Capítulo 7: Encuentros Fortuitos (Lucas)

72 8 0
                                    


Esa noche, después de un día de competencia intenso, haber ganado mi primera medalla de oro olímpica y una tarde de mucha celebración con mis compañeros y entrenadores, me dirigí a la alberca de la villa olímpica porque decían que ahí no había mucha gente y era el lugar perfecto para poder tener un momento de relajación. Necesitaba un momento para descansar y procesar todo lo que había ocurrido. La emoción y la adrenalina seguían corriendo por mis venas, pero sabía que era importante encontrar un equilibrio y descansar antes de las siguientes competencias.

La alberca se encontraba tranquilamente iluminada, y el suave sonido del agua tenía un efecto calmante. Me sumergí en el agua y nadé lentamente, dejando que el frescor me ayudara a despejar mi mente. Después de unos minutos, noté a alguien sentado en uno de los bancos junto a la piscina. Era Sophie, que sorpresa encontrarla de nuevo y con una actitud totalmente diferente a la que había tenido el día de la inauguración. En ese momento estaba sola, con la cabeza baja y los hombros ligeramente encogidos.

Me acerqué un poco más, con cierta cautela, y, al verla de cerca, noté que estaba llorando. Su expresión de tristeza contrastaba con la energía y la determinación que había visto en ella durante la ceremonia de inauguración. Sentí un nudo en el estómago y en la garganta, queriendo ayudarla, pero sin saber exactamente cómo, ni si sabía sí ella quería que yo estuviera ahí porque no teníamos esa relación de confianza, de hecho, no teníamos ni siquiera una relación.

-Hey, Sophie,- dije con suavidad, tratando de no asustarla. -¿Estás bien?-

Ella levantó la vista, sorprendida al principio, pero luego me reconoció. -Lucas,- respondió, tratando de secar sus lágrimas rápidamente. -Sí, estoy... estoy bien. Solo ha sido un día largo y algo complicado.-

Podía ver que no estaba del todo bien. Me acerqué y me senté a su lado, sintiendo un ligero nerviosismo. -¿Quieres hablar de ello? A veces ayuda compartir lo que uno está pasando.-

Sophie suspiró y se tomó un momento antes de responder. "Es solo... la presión. A veces es abrumadora. Hoy tuve una buena actuación, pero siempre hay más expectativas, más metas que alcanzar. Y es difícil no sentirse atrapada por todo eso.-

Asentí, entendiendo perfectamente lo que decía. -Sí, lo sé. La presión puede ser inmensa. A veces parece que nunca es suficiente, que siempre hay algo más que demostrar.-

-Exactamente,- dijo ella, mirándome a los ojos por primera vez desde que nos sentamos. -Es difícil encontrar un equilibrio. Quiero ser la mejor, pero a veces me pregunto si en verdad lo lograré.-

-Te entiendo,- dije, recordando mis propios momentos de duda y agotamiento. -Para mí, hoy fue un gran día, pero mañana puede ser completamente diferente. Lo importante es recordar por qué empezamos en primer lugar. El amor por el deporte, por el desafío, por superarnos a nosotros mismos.-

Sophie asintió lentamente, pareciendo reflexionar sobre mis palabras. -Sí, tienes razón. A veces es fácil olvidar eso en medio de toda la competencia y la presión.- Al mismo tiempo que sus lágrimas paraban un poco su recorrido por su cara.

-¿Sabes qué hago a veces?- continué, tratando de animarla un poco. -Me doy permiso para desconectar. Hacer algo que me recuerde que soy más que solo un atleta. Leer un libro, escuchar música, o incluso tener una buena conversación con alguien que entienda lo que estoy pasando.-

Sophie esbozó una pequeña sonrisa. -Gracias, Lucas. Realmente necesitaba escuchar eso. Es fácil sentirse sola en esto, pero saber que otros pasan por lo mismo ayuda un poco.-

Nos quedamos sentados en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Hablar con Sophie me hacía sentir más conectado, más humano, y menos como una máquina de competir.

Un Amor OlímpicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora