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PDV Violeta

Llevaba un día de locos, no había podido parar un segundo cuando me entró la llamada de mi hermana.

Me extrañó que llamara porque ella solía simplemente escribirme, por eso mismo no tarde en atender.

- Tana ¿Va todo bien? Estoy tapadisima de curro. - Dije mientras caminaba por la calle de camino a casa.

-  Si tía tranquila... Escúchame te necesitaré aquí. Necesito tu ojo crítico. -Me respondió ella transmitiendome tranquilidad.

- ¿No puedes enviarme imágenes y opino desde aquí?- Pregunté casi en  súplica

- No Violeta te necesito aquí, venga porfa eres la mejor en esto. No debería haberte dicho nada. - Dijo bastante seria, aunque cuando mencionó lo último lo dijo arrepintiendose de haberme dado aquella información.

- Claro que tenías que decírmelo ¿De que vas? ¿Pretendías que fuera y me topara de lleno con ese percal? Me prometiste  que lo resolverlas por mi. - La verdad es que estaba molesta porque dijera eso.

-Tampoco te pongas en víctima tata. No pensaba hacerte una encerrona pero desde que sabes que ella está aquí solo le huyes a la ciudad y te recuerdo que en una semana no tendrás excusas para evitar esta ciudad- Cayetana había decidido decir verdades y no podía ir contra eso.

- Hasta estoy analizando bajarme de la muestra...-  Se lo dije porque hacía 5 días rondaba por mi cabeza esa posibilidad.

- No, ni de coña. jamás creí que diría esto pero luego de cinco años y de haberla visto como la ví creo que igual deberías despojarte de esa posición en la que te has puesto porque de esa forma solo te haces daño a ti misma. -  Escuchar que hiciera referencia a como la había visto había despertado mis alertas inconscientemente pero tampoco iba a demostrarlo.

- ¿De la forma en la que la viste? Seguramente está mejor que nunca y por eso me dices esto. - Respondí desde el ego aunque realmente esperaba que fuese por esa razón.

- Yo no he dicho eso... El punto es el siguiente, mañana a primera hora estarás aquí sin falta. Yo me encargaré de las negociaciones con ella porque no creo que estés lista para eso pero tú te centraras en la muestra y en dejar esa galería chulisima.- Cuando mi hermana usaba ese tono no había espacio para el reproche simplemente debía hacerle caso y ya está.

- Me cago en ti Cayetana, que lo sepas. - De esa forma asumí mi derrota y le confirme que iría.

- Me amas cariño  supéralo. Luego dime si vienes sola o con compañía para saber si te pido otra habitación o te quedas conmigo.

En cuanto corté la conversación telefónica con Cayetana supe que no tenía escapatoria. Hace una semana mi hermana me había comentado con todo el tacto posible que la empresa que estaba gestionando uno de los eventos más grandes de la industria en la que estaba intentando meterme  estaba a cargo de nada más y nada menos que mi ex. Aquello fue una sorpresa para ambas porque sabíamos perfectamente que Chiara jamás había aspirado a pasar sus días encerrada en una oficina pero al parecer tenia un cargo alto. Eso significaba que había logrado lo que buscaba al irse.

Desde que supe que Chiara se encontraba en Barcelona he intentado frenar mi viaje, me aterraba estar en la misma ciudad que ella. Su huida aún dolía demasiado y el pensar en la posibilidad de verla nuevamente me volvía pequeña.

Chiara Oliver dolía y era una herida que los años no lograban cicatrizar, aún recuerdo esa puta nota en la que se despedía, eres libre decia... Chiara se fue creyendo que me hacía daño y no fue capaz de decírmelo en persona. Desde que la he conocido he intentado que hablara de sus problemas pero hasta el día en que se fue no logró hacerlo.

La luz que te he quitado - kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora