| NUEVE |

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A _____ le costó muchísimo sonreír. Pero lo consiguió. -No me ha hecho daño. Si me disculpa, volveré a mi papeleo.

-Es sorprendente que tenga tiempo para visitar a los pacientes -dijo Maureen.

A pesar de la dulzura de su tono, sus ojos echaban chispas.

-Visitarles es parte de mi trabajo. Pero no nos gusta que las visitas cansen a nuestros pacientes -añadió en el tono más profesional que pudo-. Buenos días.

-¡Vaya! -exclamó Maureen, mirando la puerta con arrogancia.

_____ avanzó por el pasillo sonriendo. Aquella chica irlandesa era algo increíble.

-¡Tienes una llamada, amor! le dijo Darcy desde el control-. Me parece que es tu señor Granger.

-¡Por fin! ¡Un rayo de luz en la oscuridad! -dijo _____ riéndose mientras cogía el teléfono que le tendía su amiga.

-Te he oído -dijo Wade-. ¿Me has echado de menos? Acabo de enterarme de lo de Harry. ¿Cómo está?

-Vivito y coleando. Y en este momento, le está arrullando su amiga irlandesa.

-Si estuviera en su lugar, te preferiría a ti, preciosidad. ¿Qué te parece si cenamos juntos? Te llevaré a tomar espaguetis.

-¡Me encantaría! -dijo ella entusiasmada-. ¿A qué hora?

-Te recogeré a las seis.

-Esperaré con impaciencia. Adiós.

Colgó y se dedicó a revisar las hojas de suministros canturreando. Unos minutos después, Maureen O'Clancy pasó por delante del control sin dedicarle una sola mirada a _____ antes de salir del hospital.

-Bueno -resopló Darcy-, ¿qué le pasará?

-No lo sé. ¡Oh! Me parece que ha molestado a nuestro paciente -añadió al ver parpadear la luz correspondiente a la habitación de Harry-. Voy a ver qué ocurre.

Le encontró recostado en las almohadas, con los brazos cruzados sobre el pecho y expresión ceñuda. La miró cuando entró.

-¿Dónde te metes? ¡Quiero mi ropa! ¡Ahora mismo!

-¿A cuento de qué viene esto?

Él se incorporó. -Ese maldito O'Clancy está convenciendo a mi padre para que le venda a Straightaway. ¡Por amor de Dios! ¡Ganó el Preaknes el año pasado! ¡No quiero venderlo! ¡Papá es un incauto! ¡O'Clancy le embaucará si no vuelvo a casa!

-¿Por qué no telefoneas a tu padre y hablas con él?

-No serviría de nada. ¡Dame mi ropa!

_____ se apoyó en la puerta con un suspiro.

-Sé razonable. Acaban de quitarte el suero. Estás demasiado débil para andar. Además, ¿estás seguro de que Maureen te ha contado la verdad? ¿No querrá precisamente que vuelvas a tu casa?

Decir aquello fue un error.

-¿Eso piensas, encanto? -preguntó él con una expresión fría y airada-. Tal vez sea un cambio agradable que haya una mujer que me desee.

-Te mandaremos a tu casa cuando el doctor Welder decida darte el alta.

Él saltó de la cama, totalmente desnudo. Se tambaleó un momento, pero se recuperó inmediatamente y fue derecho hacia _____.

Ella intentó no mirar su espléndido cuerpo.

Harry se detuvo delante de ella, jadeando por el esfuerzo.

-Mis ropas -dijo en voz baja-. O salgo tal como estoy. _____ tragó saliva.

-No tengo autoridad para darte el alta -dijo.

El Ojo del Tigre. °HS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora