Capítulo Cinco

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Victor observó cómo Ford desaparecía en la oscuridad de la cabaña. La sonrisa en su rostro permanecía, pero sus pensamientos eran un torbellino. Mantuvo la fachada hasta que estuvo seguro de que Ford no podía verlo, luego, su expresión cambió a una de frustración.

"Ah, seis dedos, tan predecible y a la vez tan intrigante", pensó Victor, apretando el manubrio entre sus dedos. "Sabía que esta identidad humana te intrigaría, pero no esperaba que te resistieras tanto."

Se alejó de la cabaña, asegurándose de que nadie lo seguía. La mansión Noroeste y su laberinto de secretos eran el camino perfecto para conseguir lo que él quería, pero no funcionó. Victor tenía que admitir que se había divertido, pero no entendía qué estaba haciendo mal.

No era ajeno a que cuando era la criatura omnipotente de un solo ojo, Ford estaba más que fascinado. Tenía fe en que una representación de carne y hueso sería suficiente para que esos sentimientos de fascinación también fueran de amor.

Pero no fue así.

Bill dejó atrás la mansión y manejó hacia su refugio personal: las profundidades del bosque de Gravity Falls. Allí, donde nadie podría encontrarlo, dejó caer la máscara de Victor y recuperó su verdadera forma, la del demonio triangular Bill Cipher. La luz azul de sus llamas internas iluminaba las paredes del automóvil en el que se encontraba. Estaba en su propio mundo ahora.

—Necesito pensar... —se dijo a sí mismo mientras, en su propio espacio mental, levitaba hacia una esquina donde una mesa estaba cubierta de documentos y artefactos robados de la mansión Noroeste. Entre ellos, había varios objetos místicos y libros antiguos que aún no había tenido tiempo de estudiar a fondo por haber estado totalmente enfocado en Stanford Pines.

La mente de Bill era un campo de batalla de pensamientos contradictorios, pero bueno, ¿qué mente no era así? Por un lado, su plan para volver a ganarse la confianza de Ford había sido más simple de lo que imaginaba. "Victor" había sembrado suficientes dudas y curiosidad en él. Pero por otro lado, había subestimado la resistencia emocional del tipo. Seis dedos no estaba interesado en el contacto íntimo, pero ¿por qué? Lo había visto sonrojarse, ponerse nervioso por el tacto, pero nada que nada.

Bill materializó una figura de madera con la forma de Ford y la tomó entre sus manos. Sabía que para romper la resistencia de Ford, necesitaba algo más que simples coqueteos. Necesitaba algo más profundo, algo que desenterrara los sentimientos de Ford.

—¿Qué será lo siguiente? —dijo—¿Cómo puedo conquistarte en este cuerpo?

Un pensamiento retorcido cruzó su mente. Bueno, siempre tenía de esos, pero este era especial. Ford había mencionado a Fiddleford, su viejo amigo, en varias ocasiones. No había logrado entrar en la mente de su amigo lo suficiente como para saber si Ford sentía algo por él, pero ahora se moría por profundizar en ello. Aún así, estaba seguro de que no era así.

Pero puede separarlos.

Tenía sentido. Si rompía esa relación con el único humano que puede igualar el ingenio de Ford, solo podría tener ojos para él. Vaya, él era un genio, ¿por qué no fue a la universidad también? 

Bill, si tuviese boca, sonreiría, complacido con su nuevo plan. "Será mucho más sencillo de lo que imaginé."

El demonio se inclinó sobre la mesa, sus llamas internas reflejándose en los objetos a su alrededor. Sabía que la clave para acercarse más a Ford estaba en su pasado y en sus relaciones. Si podía manipular esos hilos, Ford caería en sus manos. En este caso no podría traer a su gemelo Stanley, demasiado lejos de Gravity Falls como para que funcione y estaba mucho mejor así, pero Fiddleford McGucket era el blanco perfecto. Por más físicamente horrible que fuese, tenía un buen corazón, el cual iba a destrozar.

¿Eras realmente como te imaginé? [BillFord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora