2. Primeros Años

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Algún lugar de Salem, 1980

Era víspera de Navidad, y habían pasado tantas cosas desde el año pasado. Cassiopeia ya tenía un año. Era una niña hermosa; todo aquel que la conocía quedaba encantado con ella, siempre tan atenta, lista y perspicaz. Era la adoración de sus padres, su tío y sus abuelos. Todos estaban fascinados de pasar tiempo con ella, especialmente porque sentían que, al estar con ella, los problemas de sus vidas se resolvían como por arte de magia.

En especial, Walburga y Orión. Después de la muerte de Regulus, se habían sumido en una tristeza profunda, y su único consuelo era pasar tiempo con su nieta. La pérdida de su adorado hijo era irreparable, pero sentían calidez en su corazón cada vez que su nieta les dirigía atenciones cariñosas o les decía "abuelos".

Siempre que podían, le hablaban de Londres, su mágico Londres, con callejones llenos de encanto y lugares fascinantes por descubrir. Le contaban historias de Hogwarts, y aunque ella no comprendía la mitad de las palabras de sus abuelos, se emocionaba cada vez que mencionaban la casa "Slytherin". Su mayor deseo era llevarla a Grimmauld Place, que conociera la residencia de los Black en Londres, que creciera en lo que ellos consideraban "su tierra natal", y que se relacionara con los hijos de las familias de sangre pura más renombradas.

Por supuesto, sus padres estaban totalmente en contra de estas ideas despreocupadas de los abuelos de la pequeña. Cassie no podía pisar Londres, ninguno de ellos podía hacerlo, al menos no mientras existiera el peligro inminente al que se expondrían si visitaran Europa. Perseus jamás permitiría que los pilares de su vida corrieran tal riesgo.

Por otro lado, Vivienne era más flexible con la decisión familiar de no visitar Europa, así que de vez en cuando iba a verlos y les llevaba libros mágicos infantiles para su nieta. Cassie vivía encantada con los libros que su abuela le traía, y a pesar de que su colección literaria aumentaba en cada visita, insistía en que le leyera todos los libros, nuevos y viejos, bajo amenaza de un berrinche si no lo hacía. Así pasaban sus tardes, entre libros y libros, cuentos, risas y mimos.

Cassie se sentía muy amada y feliz. A pesar de ser una niña pequeña, percibía el amor que su familia le transmitía, sobre todo el de sus padres, que, a pesar de su trabajo en MACUSA, siempre encontraban tiempo para jugar con ella, contarle cuentos por la noche y llenarla de amor infinito todos los días.

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Afueras de Salem, 24 de diciembre de 1980

Mopsy estaba alegremente jugando con los adornos navideños para hacer reír a su pequeña ama.

—Ama Cassie, mire, puedo hacer que canten —dijo el elfo, y con su magia logró que unos pequeños soldados comenzaran a entonar villancicos, arrancando una risa divertida y complacida de la niña.

Habían pasado la mañana así, jugando con las decoraciones de Navidad en la sala principal y escuchando los villancicos de los muñecos encantados por Mopsy, hasta que oyeron ruidos extraños, como rugidos que se hacían cada vez más fuertes, y luego pararon abruptamente.

Tocaron el timbre de la mansión Black, y los elfos siguieron el protocolo que sus amos les habían repetido múltiples veces. Pip se apresuró a buscar a Perseus por la casa, y Mopsy llevó a Cassiopeia junto a su madre, que estaba en la biblioteca investigando.

—¿Qué sucede, Pip? —preguntó Perseus, extrañado.

—Hay un desconocido tocando el timbre. Nunca habíamos visto a tal hombre, y llegó en algo que rugía como si fuera una bestia —dijo el elfo, atemorizado.

Between Shadows & Stars; HERMIONE GRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora