Tierras Altas de Escocia, 30 de diciembre de 1994
Después del incidente en el baile de Navidad, la relación entre Cassie y Hermione se había vuelto tensa. La pelinegra intuía que la castaña deseaba hablar en profundidad sobre lo ocurrido, pero Cassie evitaba a toda costa dar explicaciones sobre las palabras que había dejado escapar. Además, no le gustaba recordar aquel día; se sentía profundamente avergonzada por sus acciones y por haber permitido que sus emociones negativas la controlaran.
A Jackson no pareció importarle demasiado el incidente. Cassie le dio una rápida explicación sobre su desconfianza hacia Krum, atribuyéndola a la rivalidad entre sus colegios y su lealtad hacia Ilvermorny. Curiosamente, algo había cambiado entre ellos desde el baile: en los entrenamientos, Jack se mostraba aún más atento, caballeroso e interesado en ella. Cassie no le dio mayor importancia, asumiendo que se debía simplemente al tiempo que habían compartido últimamente.
—¿Has recibido cartas de tus padres? —preguntó Lena desde la cama de abajo.
—No, y preferiría que siguiera así —admitió Cassie, saliendo de sus pensamientos—. Me dirán lo que todos: que actué de muy mala manera.
—Pues no se equivocan, Cass —intervino Zion desde la otra litera—. Te olvidaste completamente de los protocolos de conducta.
—Les aseguro que eso no volverá a pasar —dijo Cassie con un suspiro—. Esa noche tomé malas decisiones.
—Eres una completa celosa, Cassie —se burló Alex.
—Viky simplemente no me agrada, eso es todo —respondió ella, restándole importancia a las acusaciones del ojiverde.
El resto de sus amigos rieron por lo bajo. No lo admitirían en voz alta, y menos frente a Cassie, pero había sido realmente entretenido ver cómo perdía completamente el control al ver a Hermione de la mano de alguien más.
—¿Vamos a comer? —preguntó Lena a sus amigos.
—Por supuesto —respondió Cassie, bajándose de la cama.
—Los alcanzaré en un momento —dijo Alex—. Tengo algo que hacer antes.
Los tres amigos salieron de la carroza a paso lento. No tenían prisa por el almuerzo; más bien, disfrutaban de sus charlas triviales de siempre, molestándose entre ellos y admirando los terrenos del castillo.
—Hola, chicos —saludó Draco cuando se lo encontraron de camino al Gran Comedor.
—¿Cómo has estado? —preguntó Lena amablemente—. ¿No está Blaise contigo?
—¿Y Daphne? —añadió Zion, mirando a todos lados en busca de la rubia.
Cassie y Draco compartieron una mirada divertida y comenzaron a reírse.
—Están almorzando en la mesa —respondió Draco con una sonrisa.
—¿Qué esperan? Vayan a buscarlos —les indicó Cassie entre risas.
Los primos Koch asintieron emocionados y apresuraron el paso para saludar a los Slytherin.
—¿Cómo vas con el tema de Harry? —preguntó Cassie de repente.
Draco se puso más pálido de lo normal; no esperaba una pregunta tan directa por parte de su prima.
—Mal —admitió—. Sabes, habíamos tenido ciertos acercamientos, incluso contemplé la posibilidad de ir al baile junto a él...
—¿Pero? —preguntó Cassie, intrigada.
—Pero le gusta Cho Chang —respondió cabizbajo—. Le gustan las chicas, Cassie, y yo no soy una chica.
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Between Shadows & Stars; HERMIONE GRANGER
Fanfiction𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓫𝓵𝓸𝓸𝓭 𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓼 𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓲𝓷 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓭 Cassiopeia Black había vivido toda su vida en Norteamérica, asistía a Ilvermorny y tenía una vida tranquila. Pero ¿qué pasará cuando conozca un p...