(Primer libro de la Saga Ojos Malditos)
Dicen que todas las familias tienen una manera distinta de funcionar. Cada una tiene su propio mecanismo, sus propios hilos, su propia escencia. Cada familia tiene su propia estructura y su categoría. Ninguna...
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Capítulo 31
Llegamos tan rápido como pudimos al hotel.
Aún sentía mis piernas algo tambaleantes por el anterior suceso, y el sabor de la sangre de Káliz impregnada en mis papilas como si fuera a cicatrizarse para siempre en mi interior. Una cicatriz ardiente y con un sabor exquisito a algo prohibido. Algo que nunca debió suceder, algo completamente fuera de lugar.
El solo debía escoltarme, su trabajo normalmente era cazarme, y mi instinto matarle.
Pero la verdad, creo que dentro de mí no le estaba dando la importancia suficiente. Sabía del riesgo, pero no dudaría de nuevo en volver a besarlo como hicimos hace unos minutos, y mi sentido de conservación decía mucho solo con pensar en eso.
—¿Pero qué estás diciendo? ¿Dónde estaban los demás? —Káliz hablaba con Mik por el móvil, se veía tenso. Le pregunté qué ocurría pero me hizo una seña para que le dejara escuchar—. La niña incluso nos advirtió, te lo dije Mikhail ¿Cómo es posible que nos tomaran por sorpresa si ya sabíamos lo que podía ocurrir?
—¿Pero qué pasó? —me decidí a preguntar—. ¿Te refieres a mi hermana?
Káliz colgó con tosquedad y se volteó a mí mientras aumentábamos la velocidad de nuestros pasos.
—Una vampira se metió al hotel y se llevó a la bruja. More y Andrea estaban vigilándola, pero por alguna razón, no lograron frenarla.
—Esos son los demás tipos del escuadrón de Carlotta. ¿No se supone que si son cazadores pues, no se, tengan más experiencia con esto?
—En estos momentos los único que me importa es que esa bruja no llegue a manos de Valeria. Puede que sospeche, pero sí sabe porqué buscamos las escrituras, se volverá loca al saber que la familia ha tenido razón todo este tiempo.
—Tampoco le hemos dicho mucho —declaré confusa.
Llegamos a la entrada y nos encontramos a Mik esperando con los coches aparcados. Elías salió de detrás de uno y se pasó al lado del ruso de brazos cruzados. Su cara lo decía todo.
—¿El título de cazadores lo tienen de adorno o qué?
—No es momento, Eli —le frené antes de que empezara a soltar de las suyas.
—¿Y a mí qué? No estoy aquí para ser comprensivo con nadie, si se ofenden por la verdad, es su problema.
—Mejor vámonos, no deben estar lejos —Mikhail se subió al asiento del conductor y Káliz le siguió en un incómodo silencio. Eli y yo nos sentamos atrás y me volteé a la ventanilla trasera para ver el otro coche.
—¿Y los demás?
—Zayn lleva a Giselle y Zura, Andrea se quedará con Vic y tus hermanos. More se adelantó en una moto.
