Cappuccino [Luzuplay]

50

Me paso el resto de la tarde con mi madre, no he comido nada desde esta mañana con Borja y ella a penas puede hablar pero me da igual, quiero estar a su lado, quiero ver que realmente está aquí. Mientras los médicos le hacen alguna que otra prueba aprovecho a responder a los mensajes de Rubén y Borja para que no se preocupen.

Como mi madre a penas puede hablar me encargo yo de contarle cosas, contarle todo lo posible sobre estos últimos años, pero sin abrumarla con malos detalles o con demasiada información. Su mano agarra la mía con muy poca fuerza, pero aún así es un agarre maternal y cálido.

-Mamá -la llamo tras un pequeño rato de silencio- tengo que contarte algo importante. 

Su mirada se fija en mí y sonríe de forma amable, dispuesta a escucharme en todo aquello que quiera contarle.

-Hace unos meses que salgo con alguien -empiezo haciendo que su sonrisa se incremente un poco-. No sé si esto te gustará, pero es un chico, se llama Borja, es maravilloso y muy bueno, estudia medicina y me ha acompañado a alguna visita a verte. Me hace muy feliz.

-Si tu eres feliz -empieza con dificultad, no me gusta que hable pero se nota que necesita expresarse- yo también lo soy. Me encantaría conocerlo.

Sus palabras me hacen sentir genial, ella siempre ha sido muy comprensiva con todo, ha sido la mejor madre que podría haber deseado, al contrario que mi padre que, a pesar de que ya ha despertado, aún no ha venido a verla. 

Intento borrar los malos pensamientos de mi cabeza, quiero estar bien, quiero estar a su lado antes de que me vaya. 

A penas una hora antes de la hora de cenar me doy cuenta del hambre que tengo, me ruge bastante el estómago y me siento cansado, feliz pero muy cansado, así que decido que no es un mal momento para ir a la máquina de la entrada a por algo que comer, por lo menos para rellenar el estómago hasta que me vaya.

Es la primera vez que camino feliz por estos pasillos, es la primera vez que camino tranquilo y sin un mal sentimiento en el pecho, sin ese ahogo constante que sentía al ver estas paredes blancas. 

Cuando llego a la máquina me sorprendo bastante al ver que justo por la puerta del hospital está entrando Borja, el cual va acompañado de Rubén. El castaño lleva en sus manos un pequeño ramo de flores rosas y amarillas que dan mucho color a este sitio tan lúgubre. En cuanto me ve no tarda en acercarse y rodearme con sus brazos como jamás lo ha hecho.

Lo estrecho contra mí y aguanto las lágrima tanto como puedo, no tengo que llorar más hoy, es un día feliz, más que feliz para lo dos.

-Dios Raúl -dice sin saber muy bien que más decir-. Esto es impresionante.

-Lo es.

Mi amigo también se acerca y me da un fuerte abrazo. Se nota que ha estado preocupado por mí y me siento bastante mal por haberlo dejado en casa con mi padre, pero en ese momento no estaba pensando con claridad.

-He traído esto, no sé si podrá tenerlas en la habitación pero me parecía un buen detalle -dice mi novio extendiendo las flores. 

-Además, te conocemos y sabemos que no has comido nada en todo el día, así que tenemos pensado arrastrarte a la cafetería del hospital a que comas algo que no sea ese sándwich de la máquina que pensabas comerte -continúa Rubén sabiendo perfectamente que me tocará hacerles caso.

-Primero vamos a darle las flores a mi madre -digo agarrando la mano de Borja-. Seguro que se alegra mucho de conocerte.

Este sonríe, ligeramente nervioso, yo no he conocido a sus padres aún y él tampoco a los míos y supongo que esta es una situación especialmente peculiar en la que conocer a la madre de tu pareja, aún así ya que ha venido y le ha traído unas flores tiene que conocerla y estoy seguro de que ella lo adorará.

Llegamos a la puerta de la habitación, Borja ya ha estado aquí, pero esta vez es muy diferente y él también lo sabe, hasta yo estoy nervioso ahora mismo. Llamo con suavidad a la puerta y entro yo delante, mi madre, que estaba viendo la televisión dirige su mirada hacia mí.

-Mamá, sé que me matarás por esto porque me dirás que no estás presentable -bromeo haciendo que ría un poco-, pero Borja ha venido a traerte algo.

Dejo entrar al chico que hay a mis espaldas y este sonríe con cierto nerviosismo, sujeta las flores delante de él y su expresión parece relajarse cuando mi madre le dedica una gran sonrisa acompañada de una mirada de amabilidad. Le hace un gesto para que se acerque y él le hace caso.

-Es un placer conocerte -dice ella con esa voz ronca que de momento mantendrá-. Son preciosas.

-Me alego de que le gusten, también es un places para mí conocerla, Raúl me ha hablado un montón de usted.

-No me hables de usted, ya eres de la familia.

La escena hace que mi corazón se caliente, que sienta algo que jamás he sentido. Ver a las dos personas que más quiero juntas es algo muy bonito y sé que se llevarán muy bien, puede que incluso acaben poniéndose en algún momento contra mí, pero me da completamente igual.

-Hazme un favor -susurra mi madre-. Llévatelo a comer algo.

-Eso mismo haré, está también fuera Rubén y ya le hemos dicho que en cuanto coma algo lo dejamos libre.

La mujer asiente con felicidad y me dedica una mirada, no sabría decir muy bien que intención tiene, lo que sí se es que está contenta, que en sus ojos se ve una felicidad inmensa y espero que también lo vea en los míos.

Cuando Borja y mi madre se despiden salimos del cuarto y, bastante hambriento, acompaño a mi pareja y mi amigo hacia la cafetería dispuesto a comer todo lo que pueda antes de despedirme de mi madre y dejarla descansar.

Hoy ha sido un día tan bueno que no hay ni palabras para definir lo genial que ha sido y lo voy a terminar acompañado del amor de mi vida, el chico al que, con solo mirarlo, me enamoro más de él.

💛

El próximo capítulo será el final de esta historia que tanto me ha gustado escribir, pero estoy muy feliz de anunciar que también está ya disponible el prólogo de la siguiente historia en mi perfil, es mi primera historia Rubegetta. Espero que os guste mucho.

-Con amor, SunflowerPana