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PDV CHIARA

Llevábamos un rato observando fotos y recordando momentos juntas, incluso llegamos a reírnos de ver fotos de cuando aún no estábamos juntas y darnos cuenta de lo encoñadas que estábamos. Era muy evidente.

En un momento, tuve entre mis manos una que me hizo estallar de la risa y Violeta, en cuanto lo notó, me miró intentando ver qué estaba viendo.

—Ni lo sueñes, Violeta, esta foto hay que quemarla.

—Pero Kiki, si tú te has reído, yo también quiero.

—No, porque yo me puedo reír de mí misma, pero tú no, y te vas a meter conmigo porque aquí es que si me dices que no se notaba mi encoñamiento... Es que hasta un ciego lo ve.

—Venga, muéstrame... —dijo y yo suspiré mostrándosela.

La foto era de nosotras en Año Nuevo, justo el año en que terminamos el instituto. Violeta estaba sentada, bebiendo un trago, y yo, pues, estaba a su lado viéndola toda encoñada, vamos, que me acordaba perfecto del momento y de cómo la que hacía la foto era Cayetana, y cómo yo misma me iba a correrla para que eliminase la foto porque sabía lo que era el contenido.

—¿Esa fue la vez que fuiste corriendo a perseguir a mi hermana para que borrara algo? —preguntó Violeta.

—Para ese entonces, yo tenía clarísimo que estaba hasta las trancas por ti, y Cayetana, de mentira, verdad me lo había sacado, entonces se metía conmigo todo el rato. Ella me mostró que eliminaba la foto, pero se ve que tenía una copia de seguridad.

—¿Y cómo llegó a ti? En plan, si la foto era de Cayetana.

—Me la dio de regalo por Reyes, con una cartita. Espera, creo que la tengo, era graciosa.

—¿Aún conservas una cartita de mi hermana?

—Bueno, no sé dónde está, pero en alguna parte de la caja tiene que estar, básicamente me decía que si no era su cuñada para las fiestas del año siguiente se iba a enfadar conmigo porque quería que su hermana estuviese con alguien que la mirase así de lindo y eso solo lo hacía yo. Además, se metía contigo y decía que tenías un gusto malísimo y que solo te liabas con tíos. Y que quería que tuvieras novia.

—Pero qué falsa, justamente la reina de las heteras se venía a meter con quién me liaba, madre mía, muchas alas le daba a esa chavala.

—No lo decía a malas, en plan, que un poco me pintaba como la heroína y quién iba a rescatarte del mal gusto, movidas de una preadolescente, ya casi adolescente o adolescente en sí, ya no sé cuándo son los cambios.

—Se lo echaré en cara luego, que justamente ella me venga a decir a mí lo de que solo estaba con tíos, cuando la cabrona si se ve con una tía no me cuenta nada, pero cuando tiene dramas con tíos o se ve con uno sí me cuenta.

—¿Tana es bi?

—Pero claro, ¿tú te piensas que siendo mi hermana iba a permitir que fuese hetera? Pues no, mi cielo.

—Violeta Hódar, convertidora de heteras hasta con su hermana.

—Uff, Kiki, nooo, qué mal rollo me ha dado eso. La primera tía con la que se lió fue porque era su mejor amiga y ambas tenían dudas y lo vinieron a hablar conmigo y yo les dije que no podían saber sin experimentarlo y, bueno, ellas luego decidieron que como se tenían confianza y tal...

—No lo había pensado por ese lado, Violeta, tienes razón, sonó horrible. —Se rió y luego negó con la cabeza— O sea que la mandaste a experimentar por ahí, vamos a que busque su conejillo de indias un poco como lo hicimos nosotras.

La luz que te he quitado - kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora