Capítulo 8

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— Bueno, todo listo. Me hubiera gustado estrenarte yo mismo, pero me das asco. Además, seguro que el marica de Jaekyung ya te folló ese agujero tuyo— se rió —En fin, espero que lo disfrutes— dijo Junmin agarrando su rostro con fuerza y dejandolo a solas con aquellos hombres.

— Wow, de verdad parece un hombre, pero no tiene pene, definitivamente es una mujer.

Los murmullos abarrotaban la sala, cuestionando su identidad y discutiendo sobre quién se acostaría con él primero.

El tiempo pasaba lentamente, cada segundo se sentía una eternidad. Su cuerpo, agotado y debilitado, luchaba por mantenerse despierto. Sus partes bajas ardían en un dolor punzante, estaba tan cansado que ni siquiera podía expresar alguna muestra de dolor.

Varios hombres lo embestían ferozmente uno tras otro sin descanso alguno por ambos orificios. Aquella clase de hombres que sentían una inmensa curiosidad y morbo acerca de las personas trans como él y que pagaban esta clase de servicios, si así siquiera podían llamarse. Abusaron durante horas de él, desmayándose varias veces en el proceso, hecho que parecía importarle más bien poco a los contrarios, dado que seguían en su labor.

Pasadas unas horas, Dan volvió a despertar, encontrándose esta vez a Sunho y Junmin frente a él.

— Vaya, nos vemos de nuevo. ¿ Qué tal te lo pasaste?— dijo Sunho— En cierta parte, me das envidia, a mi también me gustaría acostarme con tanta gente en un mismo día. Considéralo un favor. No todo el mundo tiene este privilegio gratis.

— Cállate...— susurró Dan completamente destrozado.

— Ja! Encima ordenandome. ¿ Quién mierda te crees? ¿ No has tenido suficiente? — dijo Sunho abalanzándose sobre él.

— Hey, detente— dijo Junmin— Continuémos por donde nos quedamos...Aerin, te lo preguntaremos de nuevo: ¿ Qué eres?

— U-un h-ombre— dijo Dan en apenas un susurro.

— Vaya— suspiro Junmin— respuesta incorrecta— propinándole de nuevo una patada en el estómago.

— Te lo pondré más fácil. Las mujeres tienen vulva y los hombres tenemos pene. Tú tienes vulva, entonces... ¿qué eres?

— No se...Pero...— dijo sin apenas aliento.

—¿ Pero...?— arqueó un ceja Junmin.

— S-si los hombres, como dices... t-tienen pene, también d-deberían tener testiculos, verdad?— dijo Dan con la voz temblorosa.

—Pues claro, ¿qué pregunta de mierda es esa?

— E-entonces...

- ¿ Entonces qué? ¡ Habla de una vez y deja de decir tonterias! — dijo agarrándolo furioso del pelo.

— Entonces... tú tampoco eres un hombre...

— ¿Eh? Qué mierda dices? ¿ Por qué no iba a ser yo un hombre? Si tengo polla.

— Pero no huevos...Maldito cobarde— dijo Dan en un tono firme.

— JAJAJAJAJ, en tu maldita cara Junmin, no tienes pelotas— se reía a carcajadas Sunho.

— Maldita hija de puta— dijo agarrándolo aún con más fuerza del pelo. — Vamos a ir un paso más allá esta vez, no me dejas otra opción. Por lo visto te encanta mutilarte y quitarte partes del cuerpo completamente sanas. Entonces...no te importará tener algunos dedos menos, ¿verdad?

— ¿Q-qué?— dijo Dan asustado.

— Lo que oyes, no me hagas repetirlo dos veces.

— Sunho, pásame los alicates— dijo Junmin sonriente.

—¿ Alicates? ¿ No es mejor una sierra?— dijo Sunho con sorpresa.

— Umm, no. Mira que manos más debiluchas tiene— agarrándolas gentilmente— Saldrán con facilidad.
Dan apretó más que nunca sus puños, impidiendo así que pudieran agarrar sus delgados dedos.

— No hagas las cosas más complicadas aún, preciosa— dijo Junmin acariciando su rostro— Terminaremos muy rápido si aceptas tu destino.

Dan, aún teniendo las extremidades atadas, se movía en un intento de evitar ser aún más dañado. Con un rápido movimiento, Sunho agarró con fuerza su mano derecha, extendiendo sus dedos.

— N-no, por favor, basta!

— Es demasiado tarde para súplicas. Qué pena que estos lindos dedos tuyos se vayan— dijo Junmin acomodando los alicates a la altura de la falange proximal de su dedo meñique— A la de una, a la de dos y a la de...— canturreaba Junmin— TRES!

Con un rápido movimiento y aplicando gran fuerza, este arrancó el dedo del mayor haciéndolo retorcerse y agonizando del dolor a la vez que la sangre salía disparada del mismo.
Tras ello, Junmin continuó con su dedo anular, provocando nuevamente un grito desgarrador y un llanto desconsolado de Dan.

— Para...por favor...Ya no más...— dijo Dan con un hilo de voz— Haré lo que...me pidáis...

— Está bien. Te daremos una oportunidad más. Dime, ¿ cómo te llamas?

— Me llamo Kim...Kim Aerin— accedió finalmente Dan mientras sus lágrimas seguían saliendo.

— Muy bien. ¿ Y qué eres?

— Soy...u-una mujer— finalizó Dan totalmente rendido.

—Já! Con lo fácil que era y lo difícil que lo hiciste, eh? — dijo Sunho dándole una palmadita en la espalda.

— Muy bien, Kim Aerin! — exclamó con orgullo y satisfacción Junmin ante aquella confesión— Ya casi estoy satisfecho, como has aceptado finalmente que eres una mujer, debo asegurarme que mueras como una, así que no puedo dejarte ir, debes morir aquí.

Dan estaba agonizando del dolor, sin fuerza alguna para realizar la mínima acción.

Estos, lo agarraron del pelo, arrastrándolo de este por las escaleras hasta llegar a la azotea del gimnasio.

Esa noche, el aire frío azotaba el rostro de Dan. Sunho y Junmin lo llevaron al borde, asegurándose de que no pudiera escapar.

—Vamos a darle otro pequeño susto a ese cabrón de Jaekyung. Vas a tener un trágico accidente, Aerin —dijo Junmin—Un falso suicidio. Nadie sospechará, al igual que con la amiguita de Jaekyung.

—Por favor, no... —susurró Dan quebrado por el dolor.

—Es demasiado tarde para suplicar, ya te lo dije. Que tengas un buen viaje allá dónde vayas, Kim Aerin. Hasta nunca— dijo Junmin mirándolo con desprecio arrojándolo al vacío.

Continuará...

Remontando al pasado. Kim Dan Trans (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora