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-Buenos días -saluda el chico del pelo negro al vernos entrar.

-Claro que son buenos si eres tu quien me los da, Ales -saluda Fargan poniendo esa sonrisa coqueta que tanto le gusta a la gente. 

El chico mencionado rueda los ojos pero luciendo una sonrisa. Sabe perfectamente cual es el rollo de Fargan, sabe que le encanta ligar y coquetear con prácticamente todos, pero aún así no puede evitar sonreír ante el.

-Borja hoy tenemos que limpiar todo a fondo dice el jefe, así que será un día intenso.

-Estoy a punto de volverme a mi casa a dormir -bromeo no tan en broma al escucharlo.

Mientras, observo como mi compañero de piso le pide una bebida Alex continuando con su actitud coqueta. Prefiero ignorar sus comentarios y prepararme algo para desayunar, tengo que espabilarme de alguna manera y un buen café acompañado de una tostada parece la mejor opción por el momento.

No mucho después Fargan se despide de mí y sobre todo de Alex. 

-Si quieres que llame a la policía por acoso dímelo -bromeo ante la actitud de mi amigo.

-No te preocupes, me parece mono. Ya sé como es y no pienso hacer nada con él, pero no me importa recibir su atención -sonríe con pillería el más bajito.

-Quiero a Fargan como el que más, pero de verdad, estás loco.

La mañana transcurre con normalidad, los sábados no suele haber mucha clientela por lo que podemos limpiar con tranquilidad y casi sin interrupciones. Se podría describir como una mañana aburrida, o al menos lo es hasta que la campanita que anuncia la entrada de un nuevo cliente suena. Sin mucho interés muevo de forma cansada la mirada hacia el cliente que me toca atender y mi energía parece llenarse de una al ver otra vez esos bonitos ojos color miel.

Por lo general cuando hay varias personas se suele apuntar el nombre de quien pide la bebida y para mi suerte el chico no viene solo, sino acompañado por su amigo de estatura bastante mayor, con un pelo casi blanco claramente teñido. Saludo a los dos con una sonrisa de oreja a oreja y los atiendo. 

Un cappuccino grande, exactamente igual que ayer.

-Su nombre por favor, para poder avisar cuando esté la bebida -pido amablemente expectante de saber el nombre de aquel chico que me ha atrapado.

-Raúl -responde con simpleza el chico.

Raúl... ¨Con que ese es el nombre de mi futuro esposo¨ pienso sin ningún tipo de vergüenza, puede parecer superficial que me guste tanto solo por haberlo visto dos veces, pero es que algo en el me atrae demasiado, algo que no se explicar. Nada más recibir sus bebidas tanto el chico del piercing como su amigo Rubén abandonan el local hablando animadamente, más que nada por parte del rubio.

El resto del turno lo paso con ese nombre grabado en la mente. No entiendo como chico que ni siquiera conozco está teniendo tanto impacto en mí, seguramente porque llevo bastante tiempo sin sentirme atraído por alguien, mi última pareja me quitó cualquier esperanza de volver a sentir un mínimo por otro ser humano, pero aquí estoy, sin poder quitarme de la cabeza a aquel morenazo.

A pocos minutos del cierre empezamos a recoger toda la cafetería para poder despedirnos del local (por fin) hasta el lunes por la tarde.

-Oye Borja, esta noche los de mi carrera dan una fiesta ¿te gustaría acercarte? -me invita Alex con alegría.

-La verdad es que estoy muerto, pero llevo mucho sin salir de fiesta y no me importaría. Si quieres ven a prepararte a mi casa y así vamos juntos.

El pelinegro acepta encantado la propuesta y nos despedimos hasta por la tarde. Son las 14 y la verdad es que más que ganas de comer, solo tengo ganas de echarse en la cama y dormir hasta la hora de que llegue Alejandro. 

Al llegar a casa soy recibido por el rico aroma de la comida que ha preparado Fargan para los dos, la verdad es que se agradece tener un compañero tan cercano como él, aunque tenga sus cosas suele ser muy amable y su presencia no es para nada desagradable. Mientras comemos él también me invita a la fiesta que ha mencionado Alex ya que ambos van a la misma carrera y ambos estarán invitados.

-Con que va a ir Ales -comenta el del pelo más largo intentado disimular una sonrisita.

-Sí y no quiero que te acerques de más a él. Mira Fargan yo te quiero mucho y se que eres buena persona, pero es mi compañero de trabajo y no se como de bien estaría que fuera otro de tus ligues.

-No voy a intentar nada con él -miente de forma no muy convincente.

-David...

Al final el chico entra en razón y promete no intentar nada más fuera de una amistad pero desde el momento en el que Alejandro llama a la puerta del pequeño apartamento, tan solo con el saludo que el compañero le ofrece sabe que no cumplirá su promesa.

Alex me acompaña hasta la habitación dispuesto a buscarme la ropa perfecta para esta noche. Llevaba tanto sin salir que no me acordaba de esta sensación tan rara de entre nerviosismo y emoción, tampoco es que lo hubiera echado mucho de menos pero en cierta parte ahora tengo un poco de ilusión por volver a salir después de un año y medio sin a penas socializar.

Al final el bajito decide el conjunto perfecto para mí. La fiesta es en una discoteca por lo que no hará especial frio, aún así le elige un jersey no muy grueso de color azul de cuello alto y unos pantalones anchos de color negro que combinan a la perfección. Cuando me miro al espejo me veo confiado, estoy muy bien, ignoro todo los complejos que día a día me recuerdo al mirarme, no sé exactamente porque pero la sensación de emoción de mi pecho unido a verme, por primera vez en mucho tiempo,  con algo que no es una sudadera me hacen sentir extrañamente bien. 

Por fin consigo sonreírme a mí mismo, no sonreír al resto, no mantener su fachada de chico feliz y bueno, sino sonreír de verdad y encima por mi propio aspecto. A veces una simple decisión como la de ir a una fiesta puede cambiar muchas más cosas de las que se esperan.

Cappuccino [Luzuplay]Where stories live. Discover now