eigth

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—No puedo más Minho, pesa mucho —digo mientras giramos por una esquina—

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—No puedo más Minho, pesa mucho —digo mientras giramos por una esquina—.

—Aguanta Juliette, lo lograremos.

Niego sabiendo que no lo haríamos y escucho los engranajes de la puerta del laberinto, o nos dábamos prisa o estaríamos muertos. Pero debido a la poca fuerza que nos quedaba lo segundo no tardaría en realizarse.

Giramos otra esquina, a lo lejos veo a los chicos que nos animan diciendo ''Podéis hacerlo'' ''Vamos Minho, Juliette, lo conseguiréis''. Minho y yo soltamos a Alby y le dejamos en el suelo, le agarramos de las piernas arrastrándole pero era puro peso muerto y las pocas fuerzas que teníamos no ayudaban mucho a avanzar.

La puerta parecía cerrarse cada vez más rápido, el coreano y yo hacemos un pequeño esfuerzo corriendo pero aún así estamos lejos de la puerta. Miro hacia atrás viendo la puerta ya casi cerrada y Thomas entra por esa pequeña abertura entrando al laberinto.

—Buen trabajo, acabas de suicidarte —oigo a Minho con la respiración agitada—.

Miro a Thomas desde el suelo con la respiración agitada y con mi pecho subiendo y bajando, sentía los músculos pesados, era una tortura.

—Espera, ¿Qué? —Thomas se acerca a Alby— ¿Que le ha pasado?

—¿A ti que te parece? —suelto con dureza apartando mechones de pelo de mi cara— Le han picado.

—¿Que le ha pasado en la cabeza? 

Comparto una mirada con Minho y me levanto del suelo acercándome a Alby yo también.

—Minho ha hecho lo que se tiene que hacer, Alby trató de ahogarme. 

El ruido de un lacerador se escucha junto a una sección del laberinto, siento mi cuerpo temblar por el miedo de encontrar a uno de esos bichos y veo cómo el coreano se levanta del suelo y Thomas dice ''Ayudarme a levantarlo''

—Tenemos que irnos, el laberinto ya esta cambiando —dice Minho mientras camina—.

—Oye, Minho. No podemos dejarle aquí.

⫍...⫎

Thomas y Minho llevaban a Alby en brazos mientras yo iba delante de ellos vigilando que no hubiera ningún lacerador por el camino. Me giro y veo a los chicos sentando a Alby en el suelo, me acerco a ellos y escuchamos un lacerador, miramos preocupados hacia dónde parecía haberse escuchado pero no había nada.

—Esto no funcionará, tenemos que irnos —Minho dice levantándose del suelo—.

—Minho, espera tenemos que esconder a Alby en algún sitio —digo mirando al coreano—.

—¿Dónde Juliette?

—Estoy con ella, ¿Minho me estas diciendo que no hay ningún sitio en el que podamos dejarle?

Minho se gira enfadado y agarra a Thomas del cuello de la camiseta, miro la escena un poco atónita sin saber que hacer.

—Escúchame, cara fuco, mira a tu alrededor ¡No hay a dónde ir! —Minho suelta a Thomas y vuelve a levantarse— No lo pillas, ya estamos muertos.

Parece ser que Thomas ve algo detrás de Minho, se levanta y mira unas enredaderas. El castaño nos vuelve a mirar y entendemos lo que quería hacer, Minho y yo levantamos a Alby y avanzamos hasta dónde Thomas se había parado.

Con una de las enredaderas la atamos a modo de arnés en el torso de Alby, Thomas, Minho y yo empezamos a tirar de la enredadera con un poco de dificultad haciendo que Alby suba hacia arriba, la noche ya se había hecho presente y el laberinto daba un poco de miedo así.

—Tenemos que irnos, ¡vamonos! ¡vamonos! —dice Minho después de mirar por una pared—.

—Minho, un poco más —le pido agarrando la enredadera—. 

—Lo siento chicos —Minho suelta la enredadera haciendo que Alby caiga un poco hacia abajo—.

Thomas y yo por el peso casi nos estampamos en la pared, en un movimiento Thomas agarra mi mano tirándome con él hacía un hueco entre la maleza al oír al lacerador cerca, mi espalda estaba contra su pecho y nuestras manos estaban juntas alrededor de la enredadera.

Vemos las patas metálicas del lacerador y mi cuerpo entero tiembla, el lacerador hace un sonido algo extraño y sale corriendo haciendo que soltemos un suspiro algo aliviados.

—Vale, atemos esto aquí —murmuré al ver una raíz en el suelo—.

Thomas asiente y atamos la enredadera en la raíz, tratamos de que quede bien atada y cuando terminamos salimos con cuidado, escuchamos a un lado al lacerador y agarro a Thomas de la camisa atrayéndolo a mi en una de las paredes que hacía esquina, oímos los pasos alejados del lacerador y nos asomamos viendo que ya no estaba ahí, suelto la camisa de Thomas por fin.

—Verducho, yo me largo de aquí —digo empezando a alejarme por dónde Minho se había ido—.

—¡Juliette, no! —oigo la voz de Thomas y la ignoro corriendo con cuidado—.


ℝ𝕌ℕ  || ᵗʰᵒᵐᵃˢ ⁽ᵗᵐʳ⁾ ||¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora