Alyssa [Massimo X Lectora] [365 Días] [En Pausa]

CAPITULO IX

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Alyssa

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Despierto lentamente mientras el sol entra por el gran ventanal de mi habitación calando en mis párpados cerrados.

Los abro lentamente mientras me remuevo notando cómo un fuerte brazo rodeaba mi cintura y me mantenía presionada contra el pecho de Massimo.

Volteó para mirarlo sobre mi hombro notando cómo el permanecía dormido.

Sonrió levemente por aquellas vistas del hombre que me mantenía cautiva entre sus brazos. Aquel hombre que permanecía dormido en mi cama, mi dormitorio y que además estaba sin camiseta.

Me volteó lentamente mientras trato de no despertarlo fracasando en el intento al notar como me rodea más con su brazo y aprieta el agarre, sus párpados tiene movimiento indicando que se esta despertando.

Su gran mano levanta mi blusa dejando la piel blanca descubierta siendo a su vez acariciada por sus dedos y dejando caricias por todo mi abdomen.

Sube un poco más llegando al borde de aquellas protuberancias mientras su cuerpo se pegaba más el mío restregando su erección en mi trasero. Gimo mientras su cuerpo hace fricción con el mío y siento aquella incomodidad entre mis muslos.

Suaves y cortos jadeos son soltados por mis labios mientras deja besos en mi nuca. Muevo levemente mis caderas contra su hombría mientras el suelta un gruñido sobre la concha de mi oreja que me estremece.

Unos toques en la puerta nos hacen parar mientras el me suelta y se levanta sobre sus hombros mirando en dirrección a la puerta.

Me acomoda la blusa mientras Massimo camina en dirrección a la puerta y rápidamente la abre dejando ver a la señora Juanita con una bandeja con el desayuno y detrás de ella estaba la rubia que miraba a Massimo con lujuria.

Me levanto rápidamente y me coloco detrás de Massimo mientras mis brazos rodean su torso desnudo y es en ese momento que la mujer se percata de mi presencia.

— Mi niña... No pensé que estuvieras acompañada — su sonrisa es de felicidad mientras nos mira a ambos.

Cuando estaba por responder la rubia me interrumpe — Massimo, ¿Qué haces con ella? — pregunta ofendida mientras me señala con el dedo índice.

Ruedo los ojos mientras ella estaba haciendo un berrinche. Ni yo era capaz de tanto y eso que yo sí tenía la edad para hacerlos.

— Deja de hacer berrinches, no es de tu incumbencia que haga y que no — se separa de mi mientras sale de mi habitación.