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Hacían tres meses atrás que había llegado al claro, aún lo recuerdo cómo si hubiese sido ayer.
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Abrí los ojos repentinamente, respirando de una manera bastante agitada. Mi pecho subía y bajaba frenéticamente y mi cuerpo estaba en el suelo de lo que parecía ser una caja de metal la cuál subía a toda velocidad.
Tenía una sensación de ahogarme, cómo si hubiera estado en agua, suspiro pesadamente mirando a duras penas, por la oscuridad, que había en la caja. Habían más cajas que parecían ser suvenirs en todas ponía ''W.C.K.E.D'' al ver esas letras mi piel se eriza sin saber por que.
Me acerco a una de las cajas y entrecierro los ojos para saber que había ahí, una gallina cacarea acercándo su pico a la puerta de la caja haciendo que me aleje asustada y con la respiración más agitada aún. La caja de metal para bruscamente haciendo que ahogue un grito al sentir mi cuerpo volviendo a impactar en el suelo de metal, una luz verde junto a un pitido inundan todo el silencio y oscuridad.
—¿Que coño pasa aquí? —murmuro viendo cómo la luz verde y el pitido ahora eran inexistentes—.
Otra luz cegadora aparece y cubro mis ojos escuchando voces de hombres que decían ''¡No es un verducho, es una verducha!'' ''¿Una chica?'' Descubro mi cara y entrecierro los ojos acostumbrándome a la luz. Uno de esos hombres dan un salto metiéndose en la caja, tenía el pelo rubio y una cara un poco de molestia.
—Hey, no te asustes...
—No estoy asustada —digo frunciendo el ceño—.
El chico asiente y me extiende la mano, la acepto con algo de duda y tira de mí levantándome. Suelta mi mano y escucho ligeramente cómo ordena que me ayuden a subir, veo a algunos chicos extenderme las manos y suspiro pesadamente ignorando las manos extendidas y salgo de la caja. De un momento a otro me veo en medio de un círculo siendo rodeada por hombres que comentaban cosas inaudibles mientras me miraban ¿Que les pasa? ¿No han visto a una mujer o qué? Unos chicos abren paso a un chico de tez morena que llega hasta a mí, y me da una rápida mirada de arriba a bajo, los chicos que le habían abierto el círculo vuelven a juntarse.
—Bienvenida al claro, verducha —el de tez morena me sonríe— Soy Alby.
Le miro y asiento sin decir nada, me extiende la mano y se la acepto. Alby se abre paso entre los demás y salimos de ese grupo dejando a los demás detrás.
—Te enseñaré esto ¿si? —asiento y Alby suelta mi mano para cruzarse de brazos y reír ¿Qué lehacía tantagracia?— Veo que eres una chica de pocas palabras. ¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes?
Pregunta y entonces esas preguntas recaen en mi mente, agacho la cabeza mirando las botas de cuero y niego intentando recordar algo que pueda contestar esas preguntas, más no recuerdo ni la más mínima cosa.
—N-No me acuerdo —balbuceo mirando a Alby—.
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Faltaba por lo menos una semana para que el nuevo verducho, o verducha, llegara.
