| TRES |

47 4 0
                                    

El sábado a primera hora de la mañana, _____ dejó a su padre profundamente dormido y fue en coche a El Granero Rojo a comprar bizcochos y café para Darcy y ella. Su amiga aún estaba en bata cuando llegó a su pequeño apartamento en el centro de la ciudad.

Darcy parpadeó y bostezó con los ojos castaños inyectados en sangre y la redonda cara sin expresión.

-Café y bizcochos -murmuró medio dormida-. ¡Estupendo!

_____ la siguió al interior del apartamento. El mobiliario era parecido al de su casa. Allí se sentía cómoda. Eran amigas desde el instituto. Darcy había estudiado Enfermería en Lexington mientras _____ lo hacía en Louisville.

Ahora trabajaban juntas en el hospital y era como si no hubieran pasado aquellos cuatro años. Darcy era la única persona que sabía lo profundamente enamorada de Harry que había estado _____, aunque ésta no le había contado a su amiga hasta qué punto había llegado su estupidez.

Pero Darcy sabía por qué había abandonado la ciudad. Cuando Harry anunció su compromiso, _____ había llorado en su hombro durante horas.

Se sentaron en la mesa de la cocina y desayunaron los bizcochos y el café. Eran las nueve y la ciudad no había comenzado aún a bullir. Pronto, el tráfico del centro sería tremendo.

-Lo necesitaba. ¡Gracias! -sonrió Darcy.

-De nada. Respecto al vestido...

-Ven. Vamos a verlo.

El vestido era un sueño de sedosa gasa que caía en pliegues alrededor del esbelto cuerpo de _____. Era de un gris pálido que destacaba sus ojos oscuros y su cabello castaño.

-Es delicioso -dijo _____.

-Es un modelo exclusivo. Sólo me lo he puesto dos veces. Aquí están los zapatos y el bolso.

Los zapatos tenían tacones Reina Ana y se ataban a los tobillos. Eran elegantes, como el pequeño bolso de piel gris que ponía el punto final al conjunto.

-¡Guau! ¿Ésta soy, yo? -preguntó _____ riéndose.

-Casi -murmuró Darcy-. Encanto, tu pelo es un horror. Tienes que cortártelo. ¿Te vienes conmigo a la peluquería? _____ cogió un mechón de pelo que le llegaba a los hombros. Parecía alambre.

-Sí, es un horror. ¿Me atenderán sin haber pedido hora antes?

-Sí, admiten a todo el mundo -le aseguró Darcy-. También necesitas maquillarte. ¡Y un sujetador nuevo!

_____ asintió suspirando. -No me compro nada nuevo hasta que lo viejo está agujereado.

-Necesitas que cuiden de ti. Llevar algo bonito de encaje debajo del vestido da confianza.

-Está bien. Me pongo en tus manos.

Fueron a la peluquería. A _____ le hicieron un peinado ligeramente ondulado y muy corto, que le sentaba muy bien a sus facciones. Luego, fueron a unos grandes almacenes en donde la enseñaron a maquillarse. La transformación fue completa.

-Mmm -dijo _____ con una sonrisa, mirándose en el espejo-. ¿Soy yo?

-Puedes estar segura, encanto -dijo Darcy riéndose-. Hace meses que quería hacer algo así. Antes te preocupaba tu aspecto, pero últimamente te has descuidado.

-Creo que sí.- Se tocó el pelo.

-¡Qué diferencia! A Wade le va a encantar. Darcy frunció los labios.

-Esa fiesta te tiene entusiasmada, ¿verdad?

-Sí, así es -admitió _____ mientras se dirigían a la planta de señoras- . No intento introducirme en la alta sociedad. Sería ridículo. Sólo quiero hacer algo diferente. Mi vida es mortalmente aburrida. Siento como si envejeciera minuto a minuto.

El Ojo del Tigre. °HS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora