Tierras Altas de Escocia, 2 de noviembre de 1995
—¡Cassie, sal ahora mismo! —exclamó Pansy desde el otro lado de la puerta—. ¡Tenemos que darte tu insignia!
Cassie se apresuró a salir con un cartel bastante grande bajo el brazo. Hoy era el primer partido de la temporada y todos parecían estar enloquecidos al respecto, sobre todo Alexander, pues sería su debut en el equipo y tenía sed de victoria.
—Luces bien —comentó Pansy con una sonrisa—. Aunque si te pusieras un gorro, lucirías mejor.
Cassie rodó los ojos. —Ya llevo un jersey con «Malfoy» en la espalda y un cartel apoyando a los chicos. Creo que un gorro sería excesivo.
—Por supuesto que no —replicó Pansy, indignada—. El quidditch es importante, así que será mejor que vuelvas a tu cuarto y salgas con el maldito gorro puesto.
La americana bufó y regresó a su habitación ante la curiosa mirada de su gata. Agarró un gorro con los colores de Slytherin y se lo colocó. Cuando salió, Pansy la recibió con una gran sonrisa; definitivamente, a los ingleses los consumía el quidditch.
—Ahora sí luces perfecta —dijo su amiga, satisfecha—. Ten, ponte esto.
Pansy le extendió una insignia plateada en forma de corona que rezaba:
A Weasley vamos a coronar.
Cassie soltó una leve risa. Sus amigos habían estado elaborando esa canción durante días y, aunque Ron fuera su amigo, debía admitir que la creatividad para las burlas nunca dejaría de sorprenderle.
—Nos sentaremos en el área de Slytherin —declaró Pansy—. Quiero a mi novia y sé que tú también a Granger, pero el amor no se combina con los deportes.
—Lo sé —respondió con serenidad mientras caminaban hacia las escaleras—. Además, no me gustará ver su cara cuando les ganemos hoy.
—¡Así se habla! —exclamó Pansy, entusiasmada.
—¡Cassie! —la saludó Tori—. Me encanta tu espíritu deportivo.
Daphne esbozó una sonrisa. —También tienes la insignia, ¿eh?
—En el amor y la guerra todo se vale —respondió Cassie entre risas, y las inglesas asintieron sonrientes.
Al llegar al campo de quidditch, notó cómo varios estudiantes hacían miles de apuestas, la mayoría, por supuesto, a favor de Gryffindor. Cassie conocía la reputación del equipo; eran implacables, pero confiaba en sus amigos, sobre todo en Alex. Confiaba en que esta vez, Slytherin tendría una oportunidad.
—Es por aquí —le indicó Astoria—. Síguenos.
Cassie subió las escaleras hacia las altas gradas, lo que le recordó un poco a Ilvermorny, aunque el campo de su antiguo colegio era mucho más grande. Una vez sentada en su sitio, la pegadiza canción comenzó a sonar. Cassie sonrió al escucharla; sin embargo, no la cantaría hasta que fuera realmente necesario, pues Hermione podría enojarse con ella por burlarse de Ron.
—Ya llegaron Ginny y Hermione —le susurró Pansy, señalando hacia el frente—. Vistiendo los colores asquerosos de los leones.
Cassie soltó una risa. —Hermione se ve preciosa.
—Ginny también —admitió Pansy—. Pero eso no quita que le quedaría mejor el verde y el plateado.
—Ya va a comenzar —anunció Tori, señalando cómo los capitanes se daban la mano—. Solo espero que Alex lo haga bien.
—Te aseguro que sí —dijo Zion, colándose entre ellas—. Hola.
—¡Zi! —exclamó Cassie. Su mejor amigo vestía los colores de Gryffindor y también llevaba la insignia de corona—. Veo que te han convencido de usar la insignia.
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Between Shadows & Stars; HERMIONE GRANGER
Fanfic𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓫𝓵𝓸𝓸𝓭 𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓼 𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓭 Cassiopeia Black había vivido toda su vida en Norteamérica, asistía a Ilvermorny y tenía una vida tranquila. Pero ¿qué pasará cuando conozca un p...