Capítulo Uno

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Genuinamente no sabría cómo hacer esto solo.

Era claro que no, un simple ser humano cómo él no llegaría a tales respuestas, sería muy extraño culminar a ese nivel de inteligencia. Habían tantas cosas que él, Bill, le había convencido que eran posibles cuando anteriormente pensó que estaban muy lejos de incluso su extensa imaginación.

Nunca se consideró un hombre cerrado, pero, oh vaya, nunca le iba a dejar de sorprender lo mucho que había negado muchas cosas que Bill le aseguró que eran ciertas.

No podría cansarse nunca de hablar con él, con Bill. Jamás dejaba de sorprenderle, y no cree que en algún momento logre dejar de hacerlo. Cada cosa es igual de impresionante que la anterior, y por lo más, muy interesante.

Estuvo perdido en sus pensamientos mientras el ente flotante lo miraba tan atento como para solo tener un ojo. Se encontraba sentado en su escritorio, escribiendo todos los descubrimientos que su amigo le estaba proporcionado. Definitivamente jamás podría haberle dado una explicación a algo si no fuese por él. Le debía tantas cosas que la deuda sería igual de increíble que Bill Cipher.

—Entonces, seis dedos, ¿qué es lo que haces para divertirte por aquí?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Fue la primera vez que Bill hablaba de algo fuera de todo lo que su cerebro construyó por tantos años: puro conocimiento. Qué es lo que hacía para divertirse, no debería ser difícil de responder, pero logra serlo. Se divertía leyendo, encontraba un placer en la lectura, ¿pero era eso lo que Bill deseaba escuchar?

De todos modos, ese ente podía meterse a su cabeza cuando quisiese. ¿Qué era esa pregunta?

—Si me haces esa pregunta es por una razón motivada.

—Oh, mi querido amigo, nunca fallas.

El triángulo decide acercarse a él, levitando en su dirección. Al principio fue extraño, pero después de tantas veces se acostumbró a verlo sin volverse loco acerca de cómo Bill logra romper todas las leyes de lógica.

—Tengo una idea que creo que será interesante.

—Soy todo oídos.—dice Ford, siempre tan decidido con las ideas de Cipher.

—No necesito tu ayuda para esto... Bueno, tal vez un poco.—Su extravagante amigo con un chasquido de dedos se encendió de aquel famoso fuego azul.

A pesar de ser normal, logra ponerlo nervioso. Ford se estremece al ver todo ese fuego de tan inusual color y solo se queda viendo para ver el resultado de esas llamas que cubrían al triángulo.

Pasaron tan solo unos segundos y el ente había desaparecido. Ford alza una ceja y mira hacia sus lados, no lo veía, en realidad, no parecía estar ahí en lo absoluto.

—¿Bill?— Pregunta Ford, genuinamente confundido, comenzando a caminar por aquella oficina que había preparado para sí mismo cuando apenas llegó a Gravity Falls. —¿Estás por aquí?

Se le pasó brevemente por la cabeza que tal cosa pudo haber salido mal. Recordó las palabras de Bill, que necesitaba un poco de su ayuda. ¿Es que estaba pensando en algo equivocado? ¿Es tal vez su aversión por el fuego azul el hecho de que desapareciera?

El pensamiento logró desesperarlo, sobre todo porque aún pasaba el tiempo y Bill no aparecía.

Decidió esperar, los minutos pasaron y seguía sin aparecer. Estaba empezando a reflexionar sobre que esto podría ser solo una broma de Cipher y que dentro de unos días aparecería como si nada, de todos modos, nunca especificó que esa idea involucrase a Ford.

¿Eras realmente como te imaginé? [BillFord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora