“¡Es el día, es el día!” Abrió sus ojos tras una larga noche y se encontró a Vega de pie en la cama de Juanjo. “¡Papá, Martin vamos a llegar tarde!” Miró a su novio, quien miraba al techo de la habitación como si estuviera replanteándose su vida, y se sintió agradecido de poder ver escenas como estas nada más despertarse.
“Vega por favor, son las ocho de la mañana y el recital es a las doce y media.” Se quejó Juanjo.
“Pues eso, que vamos tarde.”
Martin se sentó. “Venga, vete lavando la cara y las manos y ahora desayunamos.”
“¿Ves? Martin me entiende.” Saltó de la cama y se fue al baño.
Juanjo se sentó también y le abrazó desde atrás, moviéndole hacia él. Se giró y colocó entre sus piernas y se dejó hacer. “Buenos días, amor.” Dejó varios besos en su cuello y luego un beso en sus labios.
“Uy, vaya aliento.” Se burló Martin cuando se separaron.
“¿Cómo?” Y de repente sintió sus dedos rozando su piel y dejando cosquillas en esta. Intentó escapar pero Juanjo siguió.
“¡Juanjo para!” Intentando apartarse y huir, acabó tirado en la cama con Juanjo encima de él. Sus brazos descansaban a cada lado de su cabeza, sus piernas se entrelazaban con las suyas y su respiración se juntaba con la suya. “Bésame otra vez.” Susurró y Juanjo sonrió.
“Con gusto.” Eliminó todo espacio entre ellos. Sus labios fueron encajando con los suyos mientras el latido de sus corazones se sincronizaba. Martin abrió la boca como una invitación, Juanjo la aceptó. Se besaron durante minutos, estaban tan inmersos en el beso que se habían olvidado de respirar. Se separaron cuando no tuvieron otra opción. “Esto sí que es un buen despertar.”
Dejó un último beso en los labios de Juanjo antes de que este se tumbara a su lado. “¿A qué hora tenemos que estar ahí?”
“Sobre las once.”
“Uf.”
“¡Venga levantaros!” Vega apareció de nuevo en la habitación e intentó tirar de ellos fuera de la cama.
“Sí, jefa.”
_____
Entraron al edificio los tres dados de la mano, Vega en el medio. De vez en cuando cogía carrerilla para saltar y ellos la levantaban como si estuviera volando. “Hola, ¿qué tal?” Se acercaron al grupo de los demás padres y los profesores. Vega corrió hacia sus amigos.
“Hola Juanjo. Uy, ¿venís acompañados?” Preguntó una de las madres.
“Sí.” Rio antes rodear a Martin por la cintura. “Este es Martin Urrutia, mi… compañero de vida.” Le miró sin creerse cómo le había llamado. Quería llenarle la cara de besos cuando le decía cosas así.
“Encantada, soy Bea.” Le ofreció la mano y la estrechó.
“Encantado.”
“Mira por ahí vienen Violeta y su novia.”
Se giró hacia las chicas. “Hola- ¿Chiara?” Su compañera de piso se paraba enfrente de él. Iba de la mano con la pelirroja.
Los dos se miraban sorprendidos. Martin no pudo evitar pensar en Ruslana y la conversación que tuvieron hace unas semanas. “Esta es Violeta, Martin.” Fue lo primero que dijo por los nervios.
“Bueno, ya nos conocemos.” Se sonrieron.
“¿Ah sí? ¿O sea que este es tu Juanjo?” Ambos hombres se sonrojaron por la pregunta.
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Wouldn't it be nice?
RomansaMartin nunca se podría haber imaginado que se acabaría enamorando del padre de su alumna.