Capítulo 16: Creciente Tensión (Sophie)

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El sonido suave del despertador me sacó de un sueño ligero. El primer pensamiento que vino a mi mente fue que era un día crucial. No se trataba solo de un nuevo día en los Juegos Olímpicos, sino de una batalla contra las mejores gimnastas del mundo. Sin embargo, había otra batalla, una más sutil y dolorosa, que estaba librándose entre Lucas y yo. Cada vez que recordaba la manera en que nuestros equipos parecían alejarse, y cómo esa distancia afectaba nuestra relación, sentía un nudo apretándose en mi estómago.

Me estiré en la cama y miré hacia el techo, tratando de calmar los nervios que comenzaban a despertar conmigo. Hoy, más que nunca, necesitaba estar enfocada. Pero mi mente insistía en volver a Lucas, en recordar cómo en los últimos días la tensión entre nuestros países parecía haber puesto una barrera invisible entre nosotros. La rivalidad entre Inglaterra y Canadá había crecido a medida que los Juegos avanzaban, y aunque intentábamos ignorarla, había algo que no podíamos negar: estaba afectando nuestra relación.

Me levanté de la cama y fui directamente hacia la ventana. La luz del sol comenzaba a iluminar la villa olímpica, pintando las calles con tonos cálidos de la mañana. Me apoyé en el marco de la ventana y respiré hondo, como si el aire fresco pudiera disipar las dudas que me invadían. Pero no lo hizo. Sabía que ese día sería una prueba no solo para mis habilidades en la gimnasia rítmica, sino también para la fortaleza de mi relación con Lucas.

El entrenamiento de la mañana fue intenso, pero logré mantener mi mente en mi rutina. Cada giro, cada lanzamiento de la cinta, cada movimiento estaba perfectamente calculado. Pero detrás de esa concentración, mis pensamientos volvían una y otra vez a Lucas. Él también estaba compitiendo hoy. Sabía lo mucho que significaba para él esa última etapa de la competencia de equitación. Sabía cuánto había trabajado para llegar hasta aquí, y me dolía no poder estar a su lado para apoyarlo. Sin embargo, las tensiones entre nuestros equipos eran cada vez más palpables, y aunque ambos intentábamos no dejar que nos afectara, la realidad era que lo hacía. No podíamos evitarlo.

Cuando terminé el entrenamiento, me dirigí de vuelta a mi habitación, esperando encontrar un momento de calma antes de que comenzara la tormenta del día. Al abrir la puerta, mi teléfono vibró sobre la mesa. Era un mensaje de Lucas.

"Buena suerte hoy. Sé que lo harás increíble, como siempre."

Sonreí al leer esas palabras, pero también sentí una punzada en el corazón. Sabía que, aunque ambos queríamos lo mejor para el otro, algo había cambiado en nuestra relación. Últimamente, nuestras conversaciones parecían superficiales, como si estuviéramos evitando los temas que realmente importaban. Y aunque no lo decíamos abiertamente, la distancia entre nosotros era real. No era solo física, era emocional. Sentía que cada vez estábamos más lejos el uno del otro, y eso me aterraba.

Me dejé caer en la cama, mirando al techo, y empecé a recordar los días antes de la rivalidad, cuando todo parecía más sencillo. Lucas y yo éramos inseparables. Compartíamos todo, desde nuestras victorias hasta nuestras frustraciones. Pero ahora, la rivalidad entre nuestros países se había colado en nuestra relación, y aunque queríamos luchar contra ello, no sabíamos cómo. Ambos estábamos bajo una presión inmensa. Nuestros entrenadores nos pedían más, nuestros equipos exigían lealtad, y los medios observaban cada movimiento que hacíamos. Estábamos en el ojo del huracán, y no había escapatoria.

El día avanzaba, y decidí tomarme un momento para respirar. Salí a caminar por los alrededores de la villa olímpica, esperando que el aire fresco me ayudara a despejar mi mente. Cada paso me llevaba más lejos de la tensión de la competencia, pero solo por un rato. La villa estaba llena de atletas de todo el mundo, cada uno concentrado en sus propias batallas, pero para mí, la mayor batalla era la interna. Caminé sin rumbo, observando a los demás atletas preparándose para sus propias pruebas, y no pude evitar pensar en Lucas de nuevo.

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