Remontando al pasado. Kim Dan Trans (Jinx)

Capítulo 4

—Vaya, vaya, mira a quién tenemos aquí—dijo un hombre acercándose lentamente a Dan—. Si no es ni más ni menos que mi antigua compañera de instituto. ¡Cuanto tiempo sin vernos!

Dan sintió un nudo en la garganta. Reconoció a aquel hombre de inmediato, era uno de aquellos chicos que lo acosaba e intimidaba durante su época escolar. La experiencia había sido traumática, y ver a este hombre nuevamente hacía que todos esos recuerdos dolorosos volvieran a su mente.

—Tú… —murmuró Kim, incapaz de contener su sorpresa y miedo.

—¿Qué pasa? ¿No me reconoces? —dijo el hombre con una risa desagradable—. Soy Sunho. ¿Todavía te duele ese cuerpo?

Jaekyung, que no había escuchado que este lo había tratado con pronombres femeninos, intervino ante tal comentario.

—Sunho, Dan está aquí para trabajar, así que lárgate. Más te vale que lo respetes como a cualquier otro miembro del equipo y no digas ninguna tontería.— frunció el ceño Jaekyung.

—Claro, solo estaba bromeando. Nos vemos. —dijo mirando con desprecio a Dan.

•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

El primer día de trabajo fue agotador. Jaekyung no mostró señales de compasión por lo sucedido la noche anterior. Después de presentar a Dan al equipo, lo llevó directamente a su sesión de entrenamiento.

—Quiero que me mantengas en forma. Mi último fisioterapeuta era un inútil. No quiero que se repita la historia —le dijo Jaekyung mientras realizaba ejercicios de calentamiento.

Dan asintió, tratando de no mostrar cuánto le dolía moverse.

—Entiendo. Pero necesito saber las condiciones de nuestro acuerdo. ¿Qué espera de mí exactamente?

—Espero que estés disponible para mí en cualquier momento. Tus horas serán las mías. Tu trabajo es asegurarte de que mi cuerpo esté en las mejores condiciones. No me importa si estás cansado o si tienes otros compromisos. Cuando te necesite, estarás aquí. Y a cambio, recibirás un salario más que decente.

Dan asintió de nuevo, aunque las estrictas condiciones le hicieron sentir una punzada en el pecho. Pero necesitaba el trabajo, y el salario era más que bueno.

—Entendido. Haré mi mejor esfuerzo— dijo Dan haciendo una reverencia.

Jaekyung soltó una risa sarcástica.

—Eso espero, Kim Dan. No me gustan los errores.

•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

Durante los siguientes días, Dan se dedicó con un gran esfuerzo y pasión a su trabajo, con el cuidado de no cometer algún error y además proporcionando ayuda al resto de atletas del gimnasio que lo necesitasen. Sus sesiones con Jaekyung eran intensas, pero estaba decidido a demostrar su profesionalidad y hacerlo lo mejor posible. Sin embargo, cada vez que veía a Sunho en el gimnasio, se sentía terriblemente inquieto. Sunho no perdía oportunidad para hacer comentarios acerca de su condición, y aunque Dan intentaba ignorarlo, los recuerdos del pasado se hacían cada vez más y más presentes.

Un día, mientras Dan trabajaba con Jaekyung en una sesión de fisioterapia, Sunho se acercó.

—Así que, ¿cómo te va con el trabajo, Dan? —dijo con una sonrisa maliciosa—. ¿Jaekyung te ha roto ya?

Jaekyung se giró hacia Minho con una mirada furiosa.

—Te dije que lo dejaras en paz, Sunho. ¿Cuál es tu maldito problema?

Sunho alzó una ceja.
—Solo bromeaba, Jaekyung. No hay necesidad de ponerse así de violento— dijo entre risas.

Dan sintió cómo la tensión en la sala aumentaba. Sabía que Jaekyung tenía un temperamento explosivo y no quería que las cosas se salieran de control.

—Está bien, Jaekyung —dijo Dan con calma—. Es solo una broma.

Jaekyung lo miró, sabía que algo andaba mal. Este asintió lentamente, no terminaba de convencerle la reacción del mayor.

—Bien. Pero Sunho, esta es tu última advertencia. Vuelva a hacer un comentario de mierda y estás muerto.

Sunho se alejó, murmurando algo, mientras que Dan y Jaekyung continuaban con su sesión.

•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

Pasaron las semanas, Dan y Jaekyung comenzaron a entenderse mejor, mejorando así su relación. Aunque Jaekyung seguía siendo duro y exigente, Dan notaba que el boxeador mostraba más actos de consideración respecto a las semanas anteriores. Había momentos en que Jaekyung parecía casi humano, aunque esos momentos eran breves y raros. Dan, sin percatarse, había comenzado a desarrollar sentimientos por Jaekyung. Debe admitir que, desde un inicio, le resultó bastante atractivo, pero ha sido últimamente que su corazón late con fuerza cuando el boxeador está a su lado.

Una noche, después de una sesión especialmente intensa, Jaekyung se sentó en el borde de la camilla de fisioterapia, observando a Dan mientras guardaba su equipo.

—Eres bueno en lo que haces, Dan. Mejor de lo que esperaba. Eres el mejor fisioterapeuta que he tenido hasta el momento, además de ayudarme en otras cosas— sonrió de manera lasciva.

Dan se detuvo, sorprendido por el cumplido y algo avergonzado.

—Gracias, Jaekyung. Estoy aquí para ayudarle a estar en su mejor forma.

Jaekyung asintió, pero su expresión se volvió seria de repente.

—Mira, sé que Sunho te ha estado molestando. Si alguna vez necesitas que lo ponga en su lugar, dímelo.

Dan sonrió levemente.

—Aprecio eso, pero creo que puedo manejarlo solo. Gracias de todas formas, Jaekyung, se lo agradezco.

Jaekyung lo miró con una mezcla de respeto y algo más, algo que Dan no pudo identificar del todo.
Dan asintió, sintiendo una extraña calidez en el pecho. Por primera vez desde que empezó este trabajo, sintió que tal vez, solo tal vez, podría encontrar un lugar en la vida de Jaekyung.

•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

Continuará...