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Narra Adara.

Han pasado 3 días desde la vez que el demonio de Elios me durmió, solo veo d en las horas de comer y aveces viene a la habitacion para "visitarme", eh visto desde la ventana a la hermana de Elios, cada día pasa a el jardín y se mete entre los arbustos. Elios no me ah dejado salir aun de esta habitación y que bueno que no viene a dormir aquí.

Tengo miedo, ya casi se acerca la boda, esa boda tendré que besar a Elios y asco, no pienso besarlo por más bueno que este, no.

Me acerco a la cama y me siento, espero a la llegada de Rosa para que traiga mi comida pero en vez de Rosa aparece Jaden. ¿Qué?

–Hola, hada de jardín–me saluda mientras se mete a la habitacion con una sonrisa ligera que da miedo, ¿viene de familia?

–¿Jaden?–pregunte confundida, hace un momento la vi en el jardín y ahora mágicamente esta parada enfrente de mi.

–Si, ¿a quien esperabas? Solo te visita Rosa y yo soy tu cuñada.

–Bueno.–me quede callada sin saber de que hablar.

–Mi hermano es un maldito demente, ¿como encierra a su futura esposa?–me hagarra de mis mejillas con una sola mano y me expecciona.

–Eres tierna, te vez inocente.–de eso casi no tengo nada.

–¿Eres tímida?–su voz se volvió juguetona.

–¿Ah? No, solo que me sorprende.

–Claro, ven, te voy a sacar de esta habitación, Rosa ya sabe.–hagarro mi mano y me saco casi arrastrándome.

–bien, te voy a llevar a mi habitacion y vamos a jugar.–¿Acaso es una niña?

–Disculpa, pero ¿jugar que?–pregunte sin entender, no encuentro sentido.

–Mascarillas, peinados, ver películas, todo por hacer enojar a Elios.

–¿Hacerlo enojar?–repeti–¿Estás loca?–mi voz salio en un susurro ansioso y casi de pánico.

Una risilla de parte de Jaden salió y me siguió guiando tomada de mi muñeca por los pasillos de la casa, llegamos a una habitación no tan alejada de la mía y jaden la abrió metiéndome casi empujándome.

–Bien, ¿primero peinados o mascarillas?–dijo casi en un chillido emocionada.

–Disculpa, ¿que edad tienes?–se ve de 25.

–20, si crees que actuo como una niña, estas en lo correcto, no demuestro amor por los demás y a ti si, me caes bien, hada de jardín.

–Te vez más grande.–nos sentamos en el piso y ella sacó sus mascarillas fáciles y las puso en filita con una sonrisa de niña pequeña.

–Tengo de todos, ¿cual quiere?–mire todas las mascarillas y sonrei, tendré otra amiga en esta casa al menos.

Vannicelli's obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora