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SIN PDV

Luego de aquella cita en el instituto, tanto Chiara como los niños se quedaron contentos, y para finales de esa semana ya estaban cursando en el nuevo instituto.

Chiara podía notar cómo ellos estaban más relajados e incluso cómo Joey, en poco tiempo, había logrado alcanzar a sus compañeros de clase.

Habían pasado unas semanas de la conversación que habían tenido Cayetana y Chiara, y la última se había enfocado de lleno en ese evento para que saliera perfecto.

Había logrado fichar a artistas más conocidos y estaba contenta por eso. La verdad es que le apenaba pensar en que Violeta se perdiera esa oportunidad, y por eso esa tarde llamó a Cayetana.

—¿Chiara? ¿Ha ocurrido algo? —preguntó confusa la menor, que no acostumbraba a recibir llamadas de la mayor.

—Cayetana, tía, escúchame. Tengo la lista de los artistas fichados y los que harán presencia. Te acabo de mandar el archivo. Escúchame bien, mándaselo a ella y dile que no puede decir nada porque algunos son sorpresa.

—Me estoy perdiendo de la mitad, Chiara.

—Joder, Cayetana, he fichado a gente muy guay, muéstrale el listado a ver si así la convences de venirse. Si necesita que no esté, me avisas. Hoy te envío las credenciales para ambas. Si no decide ir, pues no la usa y, si no, ya la tiene.

—Madre mía, tía, que acabo de verla así muy por encima y los nombres... ¡Qué nivel!

—Estás hablando con Chiara Oliver, cariño. Nadie le dice que no a Chiara Oliver.

—Bueno, yo sé de alguien.

—Tu hermana es otra cosa, es otro nivel. Nadie puede contra Violeta Hodar.

—Yo creo que tú sí puedes con ella, pero eso es otra historia. Se lo pasaré y luego ya le digo que se lo piense, pero que no suelte nada o te metes en problemas.

—Exacto, guapa, adiós.

Cortaron la llamada y Chiara se quedó súper a gusto con aquella conversación. La verdad es que esperaba ver a Violeta en ese evento, no por ella, sino por lo que le serviría a la rubia estar allí y codearse con esas personas.

El evento estaba a la vuelta de la esquina y los nervios en Chiara crecían; por suerte, tenía a un equipo increíble ayudándola con todo.

Por otra parte, en Madrid, las cosas comenzaban a tomar un rumbo. Violeta, al verse tan desbordada por la situación, se dio cuenta de que necesitaba ayuda y acudió a terapia. Llevaba unas semanas en ello y de a poco comenzaba a tener todo más claro.

Luego de hablar con su terapeuta, decidió que era importante hablar con Julia para explicarle mejor la situación.

Aquella conversación había sido dura pero necesaria. Tanto Julia como Violeta llegaron al acuerdo de darse un poco de tregua mutuamente. Si bien seguirían en contacto, evitarían verse al menos hasta que estuviesen seguras de que al verse no habría confusiones.

El trabajo que tenía por hacer Violeta no era fácil. Ella había dejado reposar la herida y le había dado tiempo para que cicatrizara sola, pero como no lo hizo, ahora le tocaba a ella hacer algo por la herida.

No estaba siendo fácil para Violeta; se había encontrado con que una situación que creía sanada no lo estaba. La terapia le estaba ayudando mucho, pero aún quedaba un camino largo por recorrer.

Cuando Cayetana le envió aquel listado a Violeta, esta última no tardó en llamarla.

—¿Cayetana, qué coño es eso? ¿Cómo lo has conseguido? Dice hasta los invitados sorpresa y esos no se pueden saber.

La luz que te he quitado - kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora