Capítulo Doce (Segunda Parte + Final)

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Finalmente, Ford llegó a una habitación vacía. Cerró la puerta rápidamente y se apoyó contra la pared, respirando agitadamente. ¿Cómo había llegado todo a esto? ¿Cómo había podido ser tan ingenuo?

Cerró los ojos, su espalda aún apoyada contra la fría pared, intentando calmarse. No podía seguir siendo esclavo de sus propios miedos, debía salvar a las personas que más amaba en este mundo.

Se apartó unos pasos y abrió el libro de forma apresurada. Las páginas estaban llenas de runas y símbolos crípticos que parecían cambiar cada vez que Ford intentaba concentrarse en ellos. Su mente daba vueltas mientras seguía intentando descifrar lo que veía, utilizando sus conocimientos de lenguajes antiguos y códigos secretos, pero cada página parecía una trampa mental.

Cuando Ford salió de la habitación, su mente estaba clara, más clara que nunca. Ya sabía que hacer, y cómo derrotar a este oscuro ser demoníaco.

—He visto demasiado y he sido manipulado demasiado... por él. Debo detenerlo antes de que fuera demasiado tarde, no solo por mi, sino por Stanley, por Fiddleford y por todos los que estaban atrapados en esta absurda fiesta.

Con pasos decididos, Ford cruzó el largo pasillo hacia la sala principal. A medida que avanzaba podía escuchar los propios latidos de su corazón en sus oídos, provocándole el peor de sus dolores de cabeza, pero la adrenalina lo mantenía firme. Al llegar, las luces brillaban y las risas llenaban el aire, como si nada estuviera pasando, como si no estuvieran todos en un teatro macabro montado por el demonio Bill Cipher.

Ford subió las escaleras, haciendo un incómodo ruido tras de él que llamó la atención de los invitados que estaban más cercanos. Su mirada recorrió a los invitados, que continuaban con sus charlas y risas. Pero cuando Ford habló, su voz cortó el aire como un cuchillo.

—¡Escuchen todos! —su voz resonó por la sala, haciendo que las conversaciones se detuvieran de golpe. Todos los ojos se volvieron hacia él— ¡Les han mentido! ¡A todos ustedes los están manipulando!

Bill, que estaba parado en la esquina con una sonrisa arrogante, comenzó a caminar lentamente hacia el centro del salón. A medida que avanzaba, su sonrisa se desvanecía, reemplazada por una expresión de ira. Sabía lo que Ford estaba haciendo, y no le gustaba para nada.

—Todo esto, esta fiesta, esta ilusión... —Ford hizo un gesto amplio con el brazo— Es una trampa. Todos ustedes están siendo utilizados como peones en el juego de alguien mucho más oscuro y peligroso de lo que pueden imaginar.

Los invitados comenzaron a mirarse entre ellos, desconcertados, poco convencidos en lo que Ford decía. Bill fruncía el ceño, pero mantenía aún la compostura.

—Ford, ¿qué estás haciendo? —dijo Bill con una sonrisa tensa, su voz suave pero con una clara advertencia en su tono.

—¡Victor, el que ven como un simple anfitrión, no es quien aparenta ser! —Ford señaló directamente a Bill— ¡Es una criatura de pesadillas, un demonio que ha estado manipulando a todos, incluyéndome a mí, para lograr sus propios fines! ¡Su nombre es Bill Cipher!

La multitud jadeó colectivamente, algunos retrocediendo, otros mirando a Bill con creciente miedo. Bill, por su parte, dejó que su fachada se desmoronara en frente de él. Su sonrisa desapareció por completo y sus ojos amarillos brillaron de manera demoniaca.

—Oh, Fordsy... —comenzó Bill— Estás arruinando toda la diversión.

De un segundo a otro, el viento empezó a intensificarse dentro de la mansión Noroeste, como si una tormenta estuviera a punto de estallar. Las luces comenzaron a parpadear, y una energía oscura se arremolinaba a su alrededor. La decoración se tornó sangrienta, las flores, la comida, los muebles, todo comenzó a reemplazarse por elementos monstruosos y perturbadores.

¿Eras realmente como te imaginé? [BillFord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora