Cappuccino [Luzuplay]

20

Me despierto solo, en una cama que es bastante más grande que la mía. Abro lentamente los ojos, los cuales me escuecen un poco, al principio no entiendo muy bien porque pero luego empiezo a unir cabos y me acuerdo de lo que le conté anoche a Raúl y de que acabé llorando.

Al recordarlo me siento ridículo, seguramente lo jodí todo con él aunque me dijera que no para que no me sintiera tan mal. Me incorporo un poco y me decido a salir de la habitación, no sin antes buscar una camiseta que poder ponerme, a pesar de ser un poco más alto que Raúl sus camisetas me están anchas debido a mi asquerosa delgadez.

Salgo del cuarto y camino despacio hacia la cocina, no sé que hora es, pero parece ser pronto. La casa está en silencio y no parece haber nadie despierto aún. Al llegar a la cocina puedo ver a alguien, está sin camiseta y apoyado en la ventana, al instante reconozco esa bonita y musculada espalda.

-¿Raúl? -pregunto extrañado por ver al chico solo mirando por la ventana.

-Buenos días, Borja, perdón si te he despertado -se disculpa apartando la vista de la ventana y acercándose a mi. Posa sus manos sobre mi cintura y me da un dulce beso en los labios.

-No me has despertado, solo me ha sorprendido verte aquí solo -sinceramente me ha encantado su saludo, es que no puedo evitar sentir mariposas en mi estómago, ojalá no dejar de gustarle- ¿Cuánto llevas despierto?

-Un rato, la verdad es que no he dormido mucho hoy -se nota, tiene unas grandes ojeras y puedo notar el cansancio en su tono de voz.

-¿Te he molestado mucho durmiendo?

Niega y vuelve a besarme, dejando claro que no es mi culpa y que yo no soy el problema, aún así me siento fatal por él. Sé lo que es no poder dormir y tiene que sentirse agotado.

-Vamos a hacer una cosa -empiezo agarrando sus manos-. Ahora vas a ir a tu cuarto, te voy a preparar una bebida caliente y voy a tapar bien la luz del cuarto para que puedas dormir. 

-Bueno, solo si te quedas a mi lado -acepta con una sonrisa.

-Yo estaré ahí, haciéndote caricias y encargándome de que duermas muy bien.

...

Abro los ojos al notar un repentino movimiento a mi lado, Raúl está durmiendo plácidamente sobre mis piernas pero se ha cambiado de posición y ha hecho que me despierte. La verdad es que no sé cuanto tiempo llevaremos durmiendo, lo que se es que me alegro mucho de que haya podido cerrar los ojos y descansar.

Con cuidado me separo de él y me dispongo a ir a la cocina para prepararme el desayuno y también al chico del piercing. Cuando llego a la cocina ya hay dos personas en ella, un chico alto de pelo teñido y mi amigo Samuel que solamente observa al chico hablar sobre su sueño de anoche.

-Buenos días -saludo un poco cansado- ¿Qué hora es?

-Pues son las 12:30,  nosotros nos acabamos de despertar, es imposible mantener a este chico en la cama -se burla Rubén señalando el ojimorado.

-No me juzgues es solo que me gusta aprovechar el día.

Me uno a la conversación de los dos chicos, admirando su dualidad, son totalmente diferentes, solo hay que ver como discuten sobre los motivos por lo que madrugar o no, es como si el universo haya decidido unir al ying y al yang a ver si explota el mundo.

Mientras desayunamos alguien más aparece en la cocina, Raúl, que se acabará de despertar. Tiene mejor cara que esta mañana, no parece tan cansado pero aún así tiene grandes ojeras y bosteza con pesadez.

-Hola parejita -saluda bromeando- y hola Luzu.

Se acerca a mí y me abraza por la espalda, apoyando su barbilla en mi hombro con cansancio. Nuestros amigos se miran y sonríen ante el gesto del del piercing ignorando el comentario que ha hecho y creo que ignorando también que anoche se comieron la boca.

-He pensado que podríamos comer todos juntos, encargar una pizzas y ver algo, para descansar -sugiere Rubén dejando su taza vacía en el fregadero.

-Menuda comida de Año Nuevo -bromea el chico apoyado en mí-. Puedo cocinar algo, no me molesta.

-No, no tú tienes que descansar -respondo de forma automática-. La idea de las pizzas está genial y seguro que a Alex y  Fargan les encanta, si despiertan claro. 

Charlamos otro rato hasta que mis amigos se despiertan, como siempre los últimos. Tienen cara de que les han pegado una paliza mientras dormían. Ambos beben bastante, no porque sean alcohólicos sino porque su aguante es mayor que el nuestro pero al final les acaba pegando fuerte también la resaca.

-Una burla más y os mato -se queja Alex sentándose en una de las sillas.

-Mucho os reís de nosotros pero nadie menciona como Samuel se dejó comer la boca -suelta David con ganas de infundir el caos, este chico es impresionante-. Yo estaría orgulloso Rubén.

El pelinegro se pone completamente rojo y aparta la mirada, jamás había visto así a Samu ni siquiera nos ha hablado nunca de su vida amorosa, solo sé que hace un tiempo estuvo con una chica, Akira creo que se llamaba. La verdad es que me sorprende bastante que anoche hubiera aceptado darle un beso así como así.

-¿Ah sí? ¿Tengo que estar orgulloso? -bromea el teñido dirigiendo la mirada a Samuel.

-Calla, tontito -dice sin mucho más que poder responder.

Todos acabamos riendo ante la situación. Desde que lo conozco Samuel es un chico serio, organizado y calculador, eso no quita que también sea divertido y un gran amigo, pero de verdad podría haber jurado por mi vida que jamás lo vería sonrojarse así y menos por un chico que es totalmente opuesto a él. 

Alex y David son opuestos en muchos aspectos pero se complementan igual que Raúl y yo pero es que ellos son opuesto muy opuestos, pero bueno como se ha dicho toda la vida los opuestos se atraen y supongo que su oposición es tan fuerte que su atracción es necesaria.