confundida y preocupada por la reacción de su amiga.

Coraline, con los ojos brillantes por la emoción contenida, se volvió hacia Emily, claramente esperando una explicación, o quizás una disculpa, por una situación que ambas sabían había cruzado líneas no solo de amistad sino también de lealtad no declarada.

En medio de la pista, James se quedó parado, tan confundido y abrumado como Emily. Ella, incapaz de sostener su mirada, se había alejado en busca de Coraline, dejando a James solo con sus pensamientos y remordimientos. No había anticipado la cascada de emociones que su confesión desataría, y ahora la situación parecía haberse salido de control.

Mientras Emily corría tras Coraline, James notó a Eidan desde el rabillo del ojo. El rostro de Eidan estaba marcado por la furia, sus ojos ardían con una intensidad que enviaba un claro mensaje de ira y amenaza. A su lado, Drake ponía una mano en su hombro, intentando calmarlo, conteniendo la tensión que claramente estaba listo para estallar.

Con el ambiente cada vez más tenso y el peso de las miradas de los demás invitados sobre él, James sintió que lo mejor era retirarse de la escena. Comenzó a caminar hacia la salida, cada paso resonando más fuerte en su mente que la música que aún llenaba el aire.

Detrás de él, los pasos encolerizados de Eidan resonaban en el suelo, su presencia como una sombra amenazante que seguía cada movimiento. Drake, siempre el pacificador, seguía a Eidan de cerca, murmurando palabras de calma, intentando disuadirlo de cualquier confrontación que pudiera estar considerando.

James cruzó la multitud, consciente de la tensión que se dibujaba en cada rostro que pasaba. Al alcanzar la puerta, se detuvo un momento, dándose vuelta para ver si Eidan lo seguía aún. La mirada de Eidan era un claro aviso de que las cosas entre ellos estaban lejos de estar resueltas. Con un suspiro pesado, James salió al fresco aire de la noche, buscando un momento de paz para ordenar sus pensamientos y enfrentar las consecuencias de sus acciones, mientras Drake lograba, por ahora, mantener a Eidan a raya en el umbral de la entrada.

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