Capitulo 10: Reunión.

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Capitulo 10.

Desperté acostado en una cama, dentro de una habitación limpia pero sencilla, hecha a madera firme y de buena calidad; aquello se me hacía familiar. Me incorporé y sentándome en el borde de la cama fije mi vista en mis brazos que empecé a sentir algo pesados, notando que estaban llenos de curitas y parches, además de algunas manchas de sangre. Decidí levantarme, y de inmediato sentí mi cuerpo algo débil, pero con la suficiente fuerza para salir de esa habitación.

-Vaya, miren quien se levantó-dijo un relajado y tranquilo Charly, ya no vestido con aquel gabán negro si no con un suéter fresco y muy moderno, finalmente me di cuenta que estábamos en la casa de Marco; específicamente en el comedor. Entre todos me tomaron y me hicieron sentar.

Ahí estaban Helena, Marco y un señor de alta estatura, pelo rubio y piel blanca con al parecer varias heridas en sus brazos y rostro... pero la mayor sorpresa era que allí se encontraba mí abuelo ¡Mí abuelo!

- ¿Qué haces aquí?-le pregunté; sonrió al instante.

-Has estado tres días fuera de casa-miró a Charly con cara divertida-tenía que saber por dónde andabas.

-¿Qué? ¿Tres días?-el abuelo asintió.- Pero, ¿Cómo? Si ni siquiera luché o algo así.

-Pero las ramificaciones con las que Reed te atrapó al parecer tenían veneno en su interior-interrumpió Charly- las cuales se te transmitieron al contacto; cuando te trajimos de vuelta estabas tan débil que ni siquiera podías caminar.

En ese momento repase en mi mente, y me di cuenta de que no recordaba más después de que aquella mano gigante o lo que fuera, me atrapara en su interior mientras Helena estaba tendida en el suelo mal herida y Charly peleaba a muerte con aquel tipo rubio. De inmediato miré mí compañera y efectivamente tenía un cabestrillo en su brazo izquierdo.

-Vaya, me he perdido de mucho...-Todos soltaron risas-­­. Pero, aún no entiendo porque mi abuelo anda por acá...-Charly volvió a sonreírme.

-Tú abuelo siempre nos ha ayudado como un espía-afirmó -siempre ha estado al tanto de nuestras actividades, y nos ha ayudado mucho a pesar de no tener sangre cazadora, así que estaba consciente desde hace mucho rato de que tu destino era ser uno de nosotros, por eso nos ha ayudado a localizarte e investigarte-soltó una risita-como por ejemplo; las muestras de sangre que robamos de tu escuela.

-O el del dejarte llegar tarde por estar entrenando con Marco...-añadió mi abuelito con cara de pícaro.

Y todos volvieron a soltar risas.

Todos excepto Marco que aún se mantenía en silencio.

-Pero pienso que deberíamos aclararle varias cosas a Sherman-dijo de repente Helena, mientras se acomodaba el cabestrillo, el cual al parecer no le gustaba llevar-, ya no podemos seguir escondiéndole tanto.

Y estuvieron de acuerdo, hasta el mismo Marco, que por fin rompió su silencio inquietante.

-Servirá para su entrenamiento-dijo mirando al abuelo.

-Entonces díganme-intervine de manera rápida y atrevida-¿Quiénes eran esos tipos?- al escuchar Charly se dispuso a hablar, pero...

Mi abuelo lo detuvo de repente.

-Disculpen, señores y señorita, pero debo irme.

-P-pero, ¿Porqué, abuelo?-le pregunte sin entender su repentino deseo de salir de allí.

-River juega en unas horas-explicó-no puedo faltar, perdona, te vengo a buscar mañana.

Y sin más se colocó un sombrero negro en su cabeza que ya no tenía nada de pelo y abriendo la puerta se fue.

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