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Septiembre 2024
Charles llevaba unos días bastante pesados, la noticia de la jubilación de Carlos Padre le había caído como un valde de agua fría, ahora mismo, lo que sería de su boda en invierno habia desaparecido, se habia adelantado para ser en octubre en el cierre de otoño, lo que significaba que tenía que mover todo lo que habia planeado y la crisis estaba en sus nervios.
Sin embargo, todo esto había sido con el apoyo de Carlos a su lado, quien se había quedado en casa a expensas de su trabajo en la empresa con tal de ayudarlo, algo que agradecía infinitamente. La verdad era que Charles siempre había apartado a Carlos de los arreglos para evitar estar con él, pero ahora que las aguas estaban tan tranquilas debía admitir que le gustaba hacer ese tipo de cosas que las parejas hacían.
Hacía poco un mes que Carlos empezaba a prepararle el desayuno por la mañana y habían comenzado un pequeño ritual con un Charles atando la corbata de Carlos y este último dejando un beso en su frente.
También habían redescubierto sus gustos parecidos, en música, cine y arte en general, recordaban anécdotas de jóvenes y jugaban a ser esos niños de antes.
Incluso hace unas noches atrás casi habían compartido un beso. Después de la fiesta de cumpleaños de Carlos número 30. Se encontraban recogiendo la mesa de la sala cuando un comentario en sarcasmo hizo refunfuñar al mayor.
Después de que el español le hiciera cosquillas al monegasco y este último lo arrastrara al sillón entre risas, ambos cayeron entre los suaves cojines azules; sus labios estaban cerca, sus respiraciones mezcladas. Simplemente sus rostros estaban tan próximos que Carlos podía distinguir las pequeñas pecas que adornaban la nariz del monegasco, tan cerca que Charles podía contar las pestañas que acompañaban los ojos chocolate de Carlos.
Pero no había sucedido, se habían apartado como un par de niños con rostros sonrojados y risas nerviosas. Parecía tan irreal que Charles lo quisiera tanto como Carlos.
⸺Entonces ya quedó está parte, acabemos por hoy ¿sí? me duele la espalda de ver tantas revistas de centros de mesa⸺ Carlos menciona echando su cuerpo hacia el sillón.
⸺Deberías ir a dormir un poco, no te preocupes yo terminaré con esto⸺ Charles le lanza una mirada despreocupada y le tiende su mano para poder levantarlo.
Pero antes de que Charles pudiera jalar el cuerpo ajeno, Carlos es más rápido y lo tira junto con él al sillón. ⸺Ey, eso no es justo, me tomaste desprevenido⸺ reclama el monegasco divertido.
⸺No lo permitiré, hemos estado aquí más de ocho horas, es como si tuviera una jornada laboral en casa⸺ Protesta Carlos tomando al monegasco por los hombros.
⸺Oh vamos, nos falta muy poco, no quiero estresarme días antes de la boda y verme fatal por no haber dormido⸺
⸺Imposible, siempre luces bien Charlie⸺ El comentario deja que una sonrisa se asome entre los labios del menor.
⸺Lo sé⸺ Charles empuja suavemente al español quien devuelve el gesto juguetonamente.
⸺Oh vamos, que modesto⸺ Carlos vuelve a recargarse en el sofá mientras cierra los ojos. Charles hace lo mismo y deja que su cuerpo se recargue completamente en el sillón y pueda sentir la mano de Carlos entre su cuerpo y el respaldo.
Inesperadamente ambos voltean al mismo tiempo lo que les hace soltar una risa al aire, Charles es el primero en notar que su cabeza empieza a moverse un poco más cerca y que esto a Carlos no le molesta en absoluto.
La mezcla de sus olores es parte del ambiente y se dejan llevar por sus instintos, Carlos es quien se acerca hasta tocar sus narices.
⸺Quiero besarte Charles⸺ susurra como si este fuese un tipo de secreto entre ellos.
⸺Creo que yo también quiero hacerlo⸺
⸺No haré nada hasta que estés seguro Charles, no hasta que me lo permitas⸺ El ojiverde sonríe ante la respuesta.
Suelta un pequeño suspiro y siente sus manos temblar, de alguna forma es como si este fuera el primer beso que comparten por primera vez.
Charles cierra la distancia tomando gustosos los gruesos labios del español y es este quien lo toma de las mejillas profundizando la unión temporal que comparten en este momento.
El monegasco sube al regazo del contrario sin dejar de besarlo y toma el cabello chocolate entre sus dedos deseando aferrarse al madrileño el mayor tiempo posible. Carlos por su parte, toma con una mano la cintura de Charles, trazando pequeños círculos imaginarios y llevándolos desde su cadera hasta la espalda del monegasco trazando un mapa que ya sabía de memoria.
Por primera vez en largos minutos se separan para tomar un poco de aire y es está vez el madrileño quien toma de nuevo los labios del menor que ahora mismo lucen más apetitosos una vez que los volvió a probar. Charles no puede evitar sonreír entre besos al sentir las fuertes manos de Carlos recorrer su cuerpo, de nada sirve negarlo, lo extrañaba y extrañaba esto, sentirse así de cálido y en casa.
Han perdido la noción del tiempo pero saben que ha anochecido cuando las luces exteriores son lo único que los ilumina en su momento mágico.
Es Charles quien rompe la unión para recargarse en la frente de Carlos y poder respirar mejor. Ahora se siente avergonzado, pero sabe que está bien, se siente correcto.
Observa a Carlos reir como si este pudiera leer su mente y el repite la acción. Ambos se levantan del sofá y deciden ir a dormir, antes de dirigirse cada uno a sus respectivas habitaciones Charles detiene a Carlos, sin saber que decir es este último quien toma la palabra.
⸺Gracias Charlie, por todo esto, de verdad. Y lo de hace rato... espero se pueda repetir⸺ Ambos rien y Charles asiente risueño ante el comentario.
Justo antes de que Carlos pueda irse, Charles sale de su habitación en puntillas para darle un pequeño beso a Carlos y regresar como un adolescente avergonzado cerrando su habitación. La melatonina es natural cuando es Charles quien le da besos entre sueños.
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Su primer beso, lloro. ¿Que tal les pareció? yo les cuento que los capítulos que tengo escritos después de este son un poco dramáticos, primer aviso. Los quiero muchísimo!
