El viento y el agua

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Solo falta un mes para las vacaciones de verano y las notas de Starrk parecen mejorar aunque estoy seguro de que no está poniendo todo lo que puede de su parte. Sigue igual de prepotente y desde hace un par de semanas hay veces que lo sorprendo mirandome fijamente, lo cual me pone nervioso. Mis notas han descendido un poco, ya que estoy invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo en sus clases, pero no me importa con tal de que él apruebe. Sigue sin ser santo de mi devoción, pero no por ello voy a dejar de hacer mi trabajo como debe ser.

No he podido evitar fijarme en esos increibles ojos celestes que tiene. Intento no verlo de esa manera, pero no puedo evitar que cada vez me parezca más atractivo. Me he fijado en que sus labios son finos, pero sensuales y de un color ligeramente rosado que resalta por la perilla que tiene en la barbilla. Sus rasgos faciales son masculinos y su nariz de lineas rectas y duras, lo hace mucho más masculino. Pero son sus ojos los que hacen que mi corazón se me dispare. Es increible pero, hacía mucho que no sentía esto al conectar mi mirada con otro chico. 

Lo peor es que todos estos sentimientos y sensaciones van en una dirección equivocada. Primero es miembro de otro de los clanes, segundo no es homosexual, sé, por comentarios entre compañeros, que es un semental que le van las mujeres algo más mayores que él. Luego está ese comportamiento infantil y egocéntrico que me mata. Todo en él está destinado a provocarme repulsa y sin embargo todo en su físico parece atraerme con la misma intensidad.

Tocan a la puerta y sé que es él que viene a preparar el siguiente examen. Le abro y su aroma me golpea como si de un golpe a traicion se tratase. Hoy estoy extrañamente sensible. Puede que sea porque echo de menos tener a alguien que me recuerde que soy importante. Esa sensación solo me la da Byakuya con sus sonrisas, su alegría cada vez que me ve, su mirada de admiración y amor. Ese niño es mi delirio.

-¿Que?¿Me dejas entrar o damos la clase en la puerta?-me dice sacandome de mis pensamientos.

-Si... disculpa...-me aparto y entro, delante de él, para tomar asiento en la mesa que compartimos para los estudios.-¿Que tal te fue con los ejercicios que te mandé?

-Ni los he mirado.

-¿Que no los has mirado?- mi indignacion es palpable en el tono de mi voz.

-Tuve cosas mas interesantes que hacer.

-¿Que puede ser más interesante que los ejercicios que pueden hacerte aprobar o suspender?-le digo furioso.

No me puedo creer que pase de todo mi esfuerzo. Me siento agotado de pelear contra él. Es igual que chocarse contra un muro una y otra vez. Estuve mucho tiempo preparando esos ejercicios para que luego venga él y diga que tuvo algo más interesante que hacerlos para preparar bien el siguiente examen.

-Algunos tenemos vida más allá de los libros.

-Aquí no deberías tener más vida que ellos.

-Uy... creo que alguien no echa un polvo desde hace mucho.-Yo tengo el impulso de decir algo pero enmudezco ante su comentario y siento como enrojezco.-Oh. ¿He dado en el clavo?

-Mi vida personal no es asunto tuyo.

-No me digas... ¡no jodas! ¿eres virgen?-Dice riendose con la boca bien abierta.

-Te he dicho que mi vida personal no es asunto tuyo.-De la nada una rafaga de viento comienza a mover sus cabellos y fija su mirada en mi de un modo tan intenso que casi me deja sin respiración. El viento cesa y el sonríe de manera torcida.

-Vaya... eso ha sido interesante...-Yo miro hacia otro lado y tomo un libro para abrirlo pero él me toma por la muñeca y me obliga a mirarlo.

-¿Quieres probar?-me dice de manera melosa y juguetona. Una extraña sensación de deja vu me embarga y siento como mi cuerpo tiembla.-Puedo presentarte a alguna de las mujeres de la limpieza o del comedor.

Sentimientos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora