Obsesionado

Tranquilo amor mío

El tiempo había pasado desde que se había encargado de deshacerse de aquel sujeto, quedando en el olvido para él. No obstante la gente había empezado a hacer un revuelo, pues les parecía preocupante que un chico tan bueno como Yeong desapareciera.

Y para desgracia suya Dan era parte de esa gente, pues se aferraba a la idea de saber que le había sucedido a su amigo y próxima cita, cosa que le hacía sentir de una manera enfadada, pues no soportaba los celos.

Un día más iba llegando a la escuela de Dan, pues como costumbre lo acompañaría a casa. Al llegar noto como su amado estaba siendo abrazado por un chico de cabelleras rubias, quién lo veía de una forma amorosa.

'Carajo ¿¡Otro idiota!?' pensó con enfado.

Se quedó en silencio viendo como aquel sujeto invadía el espacio personal de Dan, ignorando que el chico parecía un tanto incómodo. Los celos lo invadían, pero explotaron de una manera impresionante al ver como aquel desconocido le daba un beso en la mejilla a Dan.

'¿¡Quién es!? ¡Nunca lo había visto! Maldición, me he estado distrayendo mucho'

Camino a la dirección del castaño una vez que el intruso se marchó, logrando apreciar el sonrojó en las mejillas contrarias.

'¡Yo debería ser el único en lograr que se sonroje!'

— ¿Otra cita?— pregunto con burla, aún si se moría de celos.

— Ni de chiste.— le respondió.— Minho es un idiota que solo juega con sus parejas.

'Bueno, eso me garantiza mucho, aunque probablemente me tenga que encargar de él'

— Lo que tiene de guapo lo tiene de hijo de puta— dijo Dan enfadado mientras le seguía el paso.

'¿¡Guapo!? ¿¿¡¡Guapo!!??'

— ¿Acaso te parecen todos guapos?— pregunto sin poder evitarlo.

— Claro que no.— respondió con una sonrisa.— Pero no puedo negar la verdad.

'¿Cuál verdad? Esas escorias trastornadas no te merecen, nadie te merece más que yo'

— Tienes un pésimo gusto.

— ¿Te atreves a criticarme? Dime ¿Cuál es tu gusto?

'Tú eres mi gusto, solo tú ¡Tú! ¡¡Tú!! ¡¡¡TÚ!!!'

— Te puedo asegurar que mi gusto es mucho mejor a los que tú tienes.

— ¿Cuando se te quitará lo arrogante?

— Se me quitará cuando a ti se te quite lo pobre.— respondió con burla.

La risa de Dan resonó en sus oídos, grabándose tal cual como si fuera una melodía pegajosa, pero a la vez una muy hermosa.

— Que idiota.— dijo entre risas.

— No más que tú.— respondió con burla.— Oye ¿Podría quedarme contigo hoy en la tarde?

— Ah...— Susurro de repente quedándose callado— No lo creo, hoy no estaré en casa.

— ¿Y eso?— cuestionó él.

' Que lastima, me hubiera gustado poder hablar con él'  pensó decepcionado 'Aunque bueno, aún puedo seguirlo'

— Iré con los padres de Yeong a la búsqueda, ya sabes, aún siguen con el caso abierto.

Al escuchar eso su sonrisa se debilitó, pero gracias a su buen control es que la pudo mantener.

— ¿Aún no lo encuentran?— pregunto con fingida preocupación.