CAPITULO IV

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Alyssa

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Ya habían pasado varias semanas desde que sucedió el accidente de mi casi huida de aquí

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Ya habían pasado varias semanas desde que sucedió el accidente de mi casi huida de aquí. Massimo me había contratado una maestra de italiano personal, y con la cuál me pasaba dos horas metida en un salón de estudio hecho personalmente para mí.

Sin olvidar que aquella profesora tenía encuentros con Massimo en su oficina, era algo completamente asqueroso.

Claro que después de la noche en la que estuve sobre el, nuestras conversaciones son más tensas e irritantes. Después de haberlo encontrado en su oficina recibiendo masturbación de parte de la pelinegra esa, no permito que me toque más allá de lo necesario.

Aveces Massimo llegué super tarde en las noches y oliendo a perfume de mujer, algo que me produce asco y me obliga a tratar de dormir lo más lejos de el. Pero bueno, no puedo hacer mucho.

Camino hasta el armario que vengo compartiendo con aquel hombre desde que llegué y cojo un conjunto de traje de baño. Después de cambiarme salgo de la habitación y bajo las escaleras escaleras, no había mucho movimiento en los pasillos, puesto que es el día de descanso de varios empleados, y salgo al patio.

Mis pasos se dirigen en dirrección a la piscina mientras veo a las chicas acostadas en las tumbonas. Me sonríen al verme y chiflan haciéndome reír por sus locuras.

Cuando es el descanso de los empleados, ellos pueden disfrutar de las comodidades que ofrece la gran casa o salir.

Tomo asiento a un lado de Mia mientras empiezo a quitarme las sandalias y acostarme en la tumbona.

— Ojalá algún día, don Massimo te deje ir con nosotras de compras, sería perfecto para una tarde de chicas — la voz baja de Mia nos dice y las otras tres chicas asienten en su dirrección.

Margaret con agilidad se levanta de la tumbona y empuja a la piscina a una Sophie distraída, la morena al salir a la superficie le dedica una mirada asesina a la rubia mientras nosotras reímos.

Las risas se callan de la nada, mientras las miradas de las chicas estaban detrás de mí. Una gran mano me toma del hombro y la reconozco, es su mano, la cuál por las noches me rodea la cintura por las noches, aunque tengo que admitir es en mi contra.

Volteó lentamente hacia atrás y lo miro, está con su camisa negra, con la que salió en la mañana solo con la pequeña y mínima diferencia que ahora los primeros dos botones se encontraban abiertos y más mangas largas estaban arremangadas hasta los codos.

Alyssa [Massimo X Lectora] [365 Días] [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora