Capitulo 2: Preguntas y respuestas.

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Capitulo 2.

Desperté en el interior de una casa desconocida para mí. Intente moverme pero no podía; mis brazos y mis piernas estaban totalmente atadas, además era incapaz de hablar porque mi boca tenia pegada cinta adhesiva, y tampoco podía ver, porque todo estaba completamente oscuro. Duró sin que pasara nada uno diez o veinte minutos, quizás más o quizás menos, pero la verdad no tenía muy buena noción del tiempo en ese momento, hasta que sorpresivamente las luces del lugar se encendieron y dos personas aparecieron en frente mío; una era la chica de pelo rubio que al parecer me había traído hasta acá, la otra era un hombre de estatura promedio, algo delgado, con cabello entre rubio y gris y ojos del mismo color.

-¿Este es el chico?-preguntó el hombre.

-Así es-respondió la chica.

-Está bien-dijo mirándome-quítale la cinta.

La chica que se me acercó y delicadamente me quito la cinta de la boca; me sonrió y se colocó de nuevo al lado de aquel hombre.

-¿Sherman cierto?-me preguntó el hombre y yo respondí asintiendo con la cabeza- un placer conocerte. Tranquilo no te haremos nada.

-Perdona por haberte traído así-prosiguió la mujer-pero estabas tardando mucho y no podemos estar perdiendo tiempo.

-Exacto, pero bueno, me presento-dijo el hombre-me llamo Carlos, pero todos me dicen Charly.

-Y yo me llamo Helena-interrumpió la mujer-ahora, necesito que nos escuches bien, hay muchas cosas que tenemos que decirte.

Yo simplemente la mire y asentí con mi cabeza.

-Vi que has leído sobre esto-Charly me mostró un periódico igual al que Juan me había enseñado en la mañana-Muy interesante ¿no?

-Pues...si-dije dudoso, a decir verdad no me interesaba un comino el tema de lo "sobre natural"

-Tienes razón, son tonterías de la prensa-¿Qué diablos? ¿Leyó mi mente?-pero toda mentira posee cierto grado de verdad.

Charly arrugó el periódico y lo lanzó a un bote de basura que se encontraba en una esquina. Yo tenía una cara de tonto en ese momento ¿Acaso ese tipo había leído mi mente? ¿Si no era así como diablos hacia para adivinar mis pensamientos? ¿Había sido una simple coincidencia? Mire a Helena buscando respuestas, pero ella solo se limitaba a sonreírme, Charly se volteó con la intención de seguir con nuestra "amena" conversación.

-Mira, aunque no lo creas, en esta ciudad existen lo que comúnmente llamamos monstruos -dijo mientras se colocaba las manos en los bolsillos de la chaqueta-pero realmente son demonios oscuros, que entran a nuestro mundo cuando se produce un vértice en el mas allá, produciendo que espíritus del infierno posean personas o animales; lo cual no es bueno.

-Nuestra labor es cazar a esas criaturas cuando posean algún cuerpo-dijo Helena que por fin se había dignado a hablar- para que no le puedan hacer un daño a la gente del común.

-Los cazadores somos los únicos que no podemos ser poseídos-prosiguió Charly-puesto que tenemos un tipo de sangre especial que les impide entrar en nuestros cuerpos. Tu, mi querido amigo, tienes ese tipo de sangre.

-¿Ah sí?-dije con voz provocativa e intimidante; porque la verdad no me creía nada de esto-¿Cómo lo saben?

Charly sacó de su chaqueta un tubo pequeño de vidrio, el cual tenía un líquido rojizo.

-Es muy fácil entrar en la enfermería de tu colegio ¿Sabes?-sonrió.

"Desgraciado", fue lo que pensé al escuchar eso. Estos dos estaban locos, ¿Cómo les cabía en la cabeza que me comería todo este cuento? Seguramente se habrían escapado de algún manicomio.

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