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Septiembre, 2017: Carlos Sainz.
Desde hace meses había estado esperando este momento, dejar atrás sus estudios y solo concentrárse en estar a un lado de su padre en la empresa.
La verdad es que el ambiente escolar en el que se encontraba no le agradaba en lo absoluto, eran personas buscando excusas para burlarse y ridiculizar a los demás; a pesar de no estar de acuerdo nunca expresó lo que sentía, siempre habia sido un chico tranquilo que no buscaba problemas y jamás se atrevió a contradecir lo que sus "amigos" decían, también debía de admitir que tenia miedo de que se burlaran de él, toda su vida habia estado llena de aprobación social, frente a las camaras y frente a la gran sombra de sus padres; no imaginaba lo que era estar del otro lado de la via, siendo humillado.
Tal vez por eso mismo tampoco se atrevía a hablar directamente de lo que sentía por Charles, ¿y si lo que sentía estaba mal? la mayoría de las personas que le rodeaban eran familias tradicionales ¿y si lo juzgaban a él? peor aún ¿y si juzgaban a Charles?
Carlos sentía pánico cada vez que pensaba en eso, la única forma en la que se tranquilizaba era estar cerca de aquel monegasco que era dueño de su corazón. Inexplicablemente sentía el pesar dulce pecado.
Charles y él habían estado en una especie de relación, no sabía bien cómo describirlo. Pero desde que tenían una corta edad se habían dedicado a mimarse el uno al otro. Charles lo apoyaba en sus partidos y tomaba la iniciativas de besos al despertar, mientras que Carlos era más de escabullirse en la noche para dormir junto con él monegasco hasta el amanecer. A veces se preguntaba si alguna vez Charles se cansaría de esto y le pediría que aclarara lo que estaba pasando entre ellos.
Carlos, de veintitrés años recién cumplidos, celebraba su fiesta de graduación en casa, claramente la mansión de los Sainz era lo suficientemente grande para alojar al menos a cien personas.
La fiesta iba bastante bien, el madrileño no había visto al pequeño ojiverde desde hace un rato, pero imaginaba que estaba con sus amigos muy divertido como para pensar en él.
Kevin y Nico, dos de los compañeros de Carlos lo empujaron por un par de cervezas antes de prácticamente obligarlo a bailar. No recuerda mucho de esa vez, pero recuerda la silueta de Isabel, una compañera suya tratando de ayudarlo.
⸺Ven aquí Carlos, estás cayéndote de ebrio, ven conmigo⸺ la voz de la chica se escuchaba vaga frente a la neblina en su cerebro. Ambos se encaminaron al piso de arriba y con cuidado abrió una habitación con adornos azules en la puerta.
⸺Está no es... no es mi habitación⸺la voz de Carlos era débil, pero conciente.
⸺Oh, es linda, ¿Es de alguna de tus hermanas o algo así?⸺ Isabel mira al rededor tomando un libro entre sus manos.
⸺Charlie...⸺balbucea.
⸺Ah, ese chico. Parece que te tiene un lindo regalo de cumpleaños⸺ Isabel le muestra el libro entre sus dedos, pero Carlos no puede distinguir muy bien las imágenes de la portada.
