Witchblood

Aliviar el estrés

Todo lo que me mata, me hace sentir vivo
Counting Stars - One Republic

Capítulo 27

—¿Qué haces aquí? ¿Se te quitó el sueño?

—Me aburrí de dormir.

—¿Quién se aburre de eso? —reproché en voz baja, no quería despertar al rubio dormido encima mío.

—¿Cómo están tus hermanos?

Su pregunta me tomó por sorpresa, así que me quedé unos segundos mirándolo extrañada mientras procesaba la pregunta ¿Porqué estaría preocupado por mis hermanos?

—¿Estás enfermo?

—¿Qué?

—No encuentro otra razón para que me preguntes algo así.

—Bueno, supongo que me lo merezco —desvió su mirada hacia la ventanilla.

La noche acobijaba a las nubes dentro del oscuro cielo, por lo que todas las luces del avión habían sido apagadas para que los de adentro descansaran. A pesar de tener ojos tan negros, se reflejaba una luna creciente preciosa en ellos. Quise suspirar, pero no cometería tal estupidez. Suficiente tenía con que Vic creyera que él me atraía de alguna forma. Si, era atrayente hasta decir basta, y al principio de conocerlo me había hecho babear, pero con ese carácter de mierda era imposible que me fijara en el de una forma que no fuera meramente física.

O al menos de eso quería convencerme.

—¿Qué te mereces? —pregunté mirando también las nubes. La luna se estaba escondiendo en una de ellas, por lo que solo quedó su resplandor.

—Tu desconfianza.

—Pff, ¿y qué esperabas? ¿Qué cayera al suelo y besara tus pies por tu preocupación? No me hagas reír.

—¿Me vas a responder lo que te pregunté?

—¿Qué te importa?

Una vena palpitó en su cuello debido al enojo que de seguro estaba engullendo a fuego lento dentro de él, y yo solo pude regocijarme por aquella reacción.

Eso, Káliz. Enójate y haz que me divierta.

—Lo haces a propósito, ¿cierto? —preguntó entre dientes.

Incapaz yo, ¿cómo creerías eso?

—No es mi culpa que te prendas como un fosforito solo porque no hagan lo que quieres.

—Estoy intentando ser amable contigo, Daf —protestó mientras me escrutaba con su intensa mirada—. Y sé que no debes estar de humor, pero al menos déjame intentar que no queramos matarnos por un momento aunque sea.

Suspiré rindiéndome ante su propuesta y me apachurré un poco contra Zayn, ni siquiera había pestañeado por nuestra conversación, y esperaba que siguiera así. El cazador no se movió de su lugar y yo le devolví la mirada intentando parecer un poco frívola, aunque no sabía si había funcionado.